Cupidos [Baekyeol/Chanbaek]

Capítulo 1: Malentendido

Baekhyun estaba tirado en su cama boca abajo sin nada que hacer. Sus horarios de práctica ya habían terminado.

-Que aburridooo- se quejó contra la almohada - ¿Dónde estará Soo?

Luego de rondar por la casa decidió llamarlo. Por qué no lo pensaste antes Baek.

Sacó el celular del bolsillo y lo marcó, esperando a que atendiera. Ya estaba por darse por vencido cuando el otro al fin se dignó en atenderle. Iba a reclamárselo cuando percibió algo extraño.

-Qué pasa Baek? –su voz sonaba muy ronca.

-¿Soo? ¿Estás bien? ¿Dónde estás? -preguntó preocupado. Conocía a Kyungsoo y no había muchas cosas que lo pusieran mal.

El chico del otro lado de la línea se aclaró la garganta y sorbió por la nariz, intentando sonar más normal, aunque era obvio que no podría ocultarle nada a Baekhyun.

-No sé dónde estoy Baek... y no... no lo estoy... yo... ¿Supiste de Jongin? ¿Puedes ir con él? No debe estar solo... Baek...

El rubio empezó a caminar en círculos en su habitación, claramente exasperado.

- No. No sé nada de Jongin. Ahora lo que me preocupa eres tú. No puedes decirme con ese tono que vaya tras Kai. No te dejare así donde sea que estés. Si te deja más tranquilo mandaré a Sehun o a alguien a por él. Mira a tu alrededor y dame algo para que pueda ir por ti.

El pelinegro asintió como si el otro pudiera verlo, y luego de un corto silencio viendo a su alrededor, le dijo el nombre de un restaurante.

Baekhyun conocía el lugar, estaba a unas calles de allí, así que solo tomó dos abrigos del armario y salió corriendo.

Antes de que la llamada terminara escuchó un débil "Gracias"

Llamó y Chanyeol y después de asegurarse que estaba con Kai fue en busca de su amigo.

***

Al llegar al lugar lo buscó con la mirada

-¿Dónde estás Soo? – se preguntaba cada vez más desesperado. Sacó su celular para volver a llamarlo, y cuando se llevó el teléfono a la oreja, lo vio.

El cuerpo de su amigo comenzaba a responder ante el frío de manera negativa. Estaba temblando, y su nariz estaba comenzando a enrojecer, pero al mismo tiempo parecía no sentir nada. Sus cálidas lágrimas resbalaban por sus mejillas y se perdían en el cuello de la polera que llevaba puesta.

Al ver esa escena, fue corriendo hacia él.

-Soo, ¿te encuentras bien? Dime algo. ¿Es culpa del negro ese? Juro que iré a echarle todos los dientes hasta que te pida perdón de rodillas –dijo agitando el puño en señal de enojo para animarlo un poco, y tal vez sacarle una sonrisa.

Abrió sus grandes ojos aún más y comenzó a negar apenas mirándose normal —Yo... creo que yo tuve la culpa Baek... ¿Podrías hacerme eso a mí? Tal vez... duela menos... – murmuró cabizbajo.

El rubio negó con la cabeza –¿Pero que dices Soo? –dejó el abrigo sobre sus hombros y lo abrazó hablándole suave –Se cuan loco estas por él. Jamás harías algo para dañarlo. Es claro que él tiene la culpa. Ven, vamos a casa y ahí me cuentas, ¿de acuerdo? –dijo frotando sus brazos para hacerle entrar en calor.

-Gracias Baek —apenas logró levantarse, sintiendo recién cuán congelado se encontraba, teniendo que esperar antes de poder caminar —Fue mala idea quedarme aquí sen~ —se vio interrumpido por un estornudo.