Capítulo 1.

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Hace cuatro años que no veo a mi primo Liam, desde que se presento al X Factor no lo veo, intentaba ir en los veranos, pero los problemas económicos de mis padres hicieron que no pudiéramos permitírnoslo desde hace cuatro años.

Esa tarde mi madre me había dicho que tenia una sorpresa para mi, pero en este momento no puedo preocupar por eso... ya que hoy nos daban las notas de selectividad.

Estaba con mi mejor amiga María esperando por las notas.

- ¿Estas nerviosa Clar?- me pregunto mi amiga con esa manía de suya de eliminar la ultima letra de mi nombre.

- La verdad es que si...- no debería haber admitido esto... y es cierto, después se reiría de mi, puesto que yo no soy la típica chica que se pone nerviosa o que le da todo vergüenza, mas bien todo lo contrario...

- Las notas están listas en el tablón de anuncios- dijo Vicente, el director de mi instituto. Me costara despedirme de el después de estos seis años aquí... Pensé, la verdad es que todos los alumnos que nos íbamos a la universidad el e haríamos de menos.

Maria y yo nos dirigimos al tablón de anuncios para ver nuestras notas. Cuando vi la mía me quede paralizada...

- Un ocho - Murmuré. Era una nota alta para selectividad, y mas para las que suelo sacar yo...

- ¡Tengo un 7'5! - exclamo Maria - ¿Tu cuanto has tenido Clar? aunque ni se porque pregunto si tu siempre tienes notas buenas...

¿Buenas notas? ¿yo? ¿pero que dice? aunque mejor me cayo... porque si le digo eso y luego que tengo un ocho así como dato genial y maravilloso de la vida pues como que no.

- Tengo un 8 - conste sonriendo

- Lo sabia, empollona - me miro con los ojos entrecerrados y nos empezamos a reír.

La verdad es que no era la típica chica empollona, mis notas no solían subir del 7, pero para selectividad necesitaba mas nota por lo que estuve como una autista sin salir de mi habitación estudiando.

Después de recoger las notas y el certificado fuimos a mi casa a comer, ya que estaba yo sola, y como chicas sanas que somos comimos pizza y de postre helado de chocolate con menta.

Después de comer Maria se fue a su casa a contarles a sus padres las buenas noticias y mirar a ver si podía conseguir algo mas de dinero para el ínter raíl (en verano durante dos o tres meses se coge un tren y se va por toda Europa de mochileros, Maria y yo íbamos a hacerlo de dos meses y medio)

Yo me quede sola en casa viendo la tele tirada en el sofá.

Cuando llegaron mis padres...

- ¿Hija que sacaste? - dijo mi madre nada mas entrar al salón

- Hola, si he comido muy bien, hemos pedido pizza - dije lo mas sarcástica que pude

- Ay hija, lo siento, pero estoy muy nerviosa, ¿que sacaste? - dijo mi madre subiendo cada vez mas de tono

- Un ocho - dije contenta

- Bueno, podrías haberte esforzado mas - dijo mi padre mirándome serio

En ese momento mi sonrisa desapareció, nunca había sido una chica de nueves, por lo que para mi ese ocho era muy importante después de todo lo que había estudiado, aunque siempre mi padre creía que podía sacar mas nota fuera la nota que fuera la que había sacado.

Pero de repente apareció una sonrisa en el rostro de mi padre

- Era broma, yo he visto que te has esforzado y un ocho es una nota muy buena en selectividad, estoy muy orgulloso de ti hija - dijo alegre

- Bueno Clara, tenia que hablar contigo sobre este verano - dijo mi madre nerviosa mientras se sentaba en sofá



Summer ForeverDonde viven las historias. Descúbrelo ahora