This Don't Have To Be Over ~ Zerrie |mature| (Terminada)

~Capítulo 45~ descontracturar

-Perrie, estás bien?- ella seguía sin responder, ni siquiera se había percatado de su presencia -Perrie, Hey!- Louis la agarró por el hombro y ella saltó de inmediato, volcando su café junto al teclado.

-Mierda.- pronto estuvo quitando todo para evitar que se mojara y utilizó la servilleta para frenar el charco oscuro que se intentaba expandir por su escritorio. Tuvo suerte que solo algunas hojas fueron afectadas y no gravemente. -Qué mierda te pasa, Louis?- reprochó molesta.

-Pezz, estas hecha un desastre. Está yendo a dormir a tu casa?-

-Por supuesto que sí. Solo me he estado quedando hasta tarde.. Louis, creo que los tengo.- susurró por lo bajo lo último.

-Qué?-

-Un contacto. Tengo casi todo unido. Casi tengo desmadejado el hilo.-

-Perrie, tené cuidado con estos tipos..-

-Me falta alguien. Solo eso. Una persona.-

-Pezz, dónde te has metido?-

-Nada, solo averiguaciones, contactos. Algún papelito..-

Después de que Caitlin había vuelto a New Castle, Perrie se había centrado en su trabajo, sumergiéndose en él. Había descubierto cosas claves que saltaban uniendo los cabos. Meterse en el territorio de la mafia que unía todo, implicaba llevar poca ropa y saber tener la delgada línea divisoria que le permitiera zafarse de las intenciones impropias de los hombres. Después esa madrugada que había pasado entre humo de cigarro, un viento horroroso y hombres desagradables, había sacado otro dato y unido. Desde entonces había despegado poco el trasero del asiento de su cubículo y se había dedicado a completar su informe.
Todo lo que tenía iba siendo develado en su sección del periódico, pero los detalles y lo completo iba al libro que estaba armando. Un libro que sabia sería polémico y peligroso para ella, pero que sería un punto culmine en su carrera.

-Pezz..-

-Los tengo. Y esta vez no voy a dejar que me detengan.-

-De acuerdo.- debió rendirse -Pero tenes que parar un poco. Si seguís tomando café de esa forma, vas a perforarte el estómago.-

-Louis..-

-Por favor. Además, Adeline quiere ver a su madrina.-

Perrie sonrió.

-Adeline no tiene más de un mes.-

-Son casi dos. Y sabes cuán feliz se pone al verte.-

-Mañana quizás pase.-

-Eso espero.- Louis le besó la frente y ella suspiró, echando una hojeada a todo lo que ocupaba su escritorio. Demasiada información de suma importancia.

Si Perrie no esperaba algo ese día en el periódico, era que él se apareciera de imprevisto.

Las manos masculinas le cubrieron los ojos, sobresaltándola levemente pero alegrándola.

-Quién soy?-

-Louis?- ella sabía que no era él, el único anillo que Louis usaba era su alianza de oro.

-No. Un poco más alto.- bromeó y Perrie pudo reír levemente.

-Jonnie?-