Capítulo 5

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Desperté con el molesto despertador que Sam me había comprado el dia anterior cuando me había obligado a conocer el centro de la ciudad.

Era el gran día, tendría mi primer día en el instituto. Sería la estúpida 'chica nueva' pero al menos tendría la compañía de Sam a mi lado.

Miré la hora con los ojos entrecerrados, 6:45.

Me levanté de la cama hecha un verdadero zombie, fui directamente al baño y me di una ducha de 15 minutos. Me coloqué las molestas lentillas y pestañeé un par de veces para acostumbrarme a ellas. Al rato salí envuelta en una toalla.

Miré mi cuarto y recordé el libro ¿Dónde rayos lo había metido? Hice un nudo en la toalla y me agaché para abrir mi maleta. Lo tomé entre mis manos y escribí:

''Puedo mover objetos pequeños con la mente si me guío bien con las manos''

Bueno, en realidad eso pasaba cuando estaba demasiado concentrada, porque cuando estaba alterada o no tenía tiempo para procesar una situación, era como si mis poderes actuaran por sí solos, se salían de control.

Necesitaba práctica, ¿pero cómo?
No habían lugares, ni ocasiones para hacerlo, y tenía miedo de arriesgarme otra vez y exponerme frente a personas. No podía simplemente salir por ahí y practicar como si nada, joder.

—Necesito ayuda. —pensé en voz alta, y una extraña sensación recorrió mi espalda. Sacudí la cabeza y me quedé pensando.

Escribiría más sobre eso, más tarde.

Cuando entré a la habitación de Sam, ésta estaba sentada en la cama ya vestida para salir, me miró.

—¡Buenos días! —saludó alegre.

—No se cómo puedes estar tan alegre levantándote a las 6 de la mañana.

Rio mientras negaba con la cabeza.
40 minutos después, tomábamos un bus hacia el instituto. Mis nervios iban en aumento y la sensación de picor en mis manos crecían más y más. No quería cagarla. No otra vez.

—Estoy nerviosa... —pronuncié mordiendome el labio. Ella quitó la vista de la ventana y me miró.

—Tranquila —dijo como si eso fuese a funcionar. Bajamos del vehículo luego de pagar y caminamos hacia la entrada del instituto. Podía sentir los nervios a flor de piel. Para variar, con suerte se podía caminar ya que los estudiantes a mi alrededor caminaban rápidamente a sus respectivas salas sin reparar en el espacio personal. Tenía un miedo terrible a alterarme por algo y que mis habilidades se salieran de control, era un sentimiento tan angustiante que estaba casi segura de que no se iría ni con la mejor distracción.

—Iré a buscar nuestros horarios, tu espérame aquí.

Asentí mientras veía a Sam desaparecer entre la multitud. ¿Por qué tenía que dejarme sola? Metí las manos en mis bolsillos y las apreté.

Habían pasado alrededor de 10 minutos y Sam aún no aparecía en mi campo visual.

Di un par de vueltas, ansiosa, ya casi todos se estaban yendo y tenía la impresión de que me quedaría como una idiota parada sola al medio del campo. Era preferible ir a buscarla.

Cambio Radical [Novela en Dreame]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora