Capítulo 2.

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-¿Qué?- Dije confundida.- ¿Entonces qué quieres? Tengo que volver a trabajar si no Bobby me matará.- Lo último me lo dije a mí misma.

-¿Bobby es tu jefe?- Preguntó.

-No te importa.- Contesté cortante.- ¿Acaso eres policía?-

-No.- Él me miró algo extrañado.

-Entonces, déjame que vuelva a trabajar. Ya estoy metida en problemas para tener otros más.- Empecé a caminar de vuelta a mi puesto de trabajo.

-Espera, te pagaré igual.- Harry me tomó de la muñeca y volteé a verlo.

-¿Por qué haces esto?- Pregunté mirándolo con detenimiento.

-No lo sé.- Él se tocó la nuca.- Fue un impulso... No podía verte ahí con los ojos cristalizados y que ese tipo te tratara tan mal.-

-¿Por qué te preocupas por una prostituta?- Estaba confundida.

-Porque eres una mujer, como cualquier otra. ¿Por qué no puedo preocuparme por ti?- Harry me miraba fijamente.

Suspiré.- ¿Y qué haremos durante esta hora?-

-No lo sé... A un par de cuadras queda mi casa, podríamos ir. Si quieres puedes comer o beber algo... Además... aquí afuera hace frío.- Harry me brindó una pequeña sonrisa.

-Okey.- Susurré.

Me abracé a mí misma y empezamos a caminar. Las cuadras pasaban y el silencio reinaba. No eran un par de cuadras, eran varias. Mis pies chillaban de dolor al exigirles caminar tanto. Todavía estaba sorprendido por las acciones de este chico. Harry me miraba de reojo y en silencio. Una brisa fría sopló y mi piel de gallina se hizo notar más. Apreté los dientes y seguí caminando.

-¿Tienes frío?- Preguntó analizándome.

-Estoy acostumbrada.- Respondí con una sonrisa de costado.

-Toma.- Harry me dio su sudadera.

-No... Gracias, tú la necesitas.- Se la devolví.

-No, no tengo frío. Póntela, tú ni siquiera llevas medias.- Él miró mis pies guardados en unos zapatos negros y me volvió a dar su sudadera.

Me la puse y le di otras gracias. Miré su rostro de perfil, la luz nocturna de la ciudad lo hacía ver algo sombrío y preocupado. Detrás de esas sombras se podía ver un perfil arrogante y hermoso. Su altura era intimidante y caminar a su lado hacia que me viera más pequeña de lo que era. Sus grandes brazos tenían tatuajes esparcidos por todos lados. Sus manos estaban dentro de los bolsillos de su jean negro.

-¿Ocurre algo?- Preguntó al notar que lo observaba.

-No... Nada.- Contesté mirando el suelo.-Tienes muchos tatuajes.- Hablé esquivando el silencio.

-Sí y la mayoría son estúpidos. ¿Tú tienes alguno?- Preguntó con una sonrisa.

-No, pero me encantaría hacerme uno. ¿Duele?-

-No. Sólo sientes molestia pero después no se siente nada.- Explicó Harry.

-¿Cuál fue el que más te dolió?- Pregunté deteniéndome a su lado.

-Eh... El de la pelvis fue uno de los más dolorosos, también, el de las clavículas y el del dedo gordo.- Levantó sus hombros en señal de desdén. –Es en esa cuadra.- Señaló la cuadra próxima y festejé internamente.

Caminó a un edificio residencial que a simple vista mostraba lujo y esplendor. Harry entró y se montó en el ascensor. Él me miró esperando que yo imitara sus acciones, me subí al ascensor y la puerta se cerró. El ascensor empezó a subir sigilosamente y el silencio se instaló entre nosotros. Me miré en el espejo del ascensor y mi imagen me amargó. Mis piernas pálidas estaban manchadas con moretones y mis zapatos llenos de polvo. Mi falda arrugada y demasiado corta. Mi camisa semi transparente que dejaba ver mi sostén, desarreglada. Mi maquillaje corrido y mis ojos algo tristes. Mi cabello algo enredado y suelto. El espejo reflejaba una mujer que doblaba mi edad, cansada y afligida. Desvié la mirada a Harry, se veía tan lleno de vida que me causaba envidia.

Las luces del ascensor titilaron y Harry me miró. El elevador empezó a temblar y se detuvo. Lo miré aterrorizada, el ascensor se había detenido bruscamente y la luz de emergencia se había encendido. Harry tocaba el botón del piso número seis, frenéticamente. Él soltó el aire ruidosamente y me miró.

-¿Tienes señal en el teléfono?- Preguntó.

-No lo tengo conmigo.- Abrí mi pequeño bolso y lo revisé.- ¿Y el tuyo?-

-Sin batería.- Dijo disgustado.

-¿Y el botón de emergencia del elevador?- Pregunté mirando el tablero.

-Ya lo activé pero estaremos aquí un largo rato.- Harry se sentó en el suelo.

Suspiré y me senté a su lado. Llegaría tarde y Bobby me mataría. Otro problema se sumaba a esta noche, que no era la mejor. Me quité los zapatos y lo miré intrigada. Harry estaba hundido en sus pensamientos con la mirada clavada en sus manos. Él me miró y me mostró una pequeña sonrisa.

-¿Te puedo hacer una pregunta?-Le pregunté pensativa.

-De hecho acabas de hacer una.- Bromeó.-Sí, si puedes.-

-¿Qué hacías caminando a las dos de la madrugada por esa calle, solo?-

-No lo sé. Sólo salí de la casa de mi padre con ganas de despejarme, pensar bien lo de su casamiento y todo lo que me había dicho. Empecé a caminar y terminé ahí.- Torció la boca.

-¿Tu padre...- Cerré la boca, estaba haciendo demasiadas preguntas.

-¿Qué ibas a preguntar? Hablemos, no quiero estar en silencio aquí encerrado.- Harry me miró esperando mi pregunta.

-¿Por qué saliste a caminar después de que tu padre te digiera eso?-

-Fue... muy apresurado su casamiento. Ni siquiera me dijo que tenía una relación. Hace 9 meses que mis padres se separaron y él ya quiere casarse otra vez. No lo sé, quizás soy yo el que tendría que haber superado hace tiempo la separación de mis padres.- Harry hablaba mirándose las manos.

-Son 9 meses... No lo sé. ¿Conoces a su pareja?- Curioseé.

-Me la presentó durante la cena que tuve antes de salir a caminar.- Soltó una risa sin humor.- Es su mano derecha en la concesionaria. La conozco desde que tengo memoria... Y ahora será la esposa de mi padre.-

-Algo me dice que hay otra cosa que te preocupa.- Lo miré a los ojos y pude ver una nota de inquietud en ellos.

-Tienes razón. Tengo miedo de que ella sea el motivo por el cual mis padres se divorciaron.- Harry bajó la mirada.

-¿No sabes por qué se divorciaron?- Pregunté sin dejar de mirarlo.

-Ellos me dijeron que el amor se había terminado... Hablemos de otra cosa esto me pone de mal humor. Cuéntame algo de ti.- Cambió de tema.

-Eh... Tengo 21 años.- Harry me miró esperando que siguiera.- No sé qué contar.- Le sonreí.

-Pareces de 23.- Dijo algo sorprendido.- ¿Por qué eres...-

-¿Prostituta?- Terminé de hablar por él y asintió.- Digamos que no es lo que yo esperaba para mi futuro.- Escondí la verdad.

-Y...- Harry me miró tratando de buscar más información de mí.

-¿No pararas hasta conocer la verdad?- Mi voz salió algo dura, más de lo que me hubiese gustado.

-Exacto.- Harry se acercó un poco más a mí.

-Es una larga historia.- Respiré hondo.

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Espero que les guste como me gusta a mi escribirla :) Voten y comenten, los quiero. Besoss :)


Peligroso Impulso ||H.S||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora