XV

1.3K 132 57
                                    

"He visto morir al amor de muchas maneras cuando merecía estar vivo."

: : C A P Í T U L O   Q U I N C E | ¿Viven duendes en tu cabeza?; parte 2

(Megan)

¿Conoces esos momentos donde temes por tu vida como si miles de hormigas gigantes tuviesen la misión natural de comerse tus ojos y tus orejas hasta dejarte casi muriendo desangrada en un callejón sin salida? Bueno, déjame decirte que algo así sentí cuando ese horrible violador enredó sus sucias manos de puerco en mi cintura.

Lo único que pude hacer fue actuar en nombre de mi instinto.

Sólo unos segundos después llegué a ser consciente de que mi supuesto violador no era otro que mi novio. El chico que de retorcía en el piso mientras se agarraba su entrepierna y se masajeaba la cabeza susurrando una sarta de maldiciones que si fuese una mujer delicada me hubiese sonrojado por escuchar.

- Oh, cielos, ¡Quinn! - murmuré bajando debla cama con una presta rapidez y arrodillándome al lado del cuerpo que serpenteaba de dolor en el piso.

- La puta que me parió - gruño arrugando la nariz y mirándome con confusión -. ¿Por qué diablos hiciste eso?

Mordió su labio inferior y en ese momento fui consciente también del pequeño corte que se hallaba en su ceja izquierda.

- ¿Quién te hizo eso? - pregunté frunciendo el ceño sin apartar la mirada de su rostro oculto tras las sombras de la noche.

Él pestañeó con lentitud y su cuerpo cesó de retorcerse para mirarme fijamente con intensidad. Fue unos de esos momentos que recuerdas en el tiempo, cuando tus ojos se encuentras con la persona que sabes que cambiará tu vida para siempre y sin remedio. En sus ojos claros se dejó entrever la inseguridad y duda que tenía en sus pensamientos, los cuales nunca compartía conmigo.

Siempre supe que Kellin era un tipo cauteloso y reservado. Puede que ocultase todos sus problemas detrás de esa facha de chico malo que proyectaba al mundo antes de comenzar a salir conmigo pero jamás le vi mantenerme tan al margen de todo lo que le molestaba como estos días. Quiero decir, no es como si me comentase todos los secretos que guardaba en su interior, pero vamos, al menos me hablaba de ello.

Y en realidad, es difícil apoyar a alguien que no quiere ser apoyado.

- Megan - dijo en voz baja y un poco ronca. Y en ese instante con exactitud cuando mi nariz percibió el penetrante olor picante del alcohol. No fue tanto que hubiese bebido, sino que había llegado hasta mí luego de embriagarse cuando sabía que lo odiaba.

Aguanté las ganas de agarrar mi zapato del piso y golpearle con él.

Después de la última vez que había llegado a mi lado borracho como una cuba le advertí que si bebía, por favor no se acercara a mí luego.

Y otra vez, para la colección, él me había ignorado.

Ahora es cuando me pregunto, ¿en qué estaba pensando? Sabía que él no cumpliría su palabra y aún así tuve una vaga esperanza dentro de mi corazón que confiaba en que él sería considerado y me evitaría mientras no estaba en sus cinco sentidos. 

¿He dicho que perdí la fe en una humanidad libre de estupidez? Pues es por personas como Kellin Quinn.

- Quinn, estás ebrio - susurré apretando los dientes para no gruñir. Todavía quedan recuerdos en mi mente de la vez que él llegó a mi casa en este estado y tuve que escucharle cantar la canción completa del titanic, versión desafinada y con gruñidos parecidos a un perro rabioso.

Keep you ; kellin quinn [iych #1.5]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora