Entro en mi casa y lo primero que hago es buscar a Nataly.
-¡Nataly ya estoy aquí!
-¡Estoy en el salón!-me responde con su dulce y clara voz.
Me la encuentro jugando con sus muñecas, en vez de molestarla me dirijo a mi cuarto e intento quitarme quito el asqueroso uniforme con un brazo. Me deshago de la venda que rodea mi cuello y hago una ligera mueca al mover el brazo para quitarme la chaqueta. Me quedo con una camisa blanca y unos pantalones negros de pijama. Saco el pen de mi chaqueta y lo miro. ¿Qué encontraré dentro? Lo dejo encima de mi ordenador y vuelvo al salón.
-¿Nataly quieres algo de cenar?
Niega con la cabeza.
-Tienes que comer algo, voy a calentar un poco de pollo y te lo traigo ¿de acuerdo?
-Siiiiiiiii.-dice, enfrascada en una interesantísima conversación con sus muñecas.Levanta su cabeza para mirarme y su mirada va de mi cara a mi brazo.
-¿Qué le pasa a tu brazo?-viene corriendo hacia mí preocupada y me lo coge con ternura mientras lo explora. Su cabello negro apenas cabe en su pequeño coletero.
-Nada Nataly, estaba trabajando y me caí por las escaleras, por eso no pude recogerte del colegio-hago una pausa y suelto un soplido- Bueno... Voy a prepararte la cena.
Le doy un suave beso en la frente y me dirijo a la cocina.
Cuando llego caliento el pollo, cojo un poco y bebo un baso de agua. Tengo prisa por volver a mi habitación. Llevo en una bandeja un poco de pollo y un zumo de frutas. Nataly me sonríe cuando llego y se sienta en la mesa.
-Gracias por comprar zumos-dice alegre.
-De nada bichito.
De repente le cambia la cara. Se vuelve sería y se aparta un poco de mi . Acaba de recordar algo creo.
-¿Por qué gritabas anoche?
Se me va el color de la cara. ¿Cómo mierda sabe que grito? Se supone que mi habitación está totalmente insonorizada, es imposible que me haya oído. Creo una sonrisa merecedora de un Óscar.
-¿Anoche? Aaah.. Me levanté de la cama para coger un libro y tropecé. Soy muy torpe, ya lo sabes, y muy quejica-suelto una risilla mientras sonrío.
Ella me muestra una sonrisa forzada no muy convencida por mis palabras. Joder, no quiero que se preocupe por esa mierda.
-Voy a mi habitación, tengo trabajo que hacer... A las diez en punto te quiero en la cama ¿eh?-le sonrío y vuelvo a mi habitación.Lo último que veo de mi hermana es una cara de preocupación.Cuando me siento en mi ordenador introduzco el pen en la base y hago doble clic en la carpeta de los acusados. Hay más de sesenta mil personas. Dios. Busco por orden alfabético y pongo la B de Baker. Paul, Javier, Aaron... Daniel Baker. Miro su perfil. 19 años, huérfano, metro noventa... Pulso en crímenes cometidos, y lo único que me encuentro es... Nada.
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Dispara
Teen FictionSiglo XXVI, el mundo está consumido por el caos y la desesperación. El único objetivo de la sociedad es conseguir un futuro favorable para todos. La Tercera Guardia se hace cargo del poder para restablecer la paz y la estabilidad que todos sus habi...