En verdad espero el día en que pueda librarme de ellas, sentir de nuevo el calor del sol, que no se parece en nada a la luz blanca que ilumina la habitación; la lluvia cayendo en mi rostro, solo sintiendo como me empapo de poco en poco. Pero todo eso parece lejano, parece que todo hubiese sido un sueño, que en realidad nunca haya sentido todo eso, que desde que llegue al mundo, hubiera estado atrapada, aquí, sola, sin poder ver otra cosa, más que la bata gris, que en algún momento pudo haber sido blanca, pero la suciedad la ha estado manchando y llenando de ella poco a poco.Eso me trae muy vagos recuerdos de como solía ser antes; solía tener el cabello largo, era castaño oscuro, que ahora es remplazado con una capa de vellos oscuros, luchando por salir de su encierro dentro de mi cráneo. Me llevo ambas manos a la cara, solo para recordar donde estaban los rozados y nutridos cachetes que ocupaban gran parte de mi cara. Recuerdo tener buena carne, me sentía bastante fresca, nutrida, nada que ver a comparación de como me siento ahora: sucia, reseca, horrible; antes tenía un buen abdomen, tenía un rostro lleno de vida, estaba en forma, me sentía bella.
Pero todo eso ha cambiado, se ha ido. Lo que solía ser una mujer hermosa y con muchas ganas de vivir, se ha convertido en nada más que un pedazo de carne con brazos, piernas y lo que solía ser un bello rostro convertido en miseria.
Pensar en como han desaparecido todas esas cosas me causa nostalgia. No quiero llorar, prefiero ahogar esos recuerdos de lo que era la vida, prefiero guardarlos muy dentro de mi, para que cuando encuentre a quien me hizo todos esto, pueda liberar toda esta ira y rabia que envenena mi alma y vengar todo lo eh sufrido.
Me llevo ambas rodillas al pecho, sujetándolas con mis brazos, y empiezo a moverme de adelante hacia atrás como una mecedora. No es la primera vez que intento recordar como era mi familia, y lo único que logro obtener es furia, de ni siquiera poder recordar a familia, solo recordarme a mí, como era yo, que felicidad me llenaba de vida, pero no con quien compartía esa felicidad.
La luz blanca se apaga, seguro ya es de noche y quieren que, los que puedan hacerlo, duerman. Pero yo no me puedo dar el lujo de dormir sin soñar en el sol, la lluvia, y despertar al día siguiente y saber que todo eso fue vanidad, que en realidad seguiré aquí, encerrada tal vez por el resto de mis días. Por más que yo quiera evitarlo, mis parpados se van cerrando poco a poco, hasta que me quedo dormida. Lo único que hago es soñar, justo lo que no quería; sueño que estoy en un prado lleno de árboles, con la luz del sol atravesando sus hojas y tocando mi piel, de pronto la luz de la celda se vuelve a encender.
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La celda de libertad
Science FictionFrío...es lo único que siento. El frío de las esposas que me tienen sujetada fuera de mi libertad, la que tanto anhelo. En verdad espero que llegue un día en que pueda librarme de ellas...