Estuvimos hablando durante un buen rato hasta que sonó la sirena de cambio de clase.
-En fin, creo que aquí nos tenemos que separar.
-Claro, nos vemos luego, ¿vamos juntos a casa?-me pregunta Marc sonriéndome.
-Por supuesto, quedamos en la entrada.
Me dirijo a la siguiente clase, Biología.
-¡Ey Sophie! ¿Dónde estabas?- me pregunta mi amiga Marta entrando conmigo a clase.
-Estaba con Marc, ya te dije quién es, ¿verdad?
-Sí, claro, parece un buen partido, ¿eh? -me responde guiñándome un ojo.
-Supongo... no está mal-entramos riendo a clase y nos sentamos en nuestros respectivos sitios.
Espero que la clase acabe pronto...odio Biología, es más, me pongo a dibujar para distraerme de la clase hasta que toque el timbre.
Una hora después y una libreta más llena de dibujos salimos a nuestras casas, no hay más clase por hoy.
Me encuentro a Marc esperándome en la entrada del instituto.
-¿Vamos?
-Por supuesto.
-Y...oye Sophie..., ¿tienes novio o algo por el estilo?
-Qué va, no creo estar hecha para eso,-le digo riendo.
-Genial...-, susurra.
-¿Y tú?
-Yo igual, soltero, aunque hay una chica que conocí en el instituto que... me gusta un poco... un poco bastante.
-Oh, ¿así que una chica eh?-, le digo dándole un pequeño golpe en el brazo y guiñándole un ojo,- ¿y me podrias decir cómo se llama?-, pongo ojitos de cordero.
-No, es un secreto.
-Jo... Vaya... bueno, si al menos te puedo ayudar en algo para conquistar a tu chica misteriosa, no dudes en decírmelo- y dicho esto llegamos al edificio.
-Bueno Sophie, nos vemos mañana-nos despedimos con dos besos en las mejillas.
-Claro, adiós.
Entro en casa y voy directa a la cocina, estoy muerta de hambre. Abro la nevera y me saco macarrones que sobraron de hace un par de días y me los como. Una vez acabo voy a mi habitación y me encierro con la música a todo volumen. Decido ponerme cómoda así que busco el pijama mientras me desvisto.
-¡Sophie! ¡quieres bajar la estúpida música! Aquí no hay quien se concentre-, entra a gritos David a mi habitación.
-¡Espera no entr...- me cubro rápido como puedo y David cierra la puerta de golpe.
-Podrías avisar de que estás así.
-Podrías llamar antes de entrar-, le grito desde el otro lado de la puerta,- Y perdona pero esta música no es estúpida, es arte-le respondo subiendo aún más el volumen de la música.
-Lo que digas, pero como no lo bajes mueres.
-¡Já! No te queda nada.
Una vez acabo la frase abre la puerta de golpe y se abalanza sobre mí, cogiéndome en brazos y tirándome encima de la cama, haciéndome cosquillas.
-¡Pa...para! ¡No aguanto más!
-No, no... hasta que no bajes la música no.
-Está bien, ya la bajo. ¡Pero para y deja que me vista!
Una vez me suelta hago el amago de apagar la música y me avalanzo sobre él, tirándolo.
-¡Ajá! ¿Ahora quién gana eh?
-¡So...Sophie! Como no pares te arrepentirás-, me dice removiéndose entre risas.
-No puedes hacerme nada-, le digo triunfante.
Me coge de la muñeca inesperadamente y se vuelve a situar encima de mí.
-¡No es justo! Tú eres mas fuerte-le digo mientras intento salirme de su agarre entre risas.
-Te he avisado, ahora te arrepentirás-mientras me dice eso se acerca hasta mi cuello y me empieza a lamer.
-¡Serás guarro! ¡Déjame!
-No no, y ahora te dejaré una marca personal-me dice con una encantadora sonrisa maliciosa.
Se acerca a mi cuello y me hace un chupetón.
-¡Suelta!- consigo librarme de su agarre y me acerco a su cuello abrazándolo para que no se escape,- Ahora es mi turno.
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Entre hermanos.
General Fiction¿Quién no se ha atraido alguna vez por alguien que no le corresponde? Eso mismo le pasa a Sophi, aunque no le pasa con cualquiera, le pasa con su hermanastro, el cual ni siquiera le dirije una sola mirada. Obra registrada por Safe Creative... nº 130...