Capitulo 10

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Tic-tac.

Tic-tac.

–Pensé que la caja sería más grande – Max miró la pequeña caja frente a mi.

–No creo que llevará tantas cosas conmigo. – O al menos no me veía a mi misma como alguien que llevara todo tipo de cosas a una pequeña salida.

–Llevabas un bolso la última vez que te vi – dijo con el ceño fruncido, estaba preocupado. –Segura que esto es todo, ¿dijeron algo más? – negue y me sentí mal al verlo tan frustrado.

–Realmente lo siento. –

No me miró, estaba sumido en sus propios pensamientos, probablemente tratando de llegar a alguna conclusión sobre todo esto, entonces sus manos se deslizaron hacia la bolsa donde se encontraba mi teléfono, no sabía porque no la arroje a la basura antes, porque obviamente lo olvide mientras veía una pelicula con Jeremy.

–¿Qué es esto? – su rostro se llenó de confusión.

–Mi teléfono, o lo que quedó de ese aparato – dije con desdén.

–No, este no es tu telefono... – lo inspeccionó detalladamente y un minuto después saltó de su asiento, como si hubiera encontrado la clave de todo, fue a su computadora y comparó el objeto con otras fotos, lo desarmo, aunque no se necesito mucho para ello. –¿Te dijeron algo de este teléfono? – negue.

–Creo que mis padres dieron mi número e hicieron la investigación en base a eso, ya que mi celular se encontraba destrozado. –

–Pues sí eso hicieron, fueron demasiado negligentes. Creeme cuando te digo que el objeto que ahora tengo en mis mano no es tuyo – encontró lo que buscaba y fue en busca de otro teléfono.

–¿Cuántos teléfonos tienes? – Pregunte.

De nuevo me ignoro, demasiado concentrado en lo que hacía, puso la sim extraña en aquel teléfono y llamó al mio.

–Es otro número. – Descubrí sorprendida. –Tal vez usaba dos telefonos. –

–No lo creo – negó, regresando a la computadora. –Voy a tratar de recuperar toda la información que pueda, desgraciadamente sufrió algunos daños – masajeó el puente de su nariz y tomó un gran respiro antes de ponerse manos a la obra.

–Hay algo más... – deje las palabras en el aire mientras sacaba el collar debajo de mi camisa. Su atención volvió a mi. –Theo no parece recordarlo... pero creo que me lo dió mi madre... –

–Pues, nunca lo había visto antes... – se acercó para darle un mejor vistazo. –Si dices que te lo dio tu madre, tal vez... puede que no te refieras a la Señora Seydoux – me miro con cierto aire de calma pero... esperando una reacción de mi parte, algo que no había recordado, algo como... –posiblemente te refieras a tu madre biológica. –

–¿Acaso mi padre engaño a...? –me quedé un poco pensativa y aterrorizada. Pero el negó de nuevo.

–Eres adoptada Belle. –

Adoptada.

La palabra flotó entre nosotros por varios segundos, adoptada, pensé en ello, los álbumes de fotos, nunca hubo una de mi siendo un bebé, una niña pequeña, ¿a que edad me habían adoptado?

Luego estaban nuestros rasgos, mis padres tan rubios y también Theo, con sus ojos verdes tan similares, incluso el mismo tono de piel, sus gustos, aquellos gestos idénticos. Y entonces estaba yo, con mi cabello castaño oscuro, mis ojos grandes de un tono azul muy oscuro, mi forma de ser tan diferente a la de ellos. ¿Por qué no me lo habían dicho?, pero claro, ahora la reacción de Theo tenía sentido, puede que haya creído que ya me habían dicho.

Lo Que No Sabes de BelleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora