Me levantó de la cama y lo primero que pienso es "¿que voy a hacer hoy?" siempre es la misma pregunta, y siempre hago lo mismo, me visto, me higienizó, como algo y salgo a la plaza de mi barrio a jugar.
Claro, ¿ que más podría hacer una niña de 4 años?.
Al rato me llama mi madre;
-Mérida, a comer!
Voy.
Como, y mi madre me manda a bañarme y a ordenar mi cuarto que viene visita.
-¿quién?.- pregunto.
-Tu primo, Facundo.
Me emociono, amaba las visitas de mi primo. Mis hermanos Maximiliano y Celeste también, aunque no tanto como yo.Pasa una hora y llega Facundo.
Ocurre lo mismo, vamos arriba, al cuarto de mi hermano a jugar y terminamos "aburriéndonos" (Facundo y yo) y decidimos ir a jugar a mi cuarto con la computadora.
Pero no... El no quería jugar con la computadora, quería jugar conmigo, con mi cuerpo, con mis sentimientos, quería jugar a arruinar mi infancia."El juego de la mamá y el papá" le llamaba el.
Era divertido para mi, y aún no puedo creerlo.
El estaba abusando de mi.
Era nuestro secreto, nuestro "juego único" nadie podía enterarse de ese "juego".
Aún me pregunto, ¿qué es lo que él pensaba para abusar de una niña de 4 años, que le veía de placentero? Jamás voy a entender a su mente retorcida.
Pero esa no fue la única vez. Pasaba siempre que nos veíamos.
Me ponía como loca desquisida cuando Mamá no me dejaba ir a lo de la tía Cecilia (su madre, mi tía) porque yo quería verlo.
Cada vez, quizá a veces pasaba con ropa, el me tocaba sin que nadie se diera cuenta. Y yo me dejaba.
Recuerdo muy bien una vez que mi madre me dijo " Mérida, Facundo te da besos?" yo negué rotundamente.