Hola :) voy a empezar a actualizar un poco más rápido de lo normal, porque la inspiración ahorita la tengo a flor de piel, y estoy escribiendo con aquel sentimiento que mi kokoro se está poniendo muy sensible con muchas cosas. Estamos a 8 capítulos de terminar el primer libro, Dios. Me siento tan triste, nostálgica y sentimental. Fue hace un año que la empecé escribir. Tenía muy pocos lectores en aquel entonces... pero gracias a ustedes es que he crecido un poquito más y aquí estoy dándoles otro capítulo sorpresa. Gracias a todos por seguir leyendo la historia hasta hoy. Espero que lleguemos juntos hasta el final. Los quiero a todos. :'(
Dejando mi sentimentalismo a un lado, aquí les dejo el capítulo. ¡Disfrútenlo!Capítulo 22 Adiós al Pasado
NarradorUna hermosa pareja estaba acostada en un enorme sofá color beige, que estaba colocado en medio de otros dos más pequeños. Esta tierna pareja de jóvenes estaba dormida: él la abrazaba con una mano mientras que la cabeza de ella estaba recostada en el otro brazo del chico. Quedaron dormidos después de haber desahogado sus penas una por una, liberados de un gran peso de su pasado. Ahora, se sentían un poco más libres que antes, mas no lo suficiente como para dejar todo a la merced del mundo. Sin embargo, el nivel de descarga que ellos habían liberado era muy alto, por eso, en algún momento determinado, ellos se quedaron profundamente dormidos hacía no más de 30 minutos. El reloj de pared que se encontraba en la sala marcaban las 5 de la tarde, y si se pudiera retroceder el tiempo, hace tres horas esto era lo que hubieran escuchado de ellos:
Tres horas antes
- Deja que yo lave los trastes, cariño─le dijo el chico tomando a su recién pareja de la cintura y subiéndola a un taburete alto.
- ¿Ahora eres todo caballeroso?─protestó ella de mala gana─. No me acostumbro a este lado cursi tuyo. Es tan raro que no sé...─el chico no la dejó terminar y la besó con rapidez.
- En algún momento te vas a acostumbrar a mí, así como yo a saber que tú eres un sexy ángel caído. Sabes, normalmente en las películas como Crepúsculo y todas esas tonterías cursis, el protagonista es el jodido chico malo que tiene poderes sobrenaturales como el tuyo. ¿Por qué ahora todo es al revés?, me siento un inútil humano a comparación tuya. Quisiera que fuera como en las películas─susurró con tristeza. Ella sonrió con ternura para después tomar el rostro del chico y decirle:
- No te preocupes por eso, Alex. Sé cuidarme muy bien, así como sabré cuidar de ti también. No me subestimes, ¿de acuerdo?
- No te estoy subestimando, nena─le aseguró con seriedad─. Sé que eres capaz de partirme las bolas si quisieras, pero a lo que me refiero es que quisiera ser yo el que te protegiera. Dime, ¿cómo puedo yo protegerte?
- No siendo un idiota y también no yéndote con otras chicas sólo por tener un buen trasero y piernas. Sabes que he perdido mi belleza y...
- Y aún así tú eres más hermosa que cualquiera de ellas. No soy tan hijo de puta como tú lo piensas. A decir verdad era muy influenciado por el idiota ese de Luke y también porque pensaba que el amor era un asco─confesó con nostalgia─. No quería enamorarme otra vez desde aquella vez─susurró casi inaudible.
- ¿Aquella vez?─preguntó un poco asustada la joven de ojos azules.
- Yo... yo estuve enamorado hace como unos cuatro años─empezó a relatar con voz temblorosa─. Cuando mi madre murió, yo... yo fui al hospital para recibir tratamiento. Yo...
- Hey, mírame─le dijo ella mientras tocaba sus pómulos firmes y varoniles. El chico levantó su mirada, y tal como lo sospechaba la chica, el tenía sus ojos vidriosos. La chica maldijo dentro de sí, más no quiso decir nada que lo fuera a dañar. Por lo tanto, ella lo tomó de sus anchos hombros y lo abrazó con mucha delicadeza y calidez. Ha de haber sufrido mucho en su niñez pensó ella. El joven Alex cerró sus ojos y suspiró con alivio, para después continuar con el relato, un poco más seguro que antes.
- Mi madre era el ser que yo más amaba en el mundo. La amaba tanto que por ella yo me hice más fuerte y protector. Quería cuidarla hasta que ella llegara a viejita y enseñarle que era un chico muy maduro y fuerte que se casaría con alguien tan hermosa como ella. Quería darle nietos y alejarla de aquel infierno que vivíamos juntos. Dios sabe cuánto quería aquello. Dios sabe─musitó tan miserable como lo estaba él en esos momentos. Pero aún así no paró de contar su pasado y prosiguió mientras que ella no dejaba de abrazarlo ni de escucharlo con paciencia y en silencio:
- Pero ella se fue, se murió, me dejó solo y abandonado. Entré en una depresión muy grande que me mandaron al jodido hospital, al departamento de pediatría porque aún era un niño; pero los que me trataron no eran pediatras, eran psiquiatras. Yo, siendo un niño con el corazón dañado, de cólera empecé a romperle el corazón a muchas niñas, todas querían estar con el niño guapo y rico pero a mí no me importaban ellas, excepto una. Ella jamás me prestaba atención e hizo que yo me fijara en ella. Era linda y hermosa. Tenía la misma edad que yo pero a diferencia de mí, ella era pobre. Muchas niñas y niños no la querían por eso, porque era una chica sin dinero. Pero eso a mí no me importó, y aunque traté de dañarla como a las demás, ella no le restó importancia a mi presencia y no aceptó mis visitas. ¿Sabes lo afligido que estaba al no recibir su atención? Me daba justo en el puto orgullo que recién se había desarrollado dentro de mí... o pensaba que así era. Quería demostrarle de lo que se perdía, coqueteando con otras niñas frente a ella, pero al ver que nada funcionaba, me rendí y en medio de mi desesperación, yo me adentré a su cuarto sin el permiso de las enfermeras y le confesé mi jodido amor por ella. Como un niño tonto me tenía rendido ante sus pies y le dije que ella era mi primer amor y que deseaba mucho estar al lado de ella. Cuando ella escuchó mi noticia, se puso a reír y a llorar a la vez. No entendía lo que pasaba hasta que me dijo: "ya era hora de que te dieras cuenta de ello, tonto. Yo ya sabía eso porque las enfermeras me dijeron que todo eso lo hacías para llamar mi atención. Y lo lograste, tontito. Has logrado no sólo llamar mi atención sino que también me robaste mi corazón". Cuando terminó de decir eso, yo fui feliz y ella también. Dejé de ser un imbécil por un buen tiempo y mi vida y amor fueron dedicados a ella. Tuve un gran avance en mi tratamiento psicólogo y yo ya me sentía completamente curado... hasta ese puto y maldito día en que ella murió─sollozó el joven. Haldana escuchó cómo él se empezaba a quebrantar de nuevo en llanto y a pesar de que ella se sentía un poco celosa de esa chica, tuvo compasión de él y lo apapachó con mucho cariño y amor.
- Ella todo este tiempo tuvo cáncer y durante esos dos meses nunca me lo dijo. Nunca. Ella sufrió sola en silencio como mi madre. No pude ayudarla tampoco. No pude... Me dejó también. Por eso, desde ese día yo había creado un muro de defensa. No me enamoraría de nadie porque no valía la pena hacerlo. Al final siempre pierdo a las personas que amo. Era mejor lastimarlas un poco y demostrarles que no valía la pena estar conmigo. Yo mismo creé esa reputación con tal de no dejar que nadie se enamore de mí, y sabes, normalmente todas me aceptaban por el puto mujeriego que era, y gracias a Dios que nadie hacía tanto drama por mí. Sólo hubo una chica que se suicidó por mí, pero no me importó mucho ¿sabes? Ahora sí ya me siento arrepentido. He sido un hijo de puta. He sido el más imbécil e idiota del mundo. Lo reconozco. No tenía que haber sido así ni mucho menos haber hecho que una chica muriera por mi estupidez. No me daba cuenta que así dañaba más a las personas, pero no sólo eso: también me hacía más daño a mí mismo. Estoy tan arrepentido por todo... pero ¿qué podía hacer? Estaba en dolor todo el tiempo y mi desahogo lo tenía en el supuesto placer que sentía. Estúpido. Y todo por culpa de un padre imbécil. El diablo entrenó muy bien a su bestia. Soy una bestia igual que él. Soy...
- Toma un respiro, bebé─le dijo ella. Tranquilízate y vamos a un lugar más cómodo, ¿te parece?─el asintió y ambos se movieron del lugar para irse hacia la sala.
Ella se sentó en la esquina del sillón y él al lado de ella. El ángel caído tomó al chico por los hombros y lo atrajo hacia ella para que él se acomodara en su pecho. Alex, como un niño pequeño solo, necesitado de amor y consuelo, se arrojó a los brazos de su amada. Se ve tan vulnerable expresó ella en sus adentros. Él me necesita mucho en estos momentos como yo lo necesito a él. Cuando vió que se había tranquilizado, ella lo animó con tono suave para que siguiera:
- Cuando te sientas mejor, puedes seguir, cariño, pero si ya no quieres seguir está bien. De todas formas he estado esperando por ti desde hace muchos siglos. Ahora ya no me importa todo lo demás, gracias a ti soy libre de mi maldición. Eres mi tesoro, mi propio cielo, mi vida, mi tiempo, mi espacio y mi todo. ¿Qué más le puedo pedir al cielo? El Creador nos unió por algo y si él sabía que yo iba a terminar así, sólo espero que al final, pueda ganarme el cielo de nuevo junto a ti. Esto no ha terminado del todo. Viene lo peor, pero quiero que durante todo este tiempo tú y yo estemos juntos hasta el final. ¿Entiendes? Te quiero con todo mi negro corazón y espero que estés al lado de esta pobre diabla que sólo espera poder redimir su alma y volver a casa. Yo... yo te necesito y mucho, Alex─susurró con dolor en su corazón. Él la estrechó contra su cuerpo y aún con sus ojos marrón oscuro que estaban todavía llorosos, la miró con amor y le dijo:
- Estaré contigo hasta el final, nena. No importa cómo te llames, cómo sea tu apariencia física o si eres un ángel caído o del cielo. Estaré ahí amándote y dándote mi vida hasta el último respiro. Incluso si tienes que irte para el cielo y no te vuelva a ver nunca más, esta pobre alma siempre te querrá y no te olvidará jamás. Soy un simple humano que no vivirá para siempre, nena, pero hasta donde tenga predeterminado vivir, hasta ese día yo te amaré como un jodido enamorado.
- No digas eso, Dios. No digas eso, por favor─le pidió ella con tristeza. Un día tú estarás conmigo en el cielo también. Tú te irás para el cielo también conmigo, y aunque el amor en el cielo es muy diferente del de aquí, yo quiero que estemos juntos allá, por siempre. Por siempre y para siempre.
- ¿Como un alma corrompida como la mía puede ganarse el cielo? Soy el hijo del diablo, no tengo oportunidad─se lamentó─. Soy malo y no merezco el cielo junto a ti, bebé.
- Todos merecemos una nueva oportunidad, cariño. Todos.
- ¿Tú crees?─preguntó ilusionado. Ella asintió con suavidad.
- Sí, así de bueno y misericordioso es nuestro Creador: el Dios que nos unió a pesar de que el mismo Infierno se oponía. Para él no hay nada imposible, tú puedes ir al cielo también.
- ¿En serio? ¿Puedo ir al cielo contigo?─los ojos del guapo humano brillaron con emoción y esperanza al escuchar la noticia.
- Sí, cariño. Puedes ir pero no sólo así por así. Debe haber un cambio para ello.
- ¿Qué debo hacer para ello? ¿Aceptar que Dios existe? ¿Serte fiel.? ¿Casarnos?
- Wow, wow, tranquilo, Alex─. comentó el ángel con las mejillas sonrojadas.
- Lo siento, me emocioné mucho con todo─expresó un poco avergonzado.
- Está bien, entiendo tu alegría. Pero bueno, el punto aquí es, o estás con Dios o con el Diablo, sólo hay dos opciones. Y yo a pesar de haber caído, siempre he elegido el bando del Creador y eso es lo que me hace diferente del resto de demonios. Yo caí por un maldito error y por haberme enamorado de un humano. Un humano que me engañó y me condenó por muchos siglos. Pero sabes, si quiero volver a ir al cielo y si tú también quieres ir conmigo, tenemos que perdonar a las personas que nos hicieron daño. Tenemos que liberarnos de esa pena poco a poco. Por eso te voy a contar lo que pasó conmigo ese día.
- ¿Estás segura, nena? No hace mucho que me acabo de desahogar contigo y no quiero que te pongas peor con lo de tu pasado─le dijo muy serio.
- Está bien, cariño. De todas formas, ambos necesitamos sanar esas heridas.
- Muy bien, ahora seré yo el que te escuche en silencio. Adelante.
- Todo fue hace muchos siglos, en el año del Faraón...─empezó a relatar la historia trágica.
.
.
.
ESTÁS LEYENDO
Ángel de las almas -Trilogía Almas L1 -2da edición (en proceso)
Fantastik¿Alguna vez has visto una chica tan hermosa y perfecta que hace babear a todo chico que se atraviesa? Parecería un milagro poder tenerla y acostarse con ella... Hasta que te das cuenta de su verdadero ser. Grave error de mi parte. Derechos Reserva...