Nunca me importó nadie. Nunca había llorado por otro, ni había sentido pena o compasión. Nunca había amado a nadie. Yo era el único protagonista de mi vida, los demás eran extras. No saludaba a nadie ni recordaba sus nombres, no atendía el teléfono, ni respondía mails... Vivía en una isla, MI isla. Y era el rey.
Hasta que ella llegó y empezó a construir puentes. Ella fue el final de mi sufrimiento, ella es la vida que cuida la vida. Ella fue mi amor y mi aliada. Ella creó los lazos que me sacaron de mi aislamiento.
Ellos nos dieron amor sin pedir nada a cambio, y amándonos así, nos enseñaron a amar. Ellos nos enseñaron que amistad significa amar. Ellos fueron el espejo que reflejó nuestra mejor cara, la verdadera. Ellos nos perdonaron una y otra vez, y cada vez que fallamos, nos dieron una chance más. Ellos nos dieron el único lugar en la balsa, el último plato de comida, el único abrigo en el frío. Ellos nos dieron todo y no pidieron nada. Ellos dieron su vida para que nosotros le demos valor a la nuestra. Ellos vinieron a un mundo oscuro, sólo para iluminarnos. Vinieron sólo para sacarnos del abismo.
Llegó el momento de ser aliados de nuestros aliados. Ahora nos toca liberarlos a ellos. Por que sin ellos somos nosotros los que estamos aislados.
Pero claro, llegar hasta ese lugar no fue nada fácil.
Aquel día apenas se llevaron a Venecia corrí a pedir ayuda. Entendimos que se trataba de un ataque coordinado, algo planeado. Pero, ¿cuál era ese plan? Pero todo era desconcierto. Recién empezamos a entender un poco lo que estaba pasando cuando después de más de dos meses de encierro, Maia logró escaparse. Ya no había dudas, todo había sido un plan perfectamente sincronizado. Desde un principio el plan fue capturar y aislar a los seis seres de luz, y lo consiguieron.
Era cierto, no sabíamos donde estaban, los tenían aislados. Pero aún así, el puente que nos unía seguía intacto.
Una relación es verdadera cuando nos modifica.
Dos aliados son mucho más que la suma de sus partes.
El amigo que más queremos es ese que conoce nuestras miserias y nos quiere a pesar de ellas.
Un aliado no habita en nuestros recuerdos, ni siquiera en nuestro corazón, habita en nuestra alma, es nuestra alma.
Hay un privilegio mayor que el del ser amado, el de poder amar.
Eso me dio ella, eso le debo. Yo era un hombre que no podía amar. Ahora no puedo vivir sin su amor.
Ellos cruzaron el universo y se hundieron en el abismo.
Cruzaron el infierno sólo para salvarnos, incluso de nosotros mismos.
Ellos lloraron nuestros dolores y sanaron nuestras heridas.
Despertaron nuestras almas desde el interior de nuestras almas.
Y vinieron a contarnos que el universo entero cabe en un abrazo.
El plan era simple: primero había que descubrir dónde los tenían.
Hace un año esta foto hubiera sido imposible.
Manuel y Maia intentando juntos hackear una red. Otra foto improbable.
Hay encuentros, redenciones o perdones que un año atrás eran impensadas.
Fue gracias a ellos que empezamos a sanar. Buscándolos a ellos estamos siguiendo el camino que nos abrieron. En realidad nos buscamos a nosotros mismos.
Kobu extraña a Devi, y yo a Venecia. Su aroma. Su sonrisa. Sus ganas de ponerme siempre frente a un problema. Sus labios. Su amor.
Hoy nos reconocemos en ellos. Azul es Luz. Y Luz es Azul.
Sin ellos ya no somos nosotros.
Con ellos nos animamos a mirarnos al espejo.
Con ellos nos animamos a enfrentar el miedo.
Ellos aislaron nuestra soledad.
Ellos aislaron nuestro dolor.
Ellos nos enseñaron a ver otra vida dentro de la vida.
Somos los mismos, pero somos distintos.
Ya sabíamos lo más importante para avanzar: hacia dónde ir. Ya no hay vuelta atrás, ya sabemos dónde están y hacia allá vamos, a rescatarlos.
Podrán tenerlos encerrados, podremos estar separados, asustados y confundidos, pero no estás aislado mientras haya alguien que piense en vos. Porque un aliado es lo opuesto a estar aislado. Un aliado es el que se va hasta el fin del mundo y más allá a rescatarte.
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Aliados
RandomNunca me importó nadie. Nunca había llorado por otro, ni había sentido pena o compasión. Nunca había amado a nadie. Yo era el único protagonista de mi vida, los demás eran extras. No saludaba a