Entré en la habitación. Tu estabas allí, esperándome. Las paredes y el suelo eran blancos totalmente, no había muebles ni ventanas, y la procedencia de la luz era un misterio. Lo único que resaltaba de la habitación era tu atuendo negro, casi era un insulto para la habitación tal contraste. Me mirabas fijamente, evaluándome, mientras avanzaba a tu encuentro. Me paré a unos pasos de ti. En ese momento comenzaste a hablar:
-Debes saber que te hemos elegido para esta tarea porque creemos que tú lograrías realizar tal azaña. Por supuesto yo iré contigo en todo momento.
Sinceramente no tenía ni idea de lo teníais en mente. También creí que tus acciones eran como tu forma de hablar, robóticas, aunque me demostraste más adelante que ninguna de las dos era así.
Al terminar de hablarme me rodeaste y te dirigiste a la puerta. Yo te seguí, ¿qué otra cosa podía hacer? Aquel edificio me resultaba extraño, y me causaba escalofríos, añadido a que se encontraba bajo tierra, lo que me hacia sentir una terrible inseguridad. Pasamos por varias puertas, que tan sólo se abrían con lectura de ojo, (en concreto del tuyo) y al fin llegamos a una sala gigante, en la que no había estado antes. Estaba repleta de gente que llevaba ropa blanca, como yo. Cada uno tenía un número, que iba cambiando cada mes. Yo ese era el número 1, como el mes pasado, y el anterior, y el anterior. Me ordenaste quedarme allí, y así hice. Tu te dirigiste al escenario que había en el centro y diste la noticia: había una nueva misión.
ESTÁS LEYENDO
¿Recuerdas?
Teen FictionNo se mucho sobre ti, pero hemos tenido aventuras increíbles. Por si no te acuerdas te voy a refrescar la memoria y a contarte algo que cambió mi vida, lo cual fue conocerte. Mi mayor aventura comenzó ese mismo día.