El diario de lágrimas

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*Aviso: ésta es una continuación de "Marionetista", por lo que te recomiendo leer esa historia antes.*



Tarde. La vieja casa está ahora en ruinas, hecha cenizas y escombros. Aún brota humo de los restos. Las luces rojo y azul de las sirenas iluminan de forma intermitente y parcial las chamuscadas paredes, formando sombras extrañas que también aparecen y desaparecen. El ajetreo de los uniformados contrasta con la aparente tranquilidad que antes rondaba las afueras de la construcción infernal.

El viejo detective, que acaba de llegar, fuma un cigarrillo apoyado en su Chevrolet, contemplando toda la escena. Le gusta observar todo el panorama antes de sumergirse de lleno en los detalles. Su compañero, un hombre joven de pelo rojizo, se acerca a él con algo en las manos.

—El maldito hijo de puta quemó a las niñas vivas y se fue a quién sabe dónde —exclama el pelirrojo pateando una piedra— Allá dentro es... una pesadilla. Creo que necesito uno de esos...

—¿Qué tienes ahí? —pregunta el viejo seriamente mientras le pasa un cigarro. No indiferente, acostumbrado a los horrores de este mundo. Insensibilizado.

—Aún no las he visto... supuse que querías ser el primero. Las encontraron dentro de un ladrillo hueco.

El viejo se pone los guantes y recibe el montón de hojas de papel arrugadas que le extiende el otro. Y en ellas, palabras torpemente dibujadas con carbón.



28 de julio de 1955:

me llamo Laura tengo 8 años.

estoy atrapada aqui. no estoy sola hay muchas niñas. EL nos tiene aqui.

esto es orrible. extrañio a mi papá. duele.   [El papel está manchado por tres gotas. Secas ahora en la hoja, son tres círculos ligeramente más oscuros]


17 o 18 de agosto de 1955 (hoy no vismos television asi que no estoy segura de la fecha):

anoche noche otra ves me elijio a mi. duele. duele mucho.

siempre ay por lo menos una niña en su cama. a veces viene y toma a una y lo ase enfrente de todas. luego sigue con otra. no se detiene asta que se cansa. nunca se cansa.

papá tenia rason los demonios existen.   [De nuevo las manchas circulares adornan la hoja]


2 de octubre de 1955:

ayer descubrimos un ratonsito gris que vive en una grieta de la pared. le dimos leche y pan y es nuestro amigo. EL dejo que el raton fuera nuestra mascota pero a cambio no podíamos llorar en ningún momento.

lo nombramos toto. es gracioso y le gusta que le acaricien la pancita.


9 de octubre de 1955:

EL le corto la cabeza a toto con unas tijeras.


15 de nobiembre de 1955:

hoy una niña intento uir. creo que su nombre era valentain. no la conoci mucho. EL la descubrio y la mato a golpes.

es imposible escapar. lo sabe todo.

al menos ahora valentain esta en el cielo con toto y mi papá.


3 de enero de 1956:

hoy fue el mas bello y mas orrible dia de mi vida. hoy llego una nueva niña. tiene 2 años mas que yo. la amo mucho. nunca me an gustado las niñas mi papá decia que eso es malo que a Dios no le agrada pero no puedo evitarlo esto es lo mas fuerte que esentido por alguien inclullendo a mi papá. se llama mary. es un nombre mui vonito. mi corazon se mueve mas fuerte cuando pienso en ella y no e dejado deaserlo desde que la vi por primera ves. al parecer ella tambien siente lo mismo por mi. solo deseo estar a su lado. pero ella no deberia estar aqui. daria loque sea para que se fuera. esta noche ese monstruo la   [La frase está incompleta y sucedida por desordenadas y largas rayas hechas con fuerza. El papel, manchado con lágrimas]


4 de enro de 1956:

hoy pasamos todo el tiempo que pudimos abrasadas. ella es mas fuerte que yo. ella no queria llorar para no hacerme sentir triste. su vaginita sangraba tal como la mia sangro la primera ves. recuerdo el dolor. ESE IMBESIL. lo odio.   [Las desordenadas rayas aparecen otra vez, casi rasgando el papel. También las manchas, frutos de dolor]


6 de enero de 1956:

yo y mary nos besamos por primera ves. fue el momento mas felis de mi vida.

pero no dejo de pensar en lo mucho que sufre. es todo lo que me importa.


7 de enero de 1956:

esta noche lo matare con un troso de vidrio. debo acerlo. tengo miedo.   [El papel está manchado con lágrimas]



Una pequeña gota salada, solitaria, recorre la mejilla del detective y se une a las marcas del diario. Éste se queda un rato pensativo y luego sus manos rasgan las sucias hojas en trozos que después quema con el cigarro.

—¡¿Qué haces?! ¡¿Estás loco?!

—Esas niñas ya han sufrido bastante... —habla el viejo, más para sus adentros, para convencerse a sí mismo, que para responder a su compañero.

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