Capítulo seis: Peligro

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Tuve que contenerme para no soltar lo primero que se me viniera a la mente y respire un par de veces para dejar que el enojo se disipara. Entrecerré los ojos, apreté mi mandíbula y salí de mi habitación rumbo a la de Aaron.

Soportar a Cameron va a ser todo un reto.

- ¿Qué piensas del lugar? - me pregunta Jessica cuando ya hemos llegado al restaurante en el que almorzaremos. - Recordé que te gusta la comida china. - Aaron me rodea con el brazo y ríe.

- Si Elizabeth pudiese vivir en un restaurante chino, lo haría. - bromea mi hermano, lo cual me parece genial porque uno de los dos tiene que ser gentil.

- De pequeñas, su padre nos llevaba a un restaurante chino cuando terminaba el año escolar, ¿verdad, Lizzie?

- Sí, lo recuerdo bien. - contesto con una sonrisa. - ¿Entramos ya? Muero de hambre.

El restaurante se parece mucho al de Shi Wu en Louisiana y eso me encanta porque me siento en casa.

Nos llevaban a nuestra mesa y Aaron se sienta junto a mí. Pedimos lo mismo de siempre: pato a la pekinesa, chop suey y wanton mee. Y Jessica nos mira como si fuesemos la cosa más extraña del mundo al pedir tantas cosas.

Aaron y yo solo reimos. No tenemos los genes perfectos que no te dejan subir de peso, pero somos muy dedicados al deporte. Así que comemos sin cargo de consciencia porque sabemos que con un par de horas en el gimnasio se arreglará. Y si subimos un poquito de peso, ¿a quién le importa?

- ¿Segura que no quieres un poco de pato? - le pregunto a Jessica, quien sigue con esa mirada curiosa en el rostro.

- Uhm, bueno, tal vez un poco. - accede, dejando que le sirva un trozo del delicioso pato a la pekinesa en su plato.

- ¿Qué hay de ti, Cameron? - pregunta Aaron y me sorprende lo tranquilo y amigable que suena.

- Estoy bien, gracias.

Cameron revuelve sus verduras con su tenedor y, cuando se da cuenta que lo estoy viendo, esboza una débil sonrisa y desvía su mirada hacia la puerta principal del local.

¡Qué extraño es ese chico!

- ¿Esto es una broma? - pregunta Cameron, borrando su sonrisa y sustituyendola por un ceño fruncido. Cielos, hubiese deseado que se quedara con la sonrisa. - ¿Ese chico los sigue a todos lados?

Me vuelvo hacia la puerta para ver qué es lo que le molestó tanto a Cameron y mis ojos se abren de par en par.

¿Qué hace Jacob aquí?

- Hey. - saluda él en cuanto su mirada se cruza con la mía y se acerca a nosotros. - No sabía que venían a este restaurante.

- Ya nos conoces, no nos podemos negar a la comida china. - dice Aaron. - ¿Vienes solo?

- No, unos amigos eligieron este restaurante. - responde antes de dirigir su mirada a mí. - Habrá una fiesta en casa de mi mejor amigo esta noche, ¿les gustaría ir?

- ¿Esta noche? - pregunto.

- Sí, además, tocaremos un par de canciones.

- ¿Cantarás? - soy consciente de que mis ojos se iluminan al instante, pero es que nunca he escuchado cantar a Jacob y me emociona la idea.

- Exacto.

- Estaré allí. - le aseguro. - Envíanos la dirección.

- Perfecto, Eli. - Jacob se inclina hacía mí y besa mi cabeza con ternura. - Los veré luego.

Hit me with your best shot.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora