Celos - Capítulo 4

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Narra Guillermo:

-¡Es tu maldito hermano Guillermo! ¿¡Acaso no te das cuenta, o necesitas que yo le ponga un cartel en toda la frente, ¨Soy tu hermano Guille¨!?-Frank estaba enfurecido, no tenía razón para estar en ese estado, que yo sepa a él le iban las mujeres no los hombres.

-Que tampoco es para tanto- Intente calmarlo- Que solo estábamos jugando...

-¡Jugando dice!- Chillo- ¡Si casi le comes la boca! Ganas no te faltaban para hacerlo- Me sonroje violentamente- Lo que sucede es que el señor ¨Me beso con quien me dé la gana¨ no le ha dado tiempo a hacerlo porque yo aparecí justo.

Por un lado tenia razón, Ganas no me faltaban para comerle la boca a Samuel, pero por otro lado hay que pensar que es mi hermano y que nuestros padres no aceptarían lo que estaba por ocurrir. Al menos sé que mi padre no lo haría.

-No volverá a suceder, lo prometo- Al decir esto cruce mis dedos en la espalda. Aunque Samuel fuera mi nuevo hermano me lo fallaría, cueste lo que cueste.

-No te creo- Dijo el cruzándose de brazos- Sueles ser muy mentirosos en estos casos

-¿Y por qué te importa tanto de repente?- Se sonrojo y volteo su rostro.

-Solo, cumple tu maldita promesa- Y con esto se marchó de la habitación en la que nos encontrábamos.

El comportamiento de mi amigo fue demasiado raro, era obvio que estaba enamorado de Samuel, pero no entiendo por qué el no confía en mí. Al menos todo esto me servirá de escusa si me encuentra en otra situación ¨rara¨ con mi hermano mayor.

Me senté en la cama que se encontraba a mi derecha para pensar un poco la situación en la que me encontraba. Hermano nuevo más madre nueva es igual a una familia nueva. Familia nueva significaba nueva vida.... En fin, todo esto era una nueva experiencia que estaba dispuesto a vivir con los nuevos integrantes que ocuparan esta.

Me tome un tiempo para observar el pequeño cuarto en el que estaba; Este tenía una cama con una manta morada, un ordenador, una cómoda y un espejo que decoraba la parte de arriba de esta. Me llamaba mucho la atención el color morado en esta habitación, que por cierto era algo que resaltaba mucho, pero no es la habitación de Samanta ya que la cama era para una persona (Me imagino que ella tendrá una para dos por su antiguo esposo) y para terminar esta consistía con una puerta extra que debe de ser un baño

-¿Qué haces aquí?- La voz chillona de Samuel me quito de mi transe. Al ver que tenía una cara de no comprender nada siguió- Esta es mi habitación, y no sé quién te dejo entrar así que... Vete- Lo mire con total odio, ¿Qué tiene de malo que este aquí? Para molestarlo un poco decidí quedarme.

-Hay Samu, Samu- Dije en un tono jocoso y me acomode más en su cama- Quería conocer un poco tu linda casita y termine aquí- Señale todo con mi dedo- Por cierto tienes una cama muy cómoda- Termine y me recosté en su cama.

-¡Eh! Sal de ahí, que me costó mucho dejarla perfecta- Se acercó a mi dispuesto a sacarme de ahí... Pero el no conto con algo que yo si- ¿Q-Que haces?- Pregunto alarmado y sonrojado.

La situación era la siguiente, un Samuel sonrojado abajo mío con el traje medio mojado/medio seco y tartamudeando. Creo que ya entiendo por qué Frank esta tan enamorado, él es perfecto.

-Te eh dicho que no me subas el tonito, niño malo- Dije con voz ronca- Ahora tendré que castigarte y estoy seguro que te gustara...

-¡N-No soy Gay!

-Tu madre no dice lo mismo- Pronuncie estas palabras de manera melosa y lenta cerca de su oreja para luego lamer toda la extensión de su cuello.

Samuel miraba expectante a mis movimientos, mientras sus pequeños mofletes (Digo pequeños por que no se comparan a los míos) estaban sonrojado. Decidí por atacar su cuello, no me atrevía a ir a sus labios de manera tan directa.

Al final me dijiste que síDonde viven las historias. Descúbrelo ahora