Eres el reflejo del arte

1.1K 72 35
                                    


Te he visto todos días de mi vida, te veo y sé que seguiré haciéndolo, te veo cada vez que despiertas en el amanecer de alguna mañana fría y sientes la necesidad de cubrirte más de lo necesario, o incluso si el clima no lo requiere, igual te tapas, como si pensaras que eres alguna clase de barbaridad que nadie pudiese ver durante mucho tiempo. Te veo cuando, sin quererlo, te proteges de lo indefenso y lloras en silencio porque no puedes entenderlo. Te veo cuando te quejas de los pequeños detalles que te estresan y gobiernan sobre tu vida más de lo que deberían. Te veo cuando te dejas llevar por las opiniones y olvidas que eres tú la dueña de tu cuerpo, de tu vida. Te veo, por supuesto, cuando caes e intentas levantarte de la mano de tu amigo. Te veo cuando deseas cumplir las expectativas de los que te rodean y, frustrada, fallas repetidas veces. Te veo cuando callas mientras un fuego abrasador arde dentro de ti. Te veo cuando el amor llena cada fibra de tu cuerpo pero pareces incapaz de expresarlo. Te veo cuando pasas desapercibida. Te veo insegura, serena, tímida. Te veo humana.

Pero, si algo he aprendido, es que hay que ver las dos caras de la moneda. Te he visto todos los días de mi vida, te veo y sé que seguiré haciéndolo, te veo mientras buscas alguna manera de resaltar tu personalidad con tu ropa, cuando creas tu propio estilo para que, cuando salgas a la calle, puedan ver quién eres sin necesidad de hablarte. Te veo cuando ríes feliz, tanto que tus mejillas son algo, quizás demasiado, visibles en tu rostro. Te veo cuando analizas el mundo que te rodea y comprendes que la vida es un reto, un reto que estás más que dispuesta a afrontar. Te veo cuando eres auténtica e ignoras las miradas que te dan. Te veo cuando te olvidas de ti misma, dispuesta a ayudar a tu compañero, a tu amigo, a que sea feliz, así como ellos te hacen feliz a ti en su extraña manera. Te veo decidida y soñadora detrás de tus anhelos, de tus metas de vida. Te veo cuando hablas hasta por los codos y ríes sin reglas, sin límites. Te veo cuando el amor llena cada fibra de tu cuerpo y lo expresas con algún dibujo, alguna carta, algún gesto que pocos pueden notar. Te veo cuando destacas. Te veo segura de ti misma, auténtica, detallista, decidida. Te veo humana.

¿Quién dijo que no puede haber tres caras? Te he visto todos los días de mi vida, te veo y sé que seguiré haciéndolo, te veo cuando despiertas malhumorada. Te veo mientras te dejas llevar por los sentimientos y reaccionas de la manera inadecuada. Te veo cuando compites, dispuesta a ser la mejor en lo que haces. Te veo a la defensiva, temerosa de que hasta la última persona que te rodea vaya a lastimarte. Te veo cuando respondes con ese humor tuyo que pocos entienden y muchos toman como un insulto. Te veo cuando el amor llena cada fibra de tu cuerpo y te odias por eso, porque piensas que el amor es una debilidad que destruye, sin saber lo equivocada que estás. Te veo cuando deseas ser alguien más, aunque no estés al tanto de la experiencia de vida que puede requerir ser tú. Te veo competitiva, sarcástica, intensa e incluso algo fastidiosa. Te veo humana.

Conozco todas tus pasiones y tus miedos. Sé cuánto desearías ser músico, y sabes que deberías intentarlo con más fuerza. Sé cuánto amas el tener una hoja blanca al frente de ti y dejar que el lápiz en tus manos escriba su propia historia, que haga su propio camino con sus trazos. Sé cuánto amas el sonido de las teclas al escribir algún relato en tu computadora. Sé cuánto amas la pintura, la literatura, la música y el cine, aunque no se te dé muy bien el arte de interpretar a alguien más, cuando aún no sabes quién eres en realidad. Sé cuánto amas cada pequeño detalle que te hace sonreír y que tu pulso se acelere. Sé que eres la chica enamorada del amor, la chica soñadora. Sé cuánto amas el arte en todos sus tipos, pues el arte no se resume en una pintura. El arte es todo, todo lo único, todo lo inexplicable. El arte es amor y sé que puedes verlo en cualquier lugar, en cualquier rincón, en cualquier persona.

Sé que temes jamás encontrar a la persona que pueda entender esa extraña cabecita que posees, que tienes miedo de que tus más preciados amigos se pierdan con el tiempo, que te aterra tomar la decisión incorrecta y destruir tu proyecto de vida. Sé que temes ser avergonzada y que las personas piensen lo indebido sobre tu persona. Eres soñadora, y tienes miedo de que tus altas expectativas se derrumben. Sé muy bien que tienes miedo de salir y conocer el maravilloso mundo que te rodea.

Pero, confío en ti, siempre lo he hecho. Confío en tu juicio, en tus pasiones y en tus decisiones. Confío en que crecerás para convertirte en la persona que sueñas ser, confío en que algún día sabrás diferenciar el bien del mal. Confío en que algún día podrás salir y sonreírle al mundo con esa sonrisa que puede alegrarle el día a cualquiera. Confío en que siempre puedas darte tu lugar, que puedas dar lo que los demás merecen y saber recibir lo que tú mereces. Confío en que pase lo que pase, el tiempo que transcurra o los hechos que te perturben, no olvidarás quién eres y lo que has hecho para estar donde estás ahora. Confío en que no te perderás en el camino hacia la meta. Confío en que, a pesar de las millones de historias que puedas imaginarte, no olvides quién eres y por qué estás aquí. Confío en que harás feliz a tus cercanos, lo que traerá felicidad a tu vida. Confío en que cumplirás tu sueño y ayudarás a que el resto del mundo cumpla los suyos.

Confío, más que en nada, en que jamás dejes de ser tú misma, que recuerdes tus defectos, tus virtudes y tus rarezas, tus inseguridades, tus miedos, tus pasiones y tus alegrías. Que recuerdes que te has amado desde el día en que llegaste al mundo para cumplir una misión, que te amas ahora y que te amarás por siempre. Confío en que aprenderás a no tenerle miedo a la vida. Confío en que aprenderás a no tenerte miedo a ti misma.

Porque eres el reflejo del arte que tanto admiro. Eres mi reflejo. Yo soy tú, sé lo que piensas, te conozco, y sé cuánto te desilusionan algunos aspectos de tu vida. Lo sé, yo también lo pienso. Te he admirado durante pocos años, el tiempo suficiente para entender que tu cuerpo, tu actitud y tu forma de pensar a veces te vuelven loca, con noches de insomnio acompañadas de huracanes de pensamientos demasiado locos como para expresarlos. Sé que te valoras poco, pero a la vez sé que dentro de ti está esa chispa que te hará despertar pronto y logrará que el amor que sé que reside dentro de ti, se refleje en ti misma. Lograrás amar con locura indefinida lo que eres, lo que haces, a tu familia, a tus amigos, a tu futuro esposo, a tus futuros hijos, a tus nietos. Los amarás incluso en tu último respiro. Sabrás apreciar y adorar tus soportes de vida.

Y entonces lo entenderás.

Entenderás que el arte no necesita ser hermoso para hacerte sentir algo. Entenderás que, en realidad, el arte es todo aquello que, sencillamente, te hace sentir algo en lo más profundo de tu ser. Entenderás que eso es lo que has sido toda tu vida, y aprenderás a amar eso de ti.

Porque eres el reflejo del arte que tanto admiro, y sé que aprenderás a proyectarlo.  


Eres el reflejo del arteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora