*Buscando a la verdadera tú*

8. De las malas coincidencias

El fin de semana pasó rápidamente y sin tantas sorpresas como días antes, respecto al proyecto, Charlie no podía quejarse ya que él junto con su compañera habían sacado honorarios por su ensayo. Desde entonces Elia no había mencionado nada respecto a la llamada y el malentendido del sábado, estaba actuando indiferente.
Sobre lo demás, Charlie nunca supo lo que realmente pasaba en la llamada que había hecho a Jazmín noches atrás, sin embargo había optado por no darle tanta importancia y dejarlo pasar. Así que compró dos boletos para el cine, buscando fortalecer un poco más la relación con su novia.
La época de la sorpresas apenas estaba comenzando.
...
Era miércoles, el día de la función, y Charlie esperaba a que sonara la campana de salida para darle a Jazmín la sorpresa.
Ella estaba en su butaca guardando las últimas cosas en su bolsa, mientras miraba los apuntes del pizarrón. Finalmente la campaña resonó por los pasillos, haciendo que todos los jóvenes salieran disparados, dejando a la pareja sola. "El momento perfecto" pensó Charlie, que se aproximó hasta donde la joven, sin embargo antes de llegar esta se volteó.
- ¿Que pasa? - preguntó, adelantándose.
El chico paro, y la miro.
- Bueno, tengo dos boletos para el cine hoy en la noche,- que le pasaba ¿por qué estaba tan nervioso?- es para la película que dijiste el otro día que querías ver...
- Lo siento, esta noche no puedo.- lo corto ella en seco.- Le prometí a mi mamá ir de compras con ella en la tarde, y no sé cuánto tarde en regresar... de verdad lo siento Charlie.
El chico tenía una cara que no se podía creer ¿desde cuándo iba ella de compras con su mamá?
- Descuida, no hay problema, le pediré a Pako que me acompañe.- dijo Charlie de modo despreocupado.
- De verdad lo siento, bueno ya me tengo que ir.- y dándole un beso en la mejilla Jazmín se despidió, recordando voltear antes de llegar a la puerta.- Nos vemos mañana.

Le había dejado plantado, su propia novia. Eso era una gran sorpresa para él, sin duda.
Charlie había abandonado el salón unos minutos después de Jazmín, para encontrase con su amigo.
- Vaya!!..eso es triste...
- Si, pero no es algo muy malo, después de todo es su mamá, no puedo luchar contra ella -respondió Charlie ante el comentario de Pako. Ahora los dos caminaban de regreso a casa.
- Oh! ¡Diablos! Se me olvido el celular- gritó de repente el chico al revisar en su mochila.- Espérame, voy a buscarlo.
Dejando a Pako sin palabras, Charlie salió disparado del lugar donde estaba, corriendo directo a la escuela. No podía dejar su celular, alguien más se lo llevaría el día siguiente, así que una vez ya en los pasillos del instituto se dirigió a su salón, sin embargo a medio camino, en el salón de enfrente escucho un par de murmullos "seguro es una pareja que se ha quedado" pensó, entro en su salón y reviso su butaca, allí estaba, intacto, justo debajo del lugar para guardar libros. Lo tomo y ya un poco más calmado salió del salón.

"¿Qué es esto?"

Frente a él un chico rubio más alto que él y una chica de cabellos castaños que tanto conocía se besaban apasionadamente, al mismo tiempo que salían del aula B-4.
Fuera de lugar, pero más que nada gobernado por la furia, se aproximó hasta donde la pareja y tomo de un tirón a la chica, alejándola del rubio desconcertado.
- ¡¡¿Qué demonios haces Jazmín?!!
La chica lo miro llena de pánico, jamás en su vida lo había visto tan enojado y agresivo.
- Cha-Charlie...de-déjame...explicarte...
- ¡¡Qué carajo tienes que explicar!!
- No...es lo que piensas...
- Jaja no me has reír,- la miro con asco y expresó sus últimas palabras llenas de odio antes de salir de ese lugar.- Jamás creí que terminaría saliendo con una perra.

Abandonó el lugar siendo otro. Jazmín gritaba su nombre por todo el pasillo sin atreverse a ir donde estaba él por miedo, pero sabiendo que las mentiras no duran más de lo que creía.
El chico salió de la escuela dando zancos y con la mirada perdida. Ya no sentía lastima, ni siquiera tristeza por sí mismo. Todo estaba arruinado. Su primera relación de noviazgo, no era más que un chiste. De repente tuvo una genial idea, sacó su celular y reviso su agenda. Si ahí estaba el número, no lo pensó más y con toda la seguridad del mundo, marco.
Dos, tres tonos y...
-bueno?
-¡hola Elia, soy Charlie tu ex compañero de ensayo, estaba algo aburrido, así que pensé que tal vez te interesaría ir esta noche al cine con migo, no tienes que pagar nada, de eso me encargo yo. ¿Entonces, aceptas?
- bueno...la verdad no sé qué decir...¿esta noche?
- Si lo deseas puedo ir a recogerte.
- No, está bien, acepto, pero que te parece si mejor nos vemos en el parque de siempre?
- Excelente, entonces te espero ahí a las 8:00pm. Cuídate.
- Si...igual.
La llamada estaba hecha.
Charlie continuó avanzando por la cera, con una gran tranquilidad. Pronto se encontró con Pako, que continuaba esperando su regreso, al verlo una mueca de alivio rondo su rostro.
-Pensé que nunca llegarías!
- Ah, Si? Lamento haberte hecho esperar.- respondió Charlie sin parar de caminar.
- Y lo encontraste?- preguntó su amigo mientras se acomodaba a su paso.
- Si, estaba debajo de mi butaca.
- Eso es bueno...oye te sientes bien?
- Claro, por qué no debería de estarlo? Es una tarde magnífica.
A pesar de la respuesta, Pako no se sentía tranquilo, notaba algo distinto en él, como si su alegría se hubiera apagado junto con su sentido del humor.
...
Una vez en casa Charlie se metió en la regadera dispuesto a arreglarse para su cita. Ya vestido termino de ponerse el saco y salió de casa rumbo al parque.
Llego un poco antes de la hora acordada, justo el tiempo necesario, para ver a la hermosa joven de cabello negro, dirigirse hacia él. Lucía un vestido color crema, y un par de tacones bajos, al parecer había sustituido su cabello rebelde por uno mucho más manejable y brillante. Parecía otra.
- Te ves hermosa.- dijo Charlie en el momento en el que Elia se posaba frente a él.
- Gracias, tú también te vez muy bien, no sabía que podías peinarte.
- Yo también acabo de descubrirlo hoy.- el chico río al tiempo que extendía su brazo a la joven.- ¿Nos vamos?
- Si.
Llegaron al cine temprano, así que decidieron ir a comprar un par de golosinas en lo que empezaba la función. Charlie no podía parar de mirar a su acompañante, algo que por supuesto ella capto rápidamente.
-No pensé que te gustara tanto.- dijo la chica en modo de broma.
El joven sonrío de oreja a oreja, y con voz seductora, pero calmada sé dirigió a su oído.
- Ese vestido te queda muy bien.
Elia se sonrojó al escucharlo, y zafándose de su cercanía dijo:
- Bueno creo lo mejor será entrar, la película está por comenzar.

Buscaron sus lugares en la oscuridad, y una vez en ellos se dedicaron a mirar la película. Ya por la mitad, justo como si los dos se pusieran de acuerdo, sus rostros chocaron.
Elia estaba tan sorprendida que no se dio cuenta del brillo perdido en los ojos del chico, quien ahora la miraba desafiante, y en un alocado impulso desconocido devoro sus labios. No fue un beso tierno, sino uno lleno de desesperación. La chica retrocedió unos centímetros sorprendida, pero continuó, pensando en mil cosas equivocadas. Pronto, pudo sentir como la mano de él recorría su pierna. Algo que la hizo aterrizar justo donde se encontraba. En la realidad.
Empujándolo levemente, se paró del asiento y salió de la sala sin decir una palabra.
Charlie estaba totalmente desconcertado, ¿por qué se había ido así? "Y justo en un momento tan divertido" Sin pensarlo se puso de pie y la siguió.
La encontró justo afuera de sala de cine, en el pasillo.
- ¿Te pasa algo?- preguntó, sin importancia.
La chica se volvió.
Sus ojos estaban bañados levemente en lágrimas y llenos de dolor.
- ¿Que si me pasa algo? Creo que eso deberías preguntártelo tú. Hace apenas unos días pensaba que eras una persona que valía la pena, te mostrabas tan feliz y despreocupado cuando caminabas en los pasillos, que sentía celos! pero ahora,- se limpio una lagrima que resbalaba por su mejilla.- hace un momento me has demostrado que ya no eres el mismo ¿¿Qué acaso no tienes novia?? ¡Como te atreves a hacerle esto!
- Ya no es así,- interrumpió Charlie, haciendo que ella parara.- He terminado hoy con ella, no tienes de qué preocuparte, no lastimaras a alguien más por estar conmigo.

La situación estaba más que clara para Elia, ahora lo entendía todo.
- Oh, por dios! Me has utilizado para vengarte. No soy más que una segunda opción para ti.
¡¡Por mí puedes irte al carajo si quieres!!

Y diciendo esto, camino decididamente a la salida.
Uno, dos, tres pasos...
¿Qué?
¿Qué estoy haciendo?
Sin saber muy bien el por qué, algo dentro de él se hizo sentir.
Y antes de que Elia diera un paso más, la agarro por el brazo, haciendo que ella le mirara. Era la primera vez que se dirigía a sus ojos.
- Lo lamento. Me he comportado como un idiota, entenderé si ya no quieres dirigirme la palabra, pero ten mi disculpa en cuenta. Realmente lo lamento.

La chica lo miraba.
- Tus ojos...
- ¿Qué?