[5] Summer Paradise (Saga: Out Of The Woods)

Capítulo 20

Eliot

Desde el momento que me recosté en la cama cuando encontre a Kimberly y ambos nos empapamos, me sentí terrible y ella en ningún momento dejo de estar cuidándome. Me gustaba esta Kim, me daba toda su atención, pero no hacia falta todo lo que hacia ya que solo tenia un resfriado pero cuando quise levantarme para ir por agua me empujo de nuevo a la cama y me gruño:

- Quédate acostado o haré que te sientas peor.

Me quito el vaso y se fue a la cocina, desde ese momento hice caso a su amenazador tono.

Mas tarde, mi dolor de cabeza y los pañuelos de papel aumentaron como también mi fiebre. Me sentía tan acalorado que era incomodo. Kim coloco un paño húmedo en mi frente y procuro mojarlo cada vez que se secaba. Ella estaba siendo tan atenta y se lo agradecía enormemente. A penas había tomado tiempo para cambiarse la ropa mojada y el cabello se lo había atado en una coleta despeinada y mojada.

- Chica Mala, ve a darte una ducha, estaré bien - le pedí pero negó con la cabeza.

- Haré eso una vez que te hayas dormido.

Ella estaba sentada a mi lado con la mirada en el suelo como si se sintiera mal al verme a los ojos. No quería que se sintiera de esa forma.

- No te culpes por esto, Kim, no es tu culpa - busco su mano y cuando la encuentro, ella la aparta.

- Te traeré algo de comer - dice poniéndose de pie y dejando la habitación.

Un momento después vuelve con una bandeja donde lleva plato de sopa de verduras preparado por Joy, lo deja sobre la mesita de noche mientras me ayuda a sentarme, en realidad no necesito ayuda a pesar de que con cada movimiento me siento muy mareado.

- ¿Puedes comer solo? - pregunta acercando la bandeja a mi regazo.

- Si, oye no estoy tan mal - bromeo pero ella no se ríe, esta seria y preocupada. Tomo una cucharada de sopa y me muestro tan bien como podría, - ve a darte una ducha mientras bebo esto, estaré bien. No me moveré de aquí.

A regañadientes acepta y se se encierra en el cuarto de baño. No tarda nada en salir, se ve preciosa sin maquillaje y su ropa de dormir. Se cepilla el cabello frente a un espejo junto a la puerta y no puedo quitar mis ojos de ella, es tan hermosa pero se ve tan cansada.

- Llevare eso a la cocina, - señala la bandeja.

Espero a que este a mi lado y atrapo su mano, ella me mira asombrada.

- No es necesario que hagas todo.

Kim se suelta de mi agarre y toma la bandeja de todos modos.

- Rubio, cierra la boca. Solo habla si necesitas algo.

Una vez que esta de vuelta, coloca un vaso con agua sobre mi mesita de noche y se sienta en el borde de la cama junto a mi, como si fuera a quedarse allí toda la noche.

Tiro de ella hacia mi y susurro en su oído:

- Te necesito acostada junto a mi, ahora.

Alza una ceja hacia mi.

- Tu, maldito pervertido.

Ignorando su comentario palmeo la cama junto a mi y ella enseguida hace su camino entre las sabanas, acurrucándose, sus ojos se cierran contra su voluntad. Esta agotada. Me acerco a ella y la rodeo con mis brazos, su cabeza en mi pecho.

- Estas caliente - comenta alejándose un poco.

- Juro que no tengo fiebre - bromeo y esta vez ella se ríe pero enseguida se mueve para levantarse.