Capítulo 38,5

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Pov' Sasuke

-Yo no he dicho eso –me gritó molesto-. Te dije que somos desconocidos en la escuela, para qué diablos haría algo que me delatara. Además, contigo, iagh... me da asco pensarlo.

Con cada palabra que decía aquel rubio de pacotilla, sentía como mi seño se hundía más y más. Ni con Itachi llegaba a este nivel.

-¿Entonces por qué diablos han venido tus amiguitas a preguntarme por qué lo hice contigo? –le grité con rabia.

-Yo que sabré, pregúntales a ellas.

Las estúpidas de Ino y Sakura me habían rodeado como poseídas para la segunda hora y me empezaron a criticar, de cómo había sido capaz de dormir con el dobe ese, que el por qué quise tener sexo con él y como es que podía caminar bien. El profesor de francés había escuchado prácticamente todo, y después de que ambas decidieran callarse de una buena vez empezó a mirarme como un raro. Para colmo, Karin se encontraba al lado mío y cuando ambas decidieron irse, empezó a llorar como magdalena.

Me gritó que la había engañado con Naruto ¡Y ni siquiera estábamos! Prácticamente el resto de la clase me empezó a ver grotesco. Luego cuando subí para geometría todos estaban hablando de aquello, tanto que el profesor tuvo que sacar a la mayoría del aula y luego me llamó para hablar con él. No hay nada más raro que un profesor te explique sobre la sexualidad.

Y para la cereza del pastel, Itachi llegó preguntándome si había hecho algo con Naruto en la noche.

-¡Eres un teme orgulloso! –me vociferó insolentemente.

-¡Y tú un maldito ruso gay! –respondí.

Ya me hartaba, había hecho todo lo posible desde anoche para llevarme bien con él y lo único que hacía era poner en prueba mi capacidad de resistencia. De todo, tuve que rogarle, tuve que llamar a Itachi para que lo levante, tuve que esperarlos fuera de mi cuarto y ahora esto.

Y ahora me mira con esa estúpida cara desafiante, como si fuera el gran mandamás de la escuela.

Maldito mafioso ruso.

-Ya me hartaste –me gritó, con sus manos en forma de puños-. Me importa un comino lo que los demás piensen sobre esto, es también su culpa por ser unos tipos con las hormonas al máximo.

¿Qué le harté? ¿Qué YO le harté? Él me había hartado desde ayer con esa actitud tan soberbita y ahora quería largarse dejando las cosas como están. Me importaba un rábano la mierda que quería mantener protegido, mi orgullo como hombre hétero estaba siendo pisoteado.

Rápidamente le cogí la mano para evitar que avanzara, no lo dejaría huir, oh no, jamás lo haría.

-Suelta mi mano –susurró, con el mismo tono de ayer.

-No hasta que le digas a todos que lo que dijiste fueron cosas salidas de tu mente.

-Teme, no estoy de humor. Suelta. Mi. Mano.

Levanté la vista encontrándome con aquellos ojos azules, tan dañinos como su alma. Me miraba con rabia, con la misma potencia que yo lo hacía, su mirada era entre lúcida y al mismo tiempo paradójica.

Eran extraños aquellos ojos, lo había notado desde el día anterior. Cuando solía enfadarse se ponían naranjas, y cuando tenía rabia amarillo verdoso. Pero eso no era nada a comparación de las líneas de sus mejillas, parecía que usaba en ese momento algún lapicero para marcárselas más. Realmente era un extranjero raro.

-Sé que tenemos un trato –me murmuró para que el resto de alumnos no oyera-, sin más, si sigues entrometiéndote conmigo, juro que te haré la vida imposible.

Su tono de voz era el mismo que había usado el día de ayer, después de que valientemente lo enfrenté. Aunque fuera involuntario, sentía como mi bilis se escurría por mi garganta y tuve que obligarme a tragarla.

-Lo mismo te recalco dobe. Puede que haya jurado intentar ser bueno contigo, pero si pones en peligro mi popularidad con tus conceptos de "Gay ruso" –le gruñí haciendo las comillas con los dedos, a lo que Naruto rodó los ojos- haré lo que sea para que la gente descubra el mafioso que eres.

Sabía que los demás estaban que miraban desde la ventana de arriba del aula nuestra pelea, pero realmente no me interesó aquello. Al dobe tampoco parecía importarle ahora su tan preciada personalidad y siguió con su forma tétrica.

-Estás haciendo esto un show, teme –me volvió a murmurar, solo que esta vez parecía encontrarse acorralado.

-No me afecta en nada usuratonkachi, no soy yo quien tiene que mantener una apariencia estúpida.

Él usuratonkachi pareció reaccionar con mis palabras, y se había quedado quieto después de eso. Jalé ligeramente su muñeca para ver qué pasaba, sin más aunque no lo pareciera estaba haciendo fuerza para no moverse.

-¿Matarlo? –balbuceó. Estoy seguro que escuché matarlo.

Se quedó quieto por algunos segundos más, para después volver a decir algo entre murmullos.

-Asesinarlo –volvió a clamar-, debo asesinarlo. Exterminarlo.

Miré para mis alrededores alarmado, aparte de mí ninguno de ellos podía escuchar al rubio, no es que me asustara pero le solté la mano. Cuando había rodeado con su brazo mi cuello, no parecía haberlo hecho una que otra vez, realmente creí que mataba por placer. Pero el rubio no me dejó dejarlo, y agarrando mi brazo, con sus uñas empezó a encarnarse en mi piel. Se había aprovechado en hincar por mis venas, y si tan solo fueran más filudas, podría desgarrarme el brazo.

Luego comenzó a hipear mientras incrustaba más sus uñas, solo que desvió un poco el camino a las venas. Podía sentir el mismo dolor que antes, pero no moriría por eso.

-Y destruirlo por completo –rió agudamente esta vez.

Me miró fijamente, sonriendo como un felino.

-¿Estás asustado, gatito? –dijo gélidamente en mi oído, y luego retrocedió. Podía sentir la excitación recorrer por sus poros, cada parte de su cuerpo clamaba en silencio sangre. Su cara estaba demasiado cerca de la mía, casi juraría que no había aire suficiente para ambos.

Naruto entonces comenzó a agarrar con mayor fuerza mi brazo, obligándome a hacer una pequeña mueca de dolor. Sus uñas parecían pequeñas navajas, inclusive creo que estaban cortadas en forma de pequeñas navajas. No podía desprenderse de esos ojos, tan llamativos y a los mismos tiempos ocultos tras esa mata de pelo.

-¡Qué es lo que sucede aquí! –escuchamos ambos gritar al profesor Asuma.

Intenté girar la cabeza para poder verlo, pero Naruto me jaló del brazo logrando que no me moviera. Sorprendentemente a él parecía no importarle lo que ocurriera o el castigo que tendríamos por todo esto.

-Suéltame dobe, es suficiente –chillé bajo.

Pero Naruto no parecía estar en su cuerpo. Era él y al mismo tiempo no, como si su él se convirtiera en otra persona ¿Sé comprende?

Quise retroceder cuando la cara de Naruto se acercó más a la mía, podía sentir el rozar de nuestras narices, y su respiración chocaba con la parte superior de mi labio, algo realmente incómodo cuando es entre hombres.

Sin embargo, algo fuera de lo que esperé es que de atrás me empujaran para adelante, haciendo que el espacio casi nulo entre nosotros desapareciera. Para cuando ya me estaba dando cuenta, tenía los labios del dobe encima de mí.

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Este capítulo es gracias a los 3K de votos, ustedes son lo máximo chicos. Para que no se confundan, esto es SASUNARU, no NaruSasu.

Es que  hay veces en que me cansa leer que el uke es débil, porque en cierta forma este representaría a la mujer, y ponerlo más débil que el seme sería (en mi prespectiva) machismo.Bueno, realmente debo ir a dormir, mañana tengo clases de alemán y debo estar despierta para las 6. Espero que hayan disfrutado este cap.

Pdta: Si quieren que te dedique un capítulo, escríbelo en los comentario.

¡Voten y comenten!




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