Capítulo uno: Hermanos

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-¡Beth!

El grito de mi hermano me despierta, pero no me nuevo de la cama.

Aaron tiene la molesta costumbre de despertarme temprano para preparar el desayuno con él. Siempre le digo que puede comer sólo o pedirselo a Mar, mi nana, cheff y ama de llaves, todo al mismo tiempo. Pero parece que Aaron disfruta de molestarme muy temprano y verme hecha un desastre.

-¡Elizabeth Marie Woods! -grita, esta vez dentro de mi habitación -¡Voy a saltar en tu cama hasta que me hagas caso!

No se atrevería.

-¡Voy a contar hasta tres! -me advierte mientras percibo sus pasos acercarse -¡Uno! -siento como un peso más sube a la cama -¡Dos!

Bien, tal vez si se atreva.

-¡Para, para, ya me desperté! -quito las sabanas de mi camino y lo miro con enojo. No soy una persona de mañanas -Vamos por ese desayuno.

-¿Ves? No fue tan difícil.

-Sí, sí, molestoso.

-Amas que venga a visitarte -dice, extendiéndome una mano para ayudarme a levantar -Soy tu hermano favorito.

-Eres el único hermano que tengo - le corrijo antes de soltar una carcajada -Pero eso me hace amarte más.

Aaron baja unos cuantos escalones para dejarme subir a su espalda y continuamos nuestro camino a la cocina de esa forma. Cuando llegamos, Mar ya tiene todos los ingredientes en la mesa para nosotros.

-¿Ya sabes que hacer hoy? -pregunta Aaron mientras bate los huevos -Estas de vacaciones, ¿no es así?

-Sabes que odio la temperatura exageradamente alta del verano.

-Interpretaré eso como un: estaré todo el día en la piscina.

-Me conoces bien, Carpenter.

Mi padre estuvo casado con la madre de Aaron por dos años. Luego de ese tiempo, ambos decidieron terminar con el matrimonio por las buenas y seguir con sus vidas.

Algunos piden la mitad de todos los bienes, pero en nuestro caso, lo único que mi padre pidió fue que nos dejaran seguir viendo a Aaron. Desde ese momento ya han pasado 7 años y en ningún momento he cuestionado la decisión de mi padre porque darme un hermano con quien compartir mi adolescencia fue lo mejor que pudo haber hecho.

-¿Papá te dijo a qué hora regresaría? -le preguntó a Aaron mientras desayunamos en la barra de la cocina y Mar arregla nuestro desastre.

-Tarde en la noche -responde, dándole un sorbo a su jugo de naranja -Tiene un gran caso.

-¿Desayunó esta mañana, Mar?

-Si, Beth, le serví exactamente lo que pediste -asiento ante su respuesta y le sonrió. No sé que haría sin ella.

-¿Te quedarás todo el verano esta vez?

-Oh, ¿no te lo dije? -niego con la cabeza -Me quedaré hasta que inicien mis clases en la universidad.

-¡Genial! -exclamo, golpeando suavemente su brazo con mi codo -Eso quiere decir que podrás enseñarme el campus en mi primer día.

-¿Quien mejor que tu hermano mayor para alejar a todos esos freshmen de ti?

Aaron es mayor por dos años, pero actúa como alguien de mi edad. Eso no lo considero malo, de hecho, creo que fue fundamental para que nos lleváramos tan bien. Tal vez lo único con lo que no bromea es con mi seguridad y la de papá. El resto de cosas siempre son un chiste.

Es un chico alegre.

-¿Beth? -me llama Aaron desde la piscina y levanto mis gafas de sol para verlo mejor -¿Te gustaría ir a visitar a papá a la oficina?

-¿A Woods Enterprise? -pregunto, sentándome al instante en la cómoda silla de playa -No he ido en años.

-Será divertido -me asegura con una sonrisa -Podrás usar esa ropa elegante que tanto te gusta y yo podré hablar con algunos abogados.

-Tú y tu carrera -ruedo los ojos y me recuesto nuevamente -Estas de vacaciones, ¿sabes?

-Vamos, Bethie, no puedo ir sólo - insiste, saliendo de la piscina y acercándose más de lo que me gustaria que hiciera con ese traje de baño empapado -Además, no nos hemos visto en mucho tiempo y lo mínimo que mi hermanita puede hacer es acompañarme a conocer a todos esos hombres de traje.

-Pero, Aaron, el Sol esta en su máximo esplendor y no hemos almorzado.

-Te llevaré a comer a ese restaurante italiano que tanto te gusta - me levanto de mi asiento al instante, provocando la risa de mi hermano - Tomaré eso como un sí.

Woods Enterprise es un edificio de 15 pisos, de fachada moderna e interiores con acabados que te hacen desear llevarte todo a casa. Está en el centro financiero de la ciudad donde sólo se ven autos que una persona promedio puede sólo desear y la ropa y accesorios más costosos.
No suelo ir muy a menudo desde hace dos años, desde que Keith dejó la ciudad. Él era un pasante en la empresa de papá y mi novio, pero su familia, una de las pocas que se relacionan con la mía, se mudó a Francia. Como era evidente, ambos tuvimos que terminar nuestra relación.
Aaron tuvo que regresar a casa por el fin de semana para ayudarme a superarlo. Y, si bien ya deje de llorar cada vez que pienso en ello, todavía siento un burbujear extraño en mi pecho cuando escucho su nombre.

-Joven Carpenter. Señorita Woods - saluda la recepcionista -su padre está en una reunión, pero pueden esperar en su oficina.

Aaron me abraza mientras esperamos que el elevador llegue al último piso y no puedo evitar que algunas imágenes junto a Keith se reproduzcan en mi mente.

-Esperemos en la terraza -sugiere Aaron y estoy completamente de acuerdo -Jean, ¿podrías llevarnos te helado a la terraza mientras esperamos a papá?- le pregunta a la secretaria.

-Claro, joven Carpenter.

La terraza es preciosa y tiene la mejor vista de todo el edificio. Hay varios sillones para que los socios puedan relajarse por un rato antes de entrar a una importante reunión o para que los clientes esperen a que mi padre se desocupe. Recuerdo que antes, cuando venía casi a diario, me encantaba estar aquí.

-¿Te importaría quedarte sola por unos minutos mientras voy a hacer la reservación en el restaurante?

-No, tranquilo, esperaré aqui. -le respondo y él besa mi mejilla antes de desaparecer.

Aaron es simplemente el mejor hermano del mundo. No me importa que no tengamos lazos de sangre, para mi basta que esté a mi lado. Siempre digo que, si la vida no permitió que mis padres tuviesen más hijos, fue porque Aaron estaba destinado a llegar a nuestras vidas.

Cierro los ojos cuando siento el aire en mi rostro y me acomodo mejor en el sofá. Olvidé cuanto me gusta este lugar.

-Oh, lo siento -escuchó una voz detrás de mí -No sabía que había alguien aquí.

Me vuelvo hacia la voz en la puerta con lentitud y mis ojos se abren de par en par al ver a la persona que habló.

¿Esto es real?



Primer capítulo, no puedo creerlo. Espero que disfruten la novela porque a partir de este momento comienza un hermoso viaje.

Gracias por leerme desde ya.

Les mando mil besos.

Hit me with your best shot.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora