Parte 1: Victoria anticipada.

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Meliodas le daba el golpe de gracia a Fraudin; todo había terminado, los diez mandamientos habían sido derrotados, Estarossa y Zeldris habían sido sellados, toda su poder demoníaco había sido sellado completamente, no serían despertados nunca más.

Elizabeth estaba mirando la escena recargada en el lomo de Hawk, había sido atravesada en el abdomen por un ataque, intentaba curarse pero su magia no podía cerrar la herida que cada vez sangraba más.

-Elizabeth, tranquila todo estará bien- dijo el cerdo amigo.

Meliodas la miro, comenzó a caminar hacia ella pero la herida que Fraudin le había proporcionado era de gravedad, le había atravesado el corazón.

-Meliodas-sama- dijo ella mientras se levantaba con dificultad, caminaba directamente hacia donde estaba tirado Meliodas, se hincó y lo abrazó.

-Meliodas-sama tiene que vivir- dijo ella poniendo su cabeza entre el cuello y hombro de Meliodas.

-Elizabeth...

Meliodas sentía como todas sus fuerzas estaban volviendo, su herida dolía cada vez menos, el aura de curación que Elizabeth estaba despidiendo era mucho más grande que la vez que derrotaron a Hendriksen; pero también notó que la energía de ella era cada vez menor, la abrazó y sintió como un liquido estaba saliendo rápidamente de su abdomen, levantó la mano y pudo verla empapada en sangre.

-Elizabeth, basta, si me sigues curando morirás- gritó mientras trataba de apartarla.

-No me importa Meliodas-sama, tienes que vivir, tienes muchas cosas que hacer, y debido a que no fui mucho de utilidad en esta batalla, esto es lo mínimo que puedo hacer- dijo ella mientras levantaba su cabeza y lo miraba a los ojos.

Las lagrimas caían indiscriminadamente por los ojos de ambos.

-No seas tonta, suéltame.

Ella negó con la cabeza.

Entonces fue cuando él sintió como había sido restaurado por completo, la energía de Elizabeth ya no podía percibirla y ella cayó en su regazo, él la acomodo en sus piernas.

-Meliodas-sama...

-Elizabeth eres una tonta, ¿por que maldita sea me curaste?-decía mientras la miraba; las lagrimas pegaron en el rostro débil de Elizabeth.

-Meliodas-sama, si tú hubieras muerto, yo no hubiera tenido alguna razón por la cual seguir en este mundo, pero en cambio tú si la tienes, Liz ha regresado, ahora puedes estar con ella, con la mujer más importante de tu vida, estoy feliz Meliodas-sama, estoy feliz porque sé que estarás bien, que vivirás felizmente y tendrás una familia que te ame tal y como yo lo hago.

Los ojos de Meliodas denotaron asombro.

Elizabeth sonrió.

-¿Me amas?- la voz de Meliodas se quebraba.

Ella le dedico una mirada de tranquilidad y con sus ultimas fuerzas asintió con la cabeza.

-Siempre lo he hecho- y cerró los ojos.

-No, Elizabeth, no, despierta, vamos, VAMOS, ELIZABETH, VAMOS- la ira de Meliodas estaba saliendo de nuevo de control.

"Me prometí que no volvería a pasar esto, que no volvería a ver a la persona que más amo morir".

Los pecados miraban a distancia, estaban devastados.

Hawk corrió hacía donde estaba Meliodas.

-Meliodas contrólate, si pierdes el control nos absorberás a todos, Meliodas, desaparecerás el cuerpo de Elizabeth estúpido.

-Maestro, no lo haga- dijo Ban yendo tras él.

De pronto todo se volvió obscuro...









El dragón de Liones.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora