La oveja y el león

Capítulo veintidós

Perdón por no subir más capítulos en estos días, no tuve Internet y lo tienen que venir a arreglar. Por suerte el vecino tiene wi-fi ♥ jajajaja.

Bajé a almorzar con una sonrisa por el mensaje de Ian. Sentí como si la conversación con Harry nunca hubiera existido. Por momentos sí lo había olvidado, y justamente estos eran esos momentos. 
Harry no pudo creer que bajara con una sonrisa inmensa en el rostro. Mi padre me preguntó por qué estaba tan “feliz”, realmente no supe qué contestar. No le podía decir que estaba hablando con un “amigo” que me hacía sonreír tanto ya que no me creería y sería un tema incómodo de conversación, ya sea en el almuerzo o camino al aeropuerto.
- Cuéntanos un poco de tu vida, Emily – sugirió Melissa. ¡Cómo odio estos momentos! Jamás me gustó hablar de mi vida. 
- Vivo en Rosewood, Pennsylvania, donde la luz natural prácticamente no existe. Es un pueblo muy tranquilo, rodeado por un bosque inmenso. La gente es increíble. Y tengo mi propia camioneta, papá.
- ¿Qué? – casi se ahoga con la comida que estaba por tragar. 
- Sí. Alice me la compró como regalo, todos los chicos que viven allí a los dieciséis años ya tienen su propio auto para movilizarse. Hay muchas casas que están lejos de la escuela. Tú lo sabes muy bien, viviste en una de ellas por más de diez años – no fue mi intención incomodarlo.
- Ya lo sé – me dijo algo incómodo. No le gustó nada ni a él ni a Deborah que le recuerde dónde vivió antes de conocerla.
- ¿Y tienes amigos en la escuela ya? – preguntó Melissa. ¿Por qué tanto interés en mi vida? ¿Por qué no contaban lo maravilloso que era vivir en New York y me dejaban en paz?
- Sí, muy buenos amigos. Son mil veces mejores que los de aquí – dije lanzando una mirada fulminante a Harry, la cual hizo que casi se ahogue. 
- ¿Novio? – preguntó Louis. 
- No - dije tratando de esconder una sonrisa. Ian recorrió mi mente. ¿Por qué? No lo sé. No era mi novio... En realidad, deseaba tanto que lo fuera.
Vi un cierto alivio y una pequeña sonrisa en el rostro de Harry. Alivio que no entendía; él era el novio de mi hermanastra (¡que feo llamarla así!), no entiendo por qué me sigue molestando. Desearía nunca haberme cruzado en su camino. Nunca haber chocado mi auto contra el suyo. Nunca haberme enamorado de esos ojos color verde tan especiales… Desearía nunca, jamás, volver atrás. 

Los días pasaron y yo ya estaba de vuelta en Rosewood. Ian y Jason se habían alegrado de verme otra vez. 
- Se sintió tu ausencia en Rosewood – dijo bromeando Ian. Los dos caminábamos por la orilla después de haber salido de clases – ¿La pasaste bien? 
- No. Lo único que hacían era preguntarme cosas de mi vida y hablar de lo maravilloso que es vivir en New York, la ciudad de las luces. No entiendo como prefieren el caos antes que la paz, el silencio, la soledad. 
- ¿Prefieres la soledad? 
- Hay momentos en los que uno necesita estar solo. Para descansar, pensar, sentir el silencio, ser uno mismo por un momento. Estar solo a veces es placentero, sientes que puedes hacer lo que quieres sin que nadie te esté juzgando. Estando solo no tienes un límite para hacer las cosas que te gustan. En cambio, al estar rodeado de gente, siempre te van a juzgar, van a hablar de más, van a gritar, van a atormentarte, hacerte estallar. No te dejan escuchar lo hermoso del silencio. 
- Nunca te escuché hablar así. Me dejaste sin palabras – dijo después de unos minutos silenciosos, esos sí que no eran hermosos. 
- Suele pasar. Dejo a las personas sin habla – bromeé. 
- ¿Con tus encantos o con tus palabras? 
- ¿Encantos? ¿Qué es eso? ¿Se come? – lo hice reír, ¡que sonrisa tan perfecta! 
- Eres increíble, Em. En el buen sentido de la palabra. 
- Tú eres increíble. Eres una de las pocas personas con las que siento que puedo hablar sin… sin que me juzguen. Puedo confiar en ti. 
- Gracias. Nunca me dijeron algo así... La mayoría de la gente no me tiene confianza, me ven como un bicho raro, me tienen miedo – dijo mirándome fijamente. Sus ojos escondían algo, querían decir algo que no podía entender. ¿Por qué la gente le tiene miedo? ¿Por qué la gente lo ve como un bicho raro? ¿Por qué no confían en él? ¿Por qué no intentan acercarse, conocerlo, saber cómo es, el gran corazón que tiene? No entiendo a la gente.