7. Campamento

2.7K 223 9
                                    

Después de la petición de Alonso volvimos a la cafetería, ya había terminado la hora del almuerzo y regresé a mi aula, Alonso me acompañó y Sam se encontraba en la entrada esperándome.

—Nos vemos, Cam. —dijo Alonso dejándome con Sam, asenti y él se fue.

—Vaya. —dice Sam sonriendo mientras lo observaba irse.

—¿Qué? —pregunté confundida, ella soltó una risa.

—Te envidio

—¿Por qué?

—Alonso es muy guapo. —dice sonriendo pícara.

—Oh... Sí, lo es. —admití riendo y entré al salón siendo seguida por Sam. —Me invitó a salir. —le conté sentándome en mi lugar correspondiente

—¿¡Y QUÉ LE DIJISTE!? —me gritó emocionada.

—Baja la voz. —le pedí riendo. —Le he dicho que sí. —cuando termine de decir eso Sam soltó un grito.

—Oh, Dios. —dijo saltando en su lugar. —Hiciste muy bien amiga. —dijo abrazándome.

—Solo... Tomé tu consejo, tratar de conocer a más chicos. —le dije soltando un suspiro al final de la frase viendo hacia el piso.

—Oh no. —dijo. —Esto no tiene que ver con lo que sucedió en la hora del almuerzo con Jos y Rebecca, ¿verdad? —preguntó mirándome con los ojos entrecerrados.

—¿Cómo lo sabes? —pregunté confundida.

—Cam, querida, pareces nueva aquí. —dijo riendo. —Los chismes corren rápido, especialmente si se tratan de Jos Canela y su novia. —dijo y puso su mano en mi hombro como consuelo. —Lo lamento tanto, por eso te he dicho que debes olvidarte de él, esto te hace daño Cam. —no me había dado cuenta que unas lágrimas habían comenzado a descender por mis mejillas. —No llores, Camila —dijo mi amiga y me abrazó.

No quise continuar llorando porque en cualquier minuto llegaría el profesor y detesto que me vean llorar, los únicos que me han visto derramar lágrimas han sido Freddy y Sam. Pero de alguna manera el abrazo de Sam me hizo llorar aún más.

(...)

Ya se había terminado la escuela, por hoy, me dirigía al baño, después de todo el profesor se dio cuenta que había estado llorando porque mi cara estaba roja, eso siempre sucede cuando lloro.

Sí Santa Claus me viera sería su nuevo Rodolfo el reno.

Entré al baño de mujeres y lavé mi cara, siempre dicen que borra cualquier rastro de haber llorado, pero yo me seguía viendo igual, buscaré una manera de pasar desapercibida, no quiero que me vean así, y por "vean" me refiero a Freddy, él siempre busca una manera de sacarme la verdad.

Salí del baño caminando rápido, me escabullí entre la multitud de estudiantes que pasaban, no me atrevía a levantar la mirada para que no me miraran, estoy hecha un desastre. Seguí caminando por fin salí del instituto y me encontraba en el estacionamiento, a lo lejos pude ver a Jos, estaba solo, caminé rápido para que no me viera, tenía pensado irme caminando y así sería más fácil que se borrara cualquier rastro de mi llanto, seguí caminando rápido con la esperanza de que Jos no me viera... Y fracasé.

—¡Camila! —me gritó, no hice ningún intento por voltear y seguí caminando con la vista hacia el suelo. —¿¡Camila!? —volvió a gritarme, y de nuevo me estaban comenzando a salir lágrimas, tal vez con el simple hecho de saber que Jos no estaba conmigo, me hacía sentir terrible. —Cam, ¿qué te pasa? —dijo llegando hasta mi, no me di cuenta cuando venía para acá, no me atreví a mirarlo a la cara y negué viendo hacia el suelo. —Cam... —me dijo haciendo que levantará la vista hacia él. —Cam, ¿por qué lloras? —preguntó, pude ver que en sus ojos se reflejaban la preocupación, volví a negar con la cabeza, las lágrimas seguían cayendo, quiero que paren pero por alguna razón estás siguen saliendo de mis ojos.

Dos Chicos, Una Decisión #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora