Mis párpados se abren lentamente intentando soportar el frío de la nieve. Me encuentro al pie de un árbol y el rocío que cae me hiela los pómulos; siento una punzada de dolor en las costillas al intentar levantarme, no logro ver nada en la oscuridad de la noche. Solo oigo luchar a mis pulmones por hincharse de oxígeno y a las hojas de los árboles mecerse con la helada.
Llevo la mano izquierda hasta mi coronilla, pero está cubierta con un gorro de lana; compruebo que a pesar de tener prendas que me mantienen abrigada estoy casi cubierta de nieve. No puedo recordar mi rostro, pero se que nadie me reconocería: lo siento hinchado y congelado.
Intento gritar en busca de ayuda pero mi voz tiende a desaparecer y se expresa en un susurro.
Me desespera sentirme tan exausta y débil estando sola y sin nadie que pueda acudir a mi desesperación.
No te dejes vencer, en situaciones peores jamás te has rendido. Vamos... Diablos. No recuerdo mi nombre.
No muy lejos veo una luz; se que si voy hacia ella tendré menos posibilidad de morir congelada, pero no se como levantarme.
Hago un esfuerzo por levantarme y flexiono la rodilla derecha con mucho esfuerzo y al levantarla hace un "clack", si no se me ha roto soy muy afortunada; luego levanto la izquierda lentamente y ésta vuelve a repetir el sonido. Muy bien, ahora solo faltan los brazos; hundo mi mano derecha en la nieve y siento el ardor; luego la mano izquierda y lo mismo. No siento los dedos pero al menos puedo apoyarme en mis brazos para lavantar mi torso; los brazos me flanquean pero igual me obligo a levantarme. Una vez de pie comienzo a avanzar con movientos robóticos para no desestabilizarme ¿De qué sirven las articulaciones en este momento? Conforme avanzo veo que la luz va desapareciendo y se que no me han visto pero aún así camino en su dirección esperando encontrar a alguien, es mejor que quedarse bajo un árbol a esperar la muerte o lo que sea, además no creo que sea normal haber olvidado quien soy y que hacía recostada allí.
Se siente extraño todo a mi alrededor, no conozco éste lugar y hasta se siente raro caminar: es como si nunca lo hubiese hecho o como si lo hubiera olvidado.
-¡Hey!-. Una voz masculina grita a mis espaldas y con mis pisadas robóticas hago un esfuerzo por girar-. ¿Qué haces aquí?-. Pregunta al llegar frente a mí. Es joven, debe tener no más de veinte años. Jamás lo había visto.
-Yo...-. Pienso en qué decir a pesar de que mi voz es casi inaudible. ¿Cómo explicar algo que no se?-. No se que hago aquí, estoy buscando ayuda.
Me observa incrédulo.
-¿En serio? ¿Buscas ayuda en un cementerio el 31 de diciembre?-.
Cementerio. Un recuerdo viene a mi mente: Era yo agarrada de la mano de una niña de siete años cantando en el cementerio frente a dos lápidas. En una de las lápidas ponía el nombre de Dana Mccourt de Powen (1761-1811); y en la lápida contigua Dionisio Powen (1757-1811). Al terminar la canción la niña me abraza y la tranquilizo diciendo "Mamá y papá nos aman. ¿Lo sabes?"
Luego de eso todo se distorsiona y vuelvo a la realidad. No tengo padres, ellos están muertos, sus nombres estában en las lápidas; tengo una hermana, quizá sea mi única familia y debo encontrarla, aunque quizá solo sea un sueño.
El chico me observa con los ojos entrecerrados, como si quisiera saber lo que pienso. Miro el lugar que me rodea y noto las lápidas que estuvieron allí desde que desperté aunque sin percatarme de ellas.
-Eey...-. Pasa una mano delante de mi vista esperando mi respuesta.
-Uh... Desperté bajo un árbol y solo tengo un recuerdo que quizá no sea más que un sueño.
Parece asimiliar mis palabras mientras mira cada facción de mi rostro, hasta que se detiene en mis ojos.
-¿Me permite?-. Pregunta señalando la gruesa bufanda que me cubre la mitad del rostro. Asiento y lo baja hasta la altura del mentón. Vuelve a observar mi rostro. Me avergüenzo sabiendo lo que el frío le ha hecho, ya que el joven mira mi rostro hinchado e irreconocible. No se si debería asustarme porque alguien observe tan detenidamente mi rostro o porque comience a trazar líneas con sus dedos en la terminación de cada parte de él. Lo noto casi ausente, como si yo fuera una fantasma y quisiera corroborar que realmente estoy materializada.
Veo como sale de su ensoñación y dirige su vista detrás mío, hacia El árbol; luego posa su vista en mis ojos y su semblante cambia de fascinación a preocupación.
-Usted... No debía despertar aún. No es seguro.
¿Hace cuanto estoy durmiendo? ¿Por qué no es seguro? ¿Que está pasando? ¿Por qué dormiría en la nieve? Ante tantas preguntas que rondaban en mi cabeza tan solo hice la que más me importaba.
-¿Tengo una hermana?
Él asiente lentamente y señala El árbol, giro bruscamente buscando respuestas sin importarme que los huesos de las piernas se me quiebren pero solo veo El árbol y nada más, no entiendo su mensaje pero noto que hay una anormalidad en todo esto: aquél árbol tiene vida, no es como si hablara o tuviera ojos, solo tiene vida: sus hojas al verde vivo, sus ramas parecen tan nuevas como en primavera. No ha muerto, y sospecho que tiene que ver conmigo, con la historia que espero me cuenten de mi vida.
-Hay una leyenda sobre usted y ese árbol.
Ignoro sus palabras. No es lo que quiero saber.
-¿Qué hay de mi hermana? ¿Cómo se llama? ¿Dónde está? ¿Cuántos años tiene?-. Mi desesperación lo alarma.
-Déjeme contarle la historia y lo sabrá-.Asiento rendida y comienza-. Hace dos siglos encontraron a una joven recostada al lado del cuerpo sin vida de una niña-. No quiero creer que se refiere a mi-. Creyeron que la muchacha había enloquecido, mas no quería que su hermana pequeña fuese enterrada. Sollozaba diciendo que era su única familia; y a su lado se encontraban las lápidas de sus padres. Un día, quiso colocar flores para su difunta familia así que dejó el cementerio por una hora-. Solo consigo derramar lágrimas silenciosas imaginando lo peor-. Al regresar, su hermana estaba arrodillada frente a la tumba de sus padres; ella no podía creerlo, pero la inundaba tanta felicidad que corrió hacia la niña y la estrechó entre sus brazos; aún con una sonrisa en el rostro deshizo mínimamente el abrazo para ver a su hermana, pero su corazóncito ya no latía.-Hace una pausa viendo mi reacción-. Tú Tessa, te hundiste en una gran depresión. Las personas que estuvieron ese mismo día en el cementerio corrieron la voz y te culparon de su muerte. Pero a pesar de eso, no querías aceptarlo, porque pensabas que solo querías abrazarla. Colocaste nuevamente el cuerpo en el cemetenterio y te quedaste a su lado para protegerla, durmiendo por un tiempo indeterminado.
Muchos veían esa anomalía como algo malo y otros como una oportunidad. Has mantenido vivo el lado inerte de tu hermana, El árbol es ella, y jamás se ha marchitado. Comenzaron a ponerte motes como: "La chica eterna" o "La bella durmiente".
Tardo un buen rato en asimilar sus palabras, pero al fin suelto una pregunta.
-¿Yo causé su muerte?-. Mira al suelo, hacia la nieve y luego vuelve su vista hacia mí. Asiente. Una lágrima solitaria baja por mi mejilla y se detiene en mi mentón, se congela; La tomo y la mantengo frente a mi, observándola.- Impresionante. ¿Es invierno?
Suelta una risa.
-Es verano. Solo aquí en el cementerio es invierno, hace mucho tiempo.
-¿Qué? ¿En serio?-.Revisa su muñeca, tiene algo rodeandola-. ¿Qué es eso?-. Me mira sin entender y señala el objeto con agujas, yo asiento.
-Un reloj digital, te dice la hora.-Me asombra, jamás oí hablar sobre ese objeto-. Por sierto, queda una hora para que sea año nuevo.
-¿Qué año es el que comienza?
-2016. Para usted son dos siglos exactos.
-Soy demasiado vieja y he vivido muy poco.
Me dirijo hacia El árbol y me siento donde desperté, esperando que pase un milagro. No soy una persona, o al menos eso parece, ¿Por qué es invierno aquí? ¿Cómo pude matar a quien amaba?
-Congelaste su corazón.-El chico se sienta a mi lado, y habla como si me leyera el pensamiento. Miro sus ojos grisaceos, tan claros que parecen atravesar el alma de quien los mire.- Nunca fuiste una chica normal, pero tus padres creyeron que podrías controlarlo, aunque jamás te lo dijeron, debes saber que tu corazón es de hielo. Es mejor que cualquier corazón humano, pero muy poderoso. Ya vez lo que causas- Señala todo nuestro alrededor y lo entiendo. Lo mismo que le pasó al cementerio es lo que hice con el corazón de mi hermana. Si pudiera remediarlo, haría lo que fuese.
-¿Podría matarte a ti?
No veo su reacción, solo miro la nieve bajo mis pies, pero se que mi pregunta lo sorprende.
-A mi no. Solo matas a los vivos.
-¿Estás muerto?-. Pregunto sorprendida.
Sonríe.
-Mi cuerpo funciona, pero ya no vivo por mi. No se si eso cuente como muerto.
Nos quedamos en silencio durante unos minutos hasta que caigo en cuenta de que él sabe mi nombre pero yo solo lo conozco como joven o chico.
-¿Cómo te llamas?
-Jared.
-Bonito nombre. ¿Por qué en víspera de año nuevo estás aquí, en el cementerio?
-No tengo familia y mi trabajo era cuidar de este árbol y de usted.
-No hace falta que me trates de usted. Aunque tenga más de cien años mi cuerpo también se ha congelado y tenemos casi la misma edad viendolo así.
-Cierto. Debo advertir que lo ciudadanos vendrán a ver... Si algo a pasado.
-¿Qué haran si me encuentran despierta?
Parece pensárselo. Se levanta y me tiende una mano, la tomo para luego levantarme.
-Ellos esperan que descongeles el cementerio y que salves vidas. No creo que sea bueno que la vean a... ti.
Suelto una risa por su mezcla entre tuteo y formalidad.
-¿Qué debo hacer?
-¿Podrías intentar concentrarte? Quizá descongeles algo.
Sonrio y me alejo un poco de... mi hermana.
-Piensa en algo que recuerdes, algo caliente.
-¿Como el sol?
-Lo más caliente que recuerdes, algo que arda.
Busco algún recuerdo pero solo tengo uno. El del cementerio; había sol, pero no recuerdo como se sentía así que me invento la sensación, podría ser algo tan frío que arda reemplazando al calor, como la nieve en mis manos al intentar levantarme. Tengo esa sensación por todo el cuerpo pero no siento ningún cambio.
-Tessa recuerda que el corazón es tu centro, toda sensación tiene que llegar a tu centro.
Entiendo sus palabras pero no puede llegar una sensación de calor como la del sol hasta mi corazón solo por pensarlo, es algo mas allá de eso.
-Entonces, debe ser un calor como ¿El de las emociones?
-Podría ser.
Pienso en la canción que canté con mi hermana en ese recuerdo, era una canción tan alegre y expresaba tanto sentimiento que no parecía ser cantada para alguien fallecido. Era como mantener un recuerdo vívido de esas personas. También pienso en la historia contada por Jared, mí historia. Yo estaba tan sola que creí proteger a la única persona que amaba mas que a nada en el mundo, pero la perdí para siempre, y no es un error que se pueda reparar en días o años; han pasado siglos y aquí sigo, sola.
Éstos pensamiento despiertan emociones en mi, son tan fuertes como una mezcla entre el dolor y el amor; la tristeza y la felicidad. Siento una opresión en el pecho, ya no tengo lágrimas, solo una sensación de vacío. Caigo de rodillas al suelo cubierto de nieve, con la esperanza de que el frío me devuelva todo lo que me ha quitado. Soy un bloque de hielo con estímulos humanos; no entiendo como puedo vivir con un helado corazón.
Estoy rendida, me siento rendida, no tengo más opciones; permanezco con la cabeza gacha, tengo las piernas tan húmedas como si estuviera arrodillada sobre un estanque con agua.
Oigo murmullos y levanto la cabeza, los ciudadanos guardan silencio, se encuentran aquí frente a mi festejando el nuevo año con velones encendidos. Todos estan tan sorprendidos como yo; les llega el agua hasta los tobillos, así es, agua. La nieve se ha derretido. Todos posan su mirada en mi, luego en dirección al árbol; tengo miedo de girar y decepsionarme: de hacerme cenizas o vivir el resto de mi vida sola. Giro lentamente la cabeza y para mi sorpresa el árbol ya no está, solo hay un cuerpo cubierto de tierra mojada. Mi hermana.
Me acerco a ella caminando de rodillas, observo su rostro y su pequeño cuerpo y temo abrazarla o acercarme más por miedo a que esté muerta o que muera por mi culpa, nuevamente.
Miro a Jared que está delante mío y el se acerca al cuerpo de la niña.
-Despierta Cassie.- Le susurra.
Ella abre los ojos y me mira. Los recuerdos vuelven a mi como un flashback, desde mi nacimiento y el de ella hasta ahora, también recuerdo la voz de Jared, todas las veces que me hablaba aún sabiendo que quizá yo nunca despertaría.
-Tessa.
-Hola pequeña.
Me abraza y sin importar lo que pase se que necesito su tacto, ella me mantuvo con vida a mi, aunque digan lo contrario. Si hubiese estado sola hoy no estaría festejando un nuevo año luego de dos siglos.
Deshago el abrazo y Cassie sonríe. Me levanto para hablar con Jared pero lo veo perderse entre los ciudadanos así que corro para alcanzarlo.
-Jared. Feliz año nuevo.
Voltea a verme y sonríe.
-Feliz año nuevo Tessa.
-¿Sabías que podría hacerlo?
-Claro que si. Es solo que te has encerrado. Has reprimido tu dolor y tu corazón te mantuvo con vida congelando tu alrededor: creando un ambiente para ti. Ese es el poder de un helado corazón.*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*
Hola linduras!! ¿Cómo están? Espero que bien.
Bueno quería hacer este One-Shot, como dice en la descripción para demostrar lo que el amor puede hacer. No me refiero al amor de cuando alguien se enamora, sino al amor que sabes que nunca te va a fallar, como el de tus padres o un hermano, quise hacerlo desde la perspectiva de una hermana porque soy hija única y se lo difícil que es tener miedo a quedarte solo.
Y quise poner un poco de fantasía también porque se me ocurrió, para eso no tengo explicación.Bueno, espero que les haya gustado y pueden decirme que les pareció, acepto buenos y malos comentarios porque todo me ayuda a mejorar.
Besooos
Att: La escritora que los ama Priscila ♡
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Helado Corazón. (One-Shot)
Short StoryNo es un Fan Fiction. No tiene romance. Solo es una corta historia que quise escribir sobre lo que el amor puede causar. Pero... No el amor como entre hombre y mujer u homosexuales, sino el de la familia. Espero que les guste.