Dance Academy (Adaptada)- Cameron Dallas & Tú

Capitulo 17

Veo a Aylin salir de su casa y subirse a mi auto. Me besó la mejilla y bostezó.

—¿Supiste lo de Ariane?— preguntó echandose corrector en las ojeras.

—¿Que se corta? Sí— suspiré y puse en marcha el auto camino a la casa de Ariane.

—Le dije que lo pensara, que no le servía de nada hacerse daño a si misma, pero no me hizo caso— hizo una mueca y negué con la cabeza, suena el teléfono de Aylin y verifica quien es, en la pantalla alcanzo a ver que hay una foto de Matt, pero lo rechaza y se sigue maquillando.

—¿Te peleaste con Matt?— volví mi vista a la carretera.

—Sí, pero después de la boda te cuento— me sonrió y asentí. Al llegar a casa de Ariane le mandamos un mensaje y a los cinco minutos ya estaba en la parte trasera del auto.

—Ariane... tú vestido no tiene mangas, ¿Cómo taparás las marcas?— pregunté mirandola por el retrovisor.

—Con maquillaje, supongo— dijo y puse en marcha el auto.

*

Ahora estabamos en la boutique esperando en unos sillones blancos, llega a nosotras una señora francesa con tres vestido. Me entrega uno a mí (Multimedia) me muerdo el labio de la emoción.

—Cameron va a caer redondito a tus pies— chilla Aylin y con Ariane nos empezamos a reir. El de Ariane era blanco, corto al igual que el mío y tenía brillos en la parte de arriba, y el de Aylin era celeste y era un poco más largo.

Cameron, Cameron, Cameron, ultimamente e estado pasando mucho tiempo con él, para las prácticas del equipo, en clases, cuando viene a mi casa, cuando jugamos con Koda... Y pensar que hace tres semanas llegué e iba a estar de novia con Carter. Con el equipo de danza nos ha estado llendo muy bien, todas las clases progresamos más y más, con Cameron nos hicimos amigos de todo el equipo, ya que somos ocho. El jueves llegó una invitación para participar en el campeonato nacional de baile, y si queríamos quedar en las regionales debiamos enviar un video-coreografía. Estoy bastante emocionada al respecto y nos pusimos de acuerdo y bailaremos #ThatPower.

Ahora íbamos camino a la peluquería, verifico la hora y son las 1 de la tarde. Suspiro y doblo a la izquierda para estacionar el auto. Nos bajamos de este y caminamos a la enorme peluquería.

—Hola, tenemos una hora con el señor Thicke— me apoyo en el mostrador, la señora me mira y asiente sin decir nada más.

—Tomen asiento— dijo, pero sonó más cómo una órden. Con mis amigas nos miramos extrañadas y nos sentamos, Ariane cogió una revista y empezó a hojearla.

Ahora estoy de vuelta a la casa de mi tía, pero tengo que volver a salir para comprarle un traje a Garret.

—¡Ya regresé!— grité al entrar por la puerta, traia el vestido en la mano y ya me habían maquillado y peinado. Mi mamá se asomó por la cocina y sonrió.

—Cariño te dejaron espléndida— chilló y miró a mis dos amigas.

—Mamá, ellas son Aylin y Ariane mis mejores amigas— las señalé y ellas sonrieron

—Hola chicas— las abrazó a cada una y luego se fué al patio trasero. Subimos las escaleras y dejamos los vestidos en mi cama.

—¿A qué hora es la ceremonia?— preguntó Ariane sentándose en la silla de mi escritorio.

—A las 3— suspiré.

—_______ mamá dice que me acompañes a buscar mi traje— aparece Garret por la puerta subiendose sus anteojos de pasta dura.

—Está bien— me levanto de mi cama y me vuelvo a mis amigas— Mamá y papá las llevarán a la Iglesia en una hora, ¿Jack va a venir?— le pregunto a Ariane.

—Uhm, sí. Pero nos encontraremos en la Iglesia— dice Ariane sacando maquillaje.

—Está bien. ¿Matt viene?—

—No, no creo. Además no lo invité— dice seca.

—Okey, adiós. Nos vemos— me despido con la mano y cierro la puerta de mi habitación.

—¡Te queremos!— se escucha un grito y sonrío. Garret me toma la mano y bajamos las escaleras.

*

—Hola ¿les puedo ayudar en algo?— nos dice un hombre viejo y de traje cuando entramos a la tienda.

—Sí, necesito un traje con camisa blanca y un moño negro en talla 10, porfavor— digo mientras pongo mis manos en los hombros de Garret.

—Por supuesto, siganme por aquí— dijo el hombre y empezó a caminar por la tienda recogiendo las cosas que le pedí. Al finalizar se las pasó a mi hermanito y él fue al probador.

—¡Me veo ridículo!— chilla cuando sale del probador, se ve tan tierno con el trajecito.

—Claro que no, te ves adorable— camino hacia él y empiezo a arreglarle el moño.

—¿Por qué tengo que vestir así?— bufa desganado.

—Porque la tía Amanda se casa— respondo arreglandole el cabello.

—Eso no es mi culpa— exclama y me río.

—Bien, cámbiate. Tenemos que volver a casa— le pego en la cabeza y él corre a los vestidores.

—¿Le quedó bien?— pregunta el señor.

—Oh, sí— le sonrío y él asiente con una pequeña sonrisa.

*

Al llegar a casa veo que la camioneta de Raúl ya no está y supuse que ya se habían ido. Garret se bajó del auto con la bolsa de su traje en la mano y yo saqué las llaves de la casa. Entramos y él corrió a la cocina.

—¡Garret nos tenemos que ir, cámbiate!— le grito subiendo las escaleras.

—¡Voy!— me grita de vuelta y entro en mi habitación. Verifico mi peinado en mi baño y aún sigue intacto, tomo la laca y repaso un poco para que me dure más. Me saco la ropa que andaba trayendo y me puse un sostén especial para este tipo de vestidos ya que no tiene las tiritas de arriba. Mi vestido es el único que queda encima de mi cama, lo deslizo por mi cuerpo y lo acomodo, sonrío ante cómo me queda y me subo a mis tacones blancos.

—¿_______?— escucho un murmuro de Garret, me giro hacia la puerta y tiene sus manos detrás de la espalda.— Toma— sonríe y me pasa un dibujo. Éramos yo y él tomados de la mano y detrás había un edificio que en grande decía "Academy California Dance".

—Cariño— suspiro y lo estrecho entre mis brazos.

—¿Te gusta?— sonríe mostrando sus dientes.

—Sí. Ay, Garret te he extrañado muchísimo— le acaricio el pelo y me da un besito en la mejilla.—¡Cámbiate, nos tenemos que ir!— exclamo y él asiente. Salgo de mi habitación y bajo las escaleras resonando los tacones. Voy a la cocina y me sirvo un poco de agua.

—¡Ya estoy!— grita entrando a la cocina y sonrío, me agacho a hacerle el corbatín cuando tocan el timbre.

—¡Yo voy!— exclama mi hermano corriendo a la puerta.

—¡Cuidado!— le grito y tomo otro sorbo de agua. Siento cómo se abre la puerta y dejo en el fregadero el vaso.

—¡_______, un chico te busca!— grita mi hermano y salgo de la cocina.

—Cameron...— digo cuando lo veo ahí parado con un ramo de rosas rojas, lleva una camisa blanca y unos pantalones negros, simplemente perfecto.