Con su rostro mojado, sólo mantenía los ojos cerrados dejando que esas gotas de lluvia tranquilizaran su ser, que se volvieran como una especie de sustancia que purificara todo ese sentir en su interior, aunque no fue una acción terrible, pero lastimó a una persona que estaba ahí con toda la esperanza de conocerlo, de poder hablar con él y, en un instante, todo se había arruinado.
Sabía que él había ido a la fiesta con una intención similar, y se preguntó que habría sentido si mirara a la chica que, hasta esos momentos, podía decir que le gustaba, con otro chico, aunque podría haber estado en la fiesta con su novio o con aquella persona que le dijo mi amor la otra noche, y tan sólo se acercó a él como un gesto de amabilidad y porque le caía bien, pero sólo eso, tanto sus esperanzas con Lucero como con la que perfilaba ahora ser la chica de sus sueños, estaban destrozadas, aunque había algo en su interior que le decía que la noche aún no terminaba. Miles de pensamientos invadían su mente, si todo lo que había hecho hasta ese momento era parte de un plan que la vida le tiene preparado o fueron sus decisiones quienes lo llevaron hasta donde estaba, quizás una combinación de ambas.
La lluvia continuaba, pero hubo un instante en el que ya no podía sentirla sobre su cara, automáticamente sintió una presencia cerca de él, pero no era del tipo de presencia que asusta, sino que era una presencia hermosa, como si la tranquilidad y paz del universo siguieran a aquella persona que estaba cerca de él, no quería abrir los ojos, podría ser cualquier persona, aunque no era relevante para J. saber quién estaba cerca de él, pasaron algunos segundos y aquella persona se sentó sobre el pasto mojado a un lado de él, hizo un pequeño sonido de molestia porque aquel lugar no era el mejor sitio en donde quisiera sentarse, pero fue algo breve. Siguieron pasando unos cuantos segundos, hasta que un maravilloso y hermoso sonido rompió el silencio, era su voz, aunque sólo dijo una palabra, esa pequeña palabra le dio la oportunidad de descubrir que era su voz aquello que necesitaba escuchar para sentirse mejor, aquello que podría darle las fuerzas de hacer lo que fuese tan sólo para poder volver a tener el bello honor de escuchar su voz.
Hola.
Sin abrir los ojos, J. respondió.
Hola, lo siento, no sé quién seas y no quiero parecer grosero, pero este no es un buen momento para que decidas que te haga compañía.
Ya lo veo, pero aun así, prefiero estar aquí contigo, es un grandioso lugar para estar.
Con cada palabra, J. se enamoraba cada vez más y más de aquella dulce voz.
Y, ¿cómo llegaste hasta aquí? Preguntó aquella persona que estaba a su lado.
Tuve un breve deseo por correr sin parar y así es como llegué hasta aquí.
Y, ¿puedo saber por qué surgió ese deseo?
Claro, pues, aunque no pueda verte porque no quiero volver a abrir los ojos hasta que exista algo que valga la pena ver, esta noche pintaba para ser realmente hermosa y especial y lo fue, hasta que sucedió algo que me hizo sentir muy culpable, lastimé a una persona.
Vaya, pues sí que corres rápido, afortunadamente pude seguirte el paso.
¿Qué quieres decir con eso?
Es cierto, aparentemente dices que lastimaste a una persona, pero no es así, tan sólo, esa persona estaba confundida, ¿no has pensado que tal vez se fue sólo para digerir lo que vio y unos pocos minutos después regresó a buscarte?
No lo había pensado, oye, acaso tú eres...
No hables más, mira J., si es que estoy aquí es porque ese es mi deseo, aunque este no es el lugar adecuado para platicar, no hay mejor lugar en el mundo para mí que este, porque en este lugar puedo compartir un espacio contigo.
Que maravillosas palabras. Oye, si es que eres tú, te debo una gran dis...
En ese momento, sin abrir los ojos, un sentimiento increíble e inimaginablemente maravilloso invadió su corazón, al mismo tiempo que se comenzó a acelerar como muy pocas veces en su vida. Aquella chica que estaba junto a él había tomado su mano, casi instantáneamente recordó que alguna vez ya había sentido aquella cálida y mágica sensación, era la misma sensación que percibía cuando la chica de sus sueños tomaba su mano para que la siguiera. Teniendo esa preciosa sensación en su cuerpo, poco a poco su respiración se iba acelerando más y más, porque sentía que ella se estaba acercando más y más a su rostro, aún con los ojos cerrados, sabía que cada segundo estaba más y más cerca, la emoción que tenía no cabía en su interior, hubiese querido gritar para expresar todo lo que sentía pero aquella acción podría echar a perder un momento tan especial como ese.
Entonces, sintió que su respiración se encontraba con la suya, ya no podía soportar no poder abrir los ojos pero quería esperar a ver qué sucedía. Y sucedió, la calidez y suavidad de sus labios tocó su piel, un beso simplemente inolvidable, J. daría cualquier cosa para que ese momento, ese instante, fuese eterno y quedarse con esa encantadora sensación en su mente, no fue un beso en los labios, pero fue el beso que más había amado sentir de todos los que podía recordar, ese beso le robó la respiración, le robó cualquier pensamiento que pudiese tener y con ese beso, su corazón regresó a donde debía de estar, junto al de ella, entonces, no pudo evitarlo más tiempo, abrió los ojos, y observó, maravillado, la mejor imagen que había visto en su vida y así, fue como terminó su noche especial.
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Una loca e interesante historia de amor
Teen FictionEl amor es el gran motor que permite a las personas tener más de un motivo para ser mejores, ¿qué es lo que tú harías por amor?