One Shot.
- ¿Te gusta el olor a flores?
- Me gusta más tu olor.
- ¿Cómo?
- Que sí me encanta.
Ella sintió latir su corazón con rapidez, claro que había escuchado aquello.
Miami, 4 de noviembre 2008.
Era un sábado no muy soleado, el sonido de los pájaros era realmente molesto para la chica. Puso la almohada sobre su cara en un intento de volver a conciliar el sueño; no teniendo éxito.
- Necesito que bajes ahora, se te hará tarde. - llamó su madre.
La ojiverde gimio, esta noche no había dormido bien. Tomo un respiro y salió de la cama directo al baño a darse una ducha.
Se vistió y bajo los escalones encontrándose con su familia desayunado. La menor tomo asiento y su madre colocó un plato de frutas y huevo revuelto enfrente de ella y esta comenzado a devorar el platillo.
La familia paso el desayuno como normalmente lo hacía, Michael hablando sobre su trabajo en la empresa y Clara sobre sus nuevos diseños de vestidos.
La ojiverde se apresuró a comer, metiendo gran cantidad de comida a su boca. Después de terminar de desayunar esta se despidió de su familia.
La chica tomó las llaves del auto y salió de la casa, el día estaba bastante nublado, pensó que en cualquier momento comenzaría a llover.
El camino a la escuela no fue bastante largo, la chica puso su música como siempre lo hacía cada mañana.
la ojiverde estaciono su coche y abrió el maletero sacando su guitarra.
Entró a la escuela; pues las primeras gotas de la lluvia estaban cayendo.
Lauren iba deprisa que no se percató de la persona que iba pasando causando que ambas calleran al suelo.
- Oye cui... - la ojiverde se detuvo ya que noto algo en la chica.
- Lo siento. - murmuro la menor, ella estaba tratando de buscar algo en el suelo, no teniendo éxito.
- No no te preocupes. - Lauren noto la voz de la chica; era hermosa.
- ¿Buscas algo? - preguntó la ojiverde notando que la chica aún no se levantaba del suelo.
- Si, un bastón. - dijo la menor palmeando sus manos en el suelo aún sin tener éxito.
Lauren lo vio a pocos centrimentros de la chica, lo tomó.
- Aquí lo tienes. - Lauren extendió su mano para que la castaña lo tomará.
- Gracias.
- ¿Necesitas ayuda? - Lauren se mordió el labio, la chica aún no se paraba del piso.
- Por favor. - pidió la morena.
Lauren la tomó del brazo haciendo que sintiera una corriente eléctrica recorrer cada parte de su cuerpo. Las manos de la chica eran suaves. La ojiverde la soltó una vez que había ayudado a la castaña, no quería hacerlo, se sentía bien sentir las manos de aquella chica.
- Gracias de nuevo. - agradeció la castaña y siguio su camino.
Lauren se dio cuenta tres cosas ese día.
Ella era hermosa.
Ella tenía una voz hermosa.
