Necesito escribir esta entrada. Va dedicada a todas las personas falsas, hipócritas, envidiosas. Estoy harto de la gente falsa, de quienes se dedican a dejarte mal delante de otros. Estoy harto de la gente que te pone una cara por delante y después otra por detrás, estoy harto de que me sonrían y después cuando volteo la espalda me apuñalen.
Hay cosas que me sacan de quicio y que consiguen que me enfade realmente cosas que cada vez soporto menos... estoy cansado de la gente falsa, de que se le de tanta importancia a lo que en realidad no importa, de que la gente no se fije en lo que vale una persona, de que se valore el "glamour" y el dinero por encima de las virtudes, de saber que hay gente a mi alrededor que, aunque se crean superiores, no merecen la pena...
Hay un dicho muy popular que dice: "No soy monedita de oro para caerle bien a todos". Lo cierto es que es inevitable encontrarse con personas a quienes les desagrades, sientan celos o quieran arruinar tu reputación. Pero todavía no conozco a nadie que celebre cuando la gente habla mal de su persona. ¿Qué podemos hacer para no molestarnos? No darle al asunto tanta importancia. Si lo que se dice de ti es verdad, por ejemplo si se trata de una falta, tienes que admitirla y, mejor aún, corregirla. Pero si no es verdad, ¿para qué preocuparte? A fin de cuentas, la gente que mejor te conoce no lo creerá. Los seres humanos tenemos la tendencia de medir a los demás de acuerdo a lo que vemos por fuera. Hacemos nuestro propio instrumento para medir a los demás, pero muy rara veces lo usamos para medir el tamaño de nuestra propia condición. Sin embargo, debemos recordar que el "metro" que usamos para medir a los demás servirá también para que nos midan a nosotros.
Uno se topa en la vida con seres que lo único para lo que nacieron es para hablar mal de los demás. Siempre habrán seres que van a envidiarnos aunque no tengamos nada envidiable. Pero es así, lo triste es que pasarse el día hablando mal de alguien hace que al final esas personas sean las que terminen sintiéndose mal. Vivir enjuiciando a los demás habla de la mala vida que tienen.