Capitulo 4

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Sigo caminando y al cruzar la calle hay seis tipos, unos apoyados en la pared y otros enfrente de estos hablando y fumando. La verdad es que no tienen muy buena pinta, incluso me dan algo de miedo. Siento escalofríos por todo mi cuerpo mientras sigo avanzando por la calle.
Cuando me voy acercando cada vez mas a donde se encuentran ellos, empiezan a mirarme de arriba a bajo, de inmediato me abrocho la chaqueta dispuesta a correr, pero uno de ellos se gira y apaga su cigarro pisándolo con el pie contra el suelo.
Se acerca a mi.

-¿Quieres que te acompañemos a algún lado señorita?. Dice riéndose y mirandome de arriba a bajo.

Mis miedos aumentan y salgo corriendo, pero él me alcanza mucho antes de que pueda llegar al final de la calle y me toma del brazo haciéndome daño.
Le ruego que me suélte pero él sólo se rie y me lleva a la fuerza donde se encuentran sus amigos.

-Por favor dejar que me vaya no le diré nada a nadie de esto. Digo sollozando.

Mis lágrimas aumentan cada vez más, no sé por qué no grito, no tengo fuerzas de gritar sólo tengo ganas de llorar.
Por un momento me pongo a pensar que me van a violar, luego me apuñalaran y esconderán mi cuerpo en algún lugar del mundo, y que mi madre volverá a estar mal igual que con la muerte de mi padre, y mi hermano buacará venganza y justicia.

De repente vuelvo a la realidad, y veo que una luz me ciega y que un sonido de una moto se acerca.
¡Por fin!, alguien me rescatará, a no ser que sean más amiguitos de estos, si es así estoy acabada.

-¡Sube, rápido!. Me grita el chico de la moto.
No sé por qué le hago caso, tal vez es otro igual o peor que estos.
Me monto y este acelerá a toda velocidad dejando atrás a esos tipos los cuales algo malo querían hacerme. Me agarro al chico de la moto tan fuerte que este se queja.

-Perdón y gracias por haberme ayudado. Digo dejando de apretarlo.

-De nada. Dice riéndose a carcajadas.

Su voz me suena, la he escuchado antes pero no sé en donde.
Chasqueo la lengua cuando caigo en quien es este chico el cual me acaba de ayudar.

-Apaga este trasto y bájame ahora mismo, tú eres el idiota de la discoteca. Le digo pengándole en la espalda.
Este ni se inmuta por los golpes, sólo se rie.
-Por cierto no me llamo idiota, mi nombre es Dylan.

¿Pero a dónde cojones me está llevando?, acabamos de pasar por un puente y me lleva hasta un polígono, en el cual sólo hay naves viejas y llenas de firmas de grafiteros callejeros.

-¿Dónde estamos?, ¿y por qué me has traido aqui?. Digo algo asustada y enfadada.
Bájate!
-Pero, ¿me vas a dejar aquí?
-Yo ya te he ayudado no tengo más nada que hacer, arréglatelas tú sola guapa. Me dice lanzándome un beso al aire.
Me bajo, y sin poder decirle nada arranca la moto y se va.
Ahora como vuelvo a casa si no sé ni donde estoy.
Mis miedos vuelven a invadirme todo mi cuerpo. Me siento en un escalón de la entrada de una nave y empiezo a llorar, llorar de rabia y coraje por haberme montado en esa moto con ese imbécil llamado Dylan.

[NARRA DYLAN ]

Sólo voy a dejar que pase media hora y después iré a por ella. Sólo la he dejado allí para que sepa que a mi nadie me habla de esa manera.

Bueno creo que ya es hora de que vuelva, ya habrá aprendido la lección.

Llego y apago el motor sigur donde la dejé. Se ha sentado en un escalón de la entrada de esa nave.
La verdad es que está buena de cojones, parece una barbie con esos ojos grises y esa media melena rubia. Encima lleva esa falta tan pegada que le hace un culo precioso.
Me acerco a ella y me doy cuenta que está llorando. Joder igual me he pasado un poco pero le tenía que dar esa lección, nadie nunca me habla así.

-¡Ey!, ¿estás bien?
Se sobresalta al escucharme.
-Si claro de puta madre estoy ¿no lo ves?, me dejas aquí tirada y todavía me preguntas que si estoy bien, eres un idiota, un imbécil y un gilipollas. Dice lenvantándose furiosa y dándomde un guantazo e iendose hacia el puente.

-Había venido a por ti, pero me voy aquí te quedas.

Me monto en la moto y me voy hacia el puente.
Cuando paso por delante de ella me grita.

-Espera por favor, llévame. Me suplica gritando.

Paro la moto y ni me vuelvo hacia ella. La escucho correr hacia mi y se monta, pasa sus brazos por mi abdomen y siento su cuerpo pegado a mi espalda. Siento un leve cosquilleo por la espalda, ¿qué cojones es esto?, no entiendo a que viene ese cosquilleo.

Me dice donde vive y la llevo hasta la puerta de su casa, se baja, abre la puerta y entra dentro sin decirme nada.

One LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora