ᵉˡ ⁿºᵛ'º ᵈᵉ ᵐ' ⁿºᵛ'ᵃ [GTOP ★ TERMINADA]

Capítulo 12. Crocked

¿Cuánto tiempo habia pasado desde la última vez que Ji Yong habia tomado hasta ponerse más borracho que nunca? ¿Uno, dos...cuanto tiempo habia dicho Taeyang que habia pasado desde que Ji Yong rompiera con su novio? Ah... cinco años. Hacía cinco años desde la última vez que Ji Yong habia tomado tanto como para cometer millones de estupideces y no recordar nada.

Luego de 30 minutos tras la partida de Taeyang, Ji Yong se levantó del sillon a tropezones y camino hasta el baño, no para vomitar, abrió la regadera y con todo y ropa se metió y tomo una ducha, dejando que el agua fría cayera sobre él. Tras salir fue a su habitación y cambio sus ropas mojadas por unos jeans de mezclilla rasgados de las rodillas y una playera negra, tomo una chamarra a cuadros color rojo y salió de su departamento no sin antes verse al espejo. No logro reconocerse, desde hacía cuatro años que habia iniciado su relación con Rin antes de salir siempre hacia lo mismo, se miraba en el espejo intentando ver al chico que era antes, pero no lograba encontrarlo. Al parecer el idiota de su ex se habia encargado de destruirlo por completo y convirtiéndolo en la máscara que veía todos los días antes de salir a cualquier lugar en aquel espejo.

Hizo un recuento de todo lo que habia sido su vida, dos años de lo que para él habia sido una maravillosa relación con Cho Kyuhyun, hasta que descubrió que este tenía novio y que tan sólo lo habia utilizado para tener sexo cuando él quisiera, la primera noche después del rompimiento Ji Yong habia salido a tomar hasta que literal olvido por completo todo, al menos por esa noche, un año después habia conocido a Rin en la fiesta de un amigo, que tenía un primo que la conocía a ella, comenzaron a salir y dos meses después se hizo oficial su relación. El segundo año después de su rompimiento Ji Yong y Rin cumplieron su primer año de pareja, el mismo año en que conoció a Seung Hyun. Y como ya sabemos los tres siguientes años de sexo casual entre ellos dos.

Se dirigió a una estética, y cambio su cabello castaño por rubio. Tras salir de ahí fue directo a un bar, y asi fue a otro y a otro, cuando ya caída la noche y completamente borracho entro a un club nocturno llamado "Flower Club", Ji Yong rio por el nombre mientras entraba, era un club nocturno en donde normalmente las personas que asistían ahí eran parejas homosexuales.

Se sentó por un rato en la barra y pidió un trago, varios chicos le invitaron algunos, otros intentaban conversar con él pero Ji Yong los ignoraba, cuando se ponía verdaderamente borracho nunca prestaba atención a nada.

-. ¿Quieres bailar?-. Le pregunto un chico... o tal vez una chica, verdaderamente quien sabía. A lo que Ji Yong tan sólo tomo la mano de la otra persona que lo llevo al centro de la pista en medio de varios tropezones, al parecer hoy el lugar estaba muy concurrido pues habia más gente de lo normal.

Ji Yong comenzó a moverse torpemente al compás de la música, pero luego de un rato más y de algunos cuantos tragos más comenzó a bailar como si de eso dependiera su vida, bailaba solo, a veces con las chicas, en muchas ocasiones con los chicos, con ellos bailaba especialmente pegados a ellos casi como chicle, por lo que en varias ocasiones los chicos se pasaban con él y le daban una nalgada o intentaban meter sus manos dentro de su ropa.

Tres veces termino en el suelo antes de que alguien lo levantara, la última vez que alguien lo levanto le bastó para salir de la pista de baile y dirigirse al baño el cual estaba completamente solo.

Se sentó sobre la taza del inodoro y comenzó a llorar, a llorar como nunca lo habia hecho en su vida, lloro más que cuando a sus cinco años su perro Gaho habia sido atropellado por un autobús escolar y muriera, lloro más que cuando su abuela, la mujer que lo habia criado más que su propia madre, muriera una semana antes de su cumpleaños, lloro porque esta vez era la primera vez que lloraba por algo que pudo haber evitado desde antes, lloro porque era un idiota.

-. Deja de llorar-. Se dijo asimismo mientras se tapaba la cara pero le era imposible, las lágrimas salían solas de sus ojos, porque su corazón tambien estaba llorando y este por más que su cerebro le ordenara que dejara de llorar, su corazón no obedecería-. Deja de llorar, deja de llorar, deja de llorar...-. Intento levantarse y salir de ahí pero sus piernas perdieron la fuerza en ese momento y cayo de rodillas al suelo. Se sentó ahí, recargando su espalda contra la pared y comenzó a gritar fuertemente. Agradecía que la música del exterior fuera tan fuerte que nadie podía escucharlo mientras sufría. Golpeo su cabeza contra la pared un par de veces y seco las lágrimas de sus ojos antes de que nuevas lágrimas comenzaran a salir.

Los teléfonos inteligentes deberían de tener una aplicación la cual se activara en el momento que uno empieza a tomar como loco y se bloqueara y te dijera: "Usted está demasiado ebrio y para evitar que cometa alguna estupidez hemos restringido el uso de su teléfono celular. Ayúdenos a evitarle arrepentimientos para el siguiente día" o que existiera alguna ley que prohibiera el uso por completo de teléfonos celulares en estado de ebriedad para evitar las crudas morales, o cualquier otra cosa que hubiera evitado que Ji Yong tomara su teléfono y comenzara a llamar como desesperado no a su ex, si no a ese alguien que sabía que nunca le contestaría... o al menos eso creyó él...

Eran las 02:27 am cuando su viejo celular comenzó a sonar como un loco, lo llevaba haciendo desde hacía unos siete o nueve minutos, puede que más o puede que menos.

Saco su mano de la comodidad de su cálida y cómoda cama y estiro su brazo en dirección al mueble junto a su cama en busca de aquel pequeño y ruidoso aparato....

Asi como los teléfonos deberían tener la aplicación previamente mencionada, deberían tener otra en la que al momento o antes de que uno contestara esta te notificara: "La persona que te ha llamado se encuentra en estado de ebriedad por su propio bien y el suyo le recomendamos no contestar la siguiente llamada o en todo caso contestar bajo su propio riesgo"; pero ya que ninguna de esas aplicaciones existen no hubo nada que evitara que él contestara.

-. ¿Hola?...-. Su voz sonaba adormilada, mientras que al otro lado de la línea se escuchaba un llanto y música a lo lejos-. ¿Hola?-. Repitió de nuevo cuando la voz del otro lado por fin contesto...