1.

2 0 0
                                    

Ya era tarde, una noche muy profunda, casi no se lograba verdad nada, pero tenía que seguir caminando, para lograr alcanzar mi meta, no era difícil de conseguir, más bien no dependía de mi, era su respuesta la que tenía valor, su respuesta, su respuesta...
Llegué a mi destino, feliz, de poder mirarla de nuevo a través de la ventana, una mujer hermosa, estatura baja, ojos café claro, cabello oscuro, y una sonrisa que la caracteriza demasiado, me dirigí hacía a la puerta, entré, la miré y no dude en ir hacia ella.
-Es hermosa- Susurré, sin dejar de mirarla.
Ya estando a centímetros de ella, muy nervioso, y con la voz quebrada le dije:
-Ho-hola hermosa, ¿estás libre esta noche?
-Ella mirándome con cara de asombro me dice -Entonces, ¿es una cita?
-Tal vez...
-Pues... (beep, beep, beep, beep)
Eran las siete de la mañana, abría los ojos para despertar y ver que todo era un sueño, tenía un sabor amargo de boca, un sueño, otra vez, no lo podía creer, frustrado con el sonido del despertador que aún sonaba, lo detuve para levantarme y sentarme sobre cama.
Era un día muy soleado, no todos los días se veían uno como ese.
Me levantaba de mi cama yo, Christopher Smith un chico de 25 años, alto, blanco, cabello oscuro, ojos azules, y podría decirse que con un buen cuerpo, según varios comentarios, en un viernes para hacer mi rutina diaria.
Tomaba una ducha como cualquier otro día, me vestía con una camisa de botones, y encima un suéter negro, unos pantalones de mezclilla, y zapatos, tomaba mis cosas e iba al mismo lugar de siempre, "Daniel's", no era más que una simple cafetería, a la cual me gustaba ir todos los días por la mañana, y creo que no sólo era por el café, creo que había algo en esa chica que me atendía todos los días, tenía tanta curiosidad de ella, de saber el por que me gustaba tanto verla, de saber que era realmente lo que me gustaba, lo que me intrigaba acerca de ella.
Me sentaba en una mesa junto a la ventana, y ella me atendía como siempre, lucía una blusa rosa, con escote hasta el ombligo y unos jeans y unas zapatillas.
-Hola Chris, ¿lo mismo de siempre?
-S-si, por favor  -Le dije, con la voz un tanto tímida.
-Enseguida
Después de quedar con el rostro de esa chica, me dirigía a mi estudio, para trabajar en otra de mis pinturas, la verdad no era un gran lugar, ni nada por el estilo, pero ahí había logrado hacer grandes obras,

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jan 18, 2017 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

El Verdadero AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora