Descampado

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Desperté por los ruidos de alguien llamando a la puerta bruscamente.

-Roberto, abre, ¿estás bien? dime algo. -dijo Lucía preocupada tras la puerta.

Aun estaba algo confuso, poco a poco iba notando la realidad y pude observar que estaba en el baño. Abrí la puerta y nada más abrirla Lucía se lanzó sobre mí para abrazarme.

-Joder me estaba preocupando. -dijo Lucía medio llorando.
-No me hagas el koala. -dije con un tono burlón.

Lucía se descolgó de mí, me cogió de la camiseta, me bajó a su altura, me besó y me mordió el labio inferior. Simplemente grite como chica del dolor provocado y no pude evitar soltar una lagrimilla.

-Para que no me vuelvas ha asustar así. -dijo Lucía sonriendo.
-Eres mala. -dije dolorido.

Misteriosamente mis amigos no se habían enterado de nada y seguían durmiendo. Una vez ya despiertos todos nos vestimos, desayunamos y nos fuimos rumbo a Barcelona en busca de Jordi. Iban a ser cuatro largas horas.

Estábamos en la autopista y faltaban dos horas para llegar a casa de Jordi y decidí dormir junto a mi novia ya que ella ya se había dormido. Unos minutos y entré en un profundo sueño...

Paramos en un descampado para estirar las piernas y de repente empezó a llover.

-Vámonos al coche. -dijo Renato.

Yo quería quedarme bajo la lluvia y en un momento mire al suelo y vi un arma, era una pistola, parecía nueva. Lo cogí pensando que a lo mejor nos sería útil. Mis amigos me vieron recoger algo y se acercaron para preguntar que era. Vieron que tenía una pistola. Ellos hablaban de que sería útil para defendernos, yo solo miraba la pistola y sentía como algo me controlaba. Sin pensarlo dos veces, apreté el gatillo y maté di un tiro en la cabeza a Pitbull. Solo podía ver las caras de mis amigos de miedo y alteración, pero no podía escuchar lo que decían. Dos disparos más y maté a Renato y a Alonso. Miré a Lucía que estaba cerca de la furgoneta y del miedo salió corriendo sin mirar que un coche iba hacía ella, el coche la mató y su cuerpo salió despedido unos metros. Solté la pistola y empecé a escuchar otra vez todo, escuchaba la lluvia y veía los cadáveres de mis amigos y a lo lejos el de Lucía.

-Lo has vuelvo hacer...enhorabuena... -dijo una voz tras de mí.

Mi giré y vi otra vez a ese otro yo malvado.

-¿Qué has echo? -dije enfadado.
-Esto lo has echo tu...-dijo aquel ser tranquilo.

De la furia corrí hacía él y le intenté dar un puñetazo, le atravesé y caí a un charco de barro con sangre de Pitbull.

-¡Nooo! -grite con furia.

Corrí, cogí la pistola, le disparé dos veces y no se inmutó.

-Te queda una bala, utilizala bien. -dijo tranquilo.

Mis lágrimas se mezclaban con la lluvia, mire el arma durante 5 segundos, me lo puse en la cabeza y apreté el gatillo. Solo escuche una risa maléfica...

-Rober...Rober...¡ROBER! -dijo Lucía despertándome.
-¿Qué pasa?...¿estoy vivo? ¡estoy vivo! -dije mientras me tocaba la cara. -Tu también estas viva cariño.

Me lancé hacia ella y la bese.

-¿Y los demás? -dije preocupado tras parar el beso.
-¡Eso te quería decir! -dijo algo enfadada. -hemos parado en este descampado para estirar las piernas.

El otro yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora