Entonces ella me miró con cierta convicción y seguidamente, entró.
Yo subí al segundo piso de mi casa, en dirección a mi habitación y sonreí aliviada sin saber lo que luego me esperaba. Samantha permaneció en el piso de abajo, acomodada en el viejo sofá color vino desteñido —lugar donde solíamos estar cuando éramos novias—.
Aun estando ahí arriba me era más o menos posible escuchar lo que hablaban,
y Samantha a todos les comunicó cuanto les ha extrañado,
pidió disculpas por su notoria y extensa ausencia —me imagino que mis hermanos y sus novias la miraban con sorpresa hasta en sus orejas, al igual que la inquilina, su pequeño hijo y su pareja—.
Escuché que mi hermana mayor Alba, le respondió: "de mi parte si te digo señorita que es un gusto tenerte aquí presente, nunca dejaste de ser querida en la familia a pesar de tu lejanía y de paso, aprovecharé para ser sincera, me molestó bastante lo que hiciste pero ya no hay por qué lamentarse o reprocharte, todo está bien de mi parte... Pero, por cierto, no sé si ya te fijaste en las agujas del reloj, ya es un poco tarde"
Samantha comprendió muy bien lo que Alba le dijo pero lo que sí la dejó asombrada fue la hora, pues sólo llevaba alrededor de 10 minutos allí, apenas eran las 10:31 de la mañana y Alba le reiteraba que ya era un poco tarde.
Samantha silenció su voz y siguió con su frívola tranquilidad.Hubo un silencio incómodo de unos 3 segundos, de esos que se hacen eternos.
Bajé las viejas y tétricas escaleras de mi casa, en camino hacia la sala de estar con mis manos muy ocupadas por unas cosas que llevaría conmigo, las cuales eran:
mi cuaderno de poesía
—siempre viaja conmigo a todas partes—
unas galletas de almendra
—por aquello de que el hambre ataque—
mis auriculares
—para olvidarme del resto mientras llego a mi destino—
y por supuesto, los lentes
—aunque ya los llevase puestos, pero de forma en que me sostuviesen
un poco este cabello lacio pero tan rebelde—.Tomé otras cosas que necesitaba y las introduje en mi bolso, noté que Samantha disimuladamente me observaba, comencé a sentirme un poco nerviosa pero por dicha mi familia como siempre sacó un buen tema del cual conversar y reírse, que nunca está de más.
Podía notar en las actitudes de María que no venía como una simple visita de un día,
ella venía por algo que quería pero jamás lo descifraría si ni siquiera me atrevía a preguntarle que qué tal han estado sus días.
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Desventajas de ser como tú o como yo, pero juntas nunca "tú y yo".
RomantizmPrimer novela de amor que escribo, por supuesto trae poesía y por ende algunos versos pero aclaro que TODOS LOS HECHOS SON INCIERTOS. Y les cuento que no sé cuantos capítulos llevará dentro. TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS. RESPALDADA EN SAFE CREATIVE...