" A veces reparar un corazón roto es mas difícil de lo que piensa y acabas destruyendo las esperanzas de coserlo."
-Dann.
-Dann?
-Mi nombre, mi autentico nombre.
-Por qué ese?
-Me resulta un nombre lleno de fuerza, de confianza y de alegría.
Había olvidado que Dann siempre fue un nombre que le encantaba, me alegre por él, por fin podía sonreír como nunca antes.
Pero de que pasaremos por muchas dificultades, no solo con nuestra familia, si no también con nuestro entorno, estaba dispuesta a todo por mi hermano pequeño, pero aterrorizada de lo que podía suceder, entrar en el cuerpo equivocado era una tortura, como si todo fuera en contra tuyo y quisiera castigarte por algo pasado, pero me alegro de que en el mundo e el que vivimos halla solución a esto y puedas ser quien de verdad eres.
-¿Te apetece ir mañana a comer una pizza?
-Si! Mucho, amo la pizza
Sonreí, feliz.
-Sam? El sábado después de comer vamos a comprar? Necesito ropa, esta ya no la necesito.
-Claro, así yo también me compro una sudadera.
***
Al poco rato nuestra madre, una señora de casi cuarenta y dos años nos llamo para cenar. En la mesa todos nos encontrábamos en silencio, solo de fondo la televisión, la tensión podía cortarse con un cuchillo, mi padre un hombre de negocios no le dirigió la mirada a mi hermano, lo ignoro como si no lo conociese, mi madre se mantenía callada a la espera de algo, en cambio mi hermano y yo a veces nos mirábamos y reíamos por sucesos del programa que se estaba viendo.-Callados! No quiero oír vuestras estúpidas risas.
Mire a mi padre y note como mi carácter cambiaba, mi expresión era diferente.
-El único que no debería hablar es usted señor- lo trate como a un desconocido, pero ante todo con educación.
-¿Que dijiste?
-Y me ha oído señor, no lo volveré a repetir, si me disculpan me iré a mi cuarto donde no pueda verles, estaba todo delicioso.
Me levante sin mirarles, ignorando su presencia y antes de salir del comedor me volteé y le dije a Dann:
-Cuando termines ven a mi cuarto, hay que hablar de mañana.