Linda,Malorie y Jean

69 4 0
                                    

Mi cuerpo parecía de acero mera era imposible poder levantar alguna extremidad me encontraba en una sala con enfermeras y una doctora sentía un dolor indescriptible solamente quería que esto terminara pronto.
Mi cuerpo estaba totalmente mojado cada poro de mi cuerpo estaba en su completa dilatación una enfermera limpiaba el agua que salía de mi con un pañuelo y solo la veía con desprecio porque ya me tenía harta pero creo que ese era su trabajo pero cada vez que me secaba le clavaba la mirada asesinado sus ganas de seguir trabajando conmigo.
La partera venía diciéndome hora tras hora que faltaban pocos minutos, deje de creerle la quinta vez que me lo dijo pero no puedo entender porque me sentía tan molesta y desesperada solo quería terminar con eso de una buena vez y no quería sinceramente ver como eras esas personitas que salían de mí.
Todo pasaba lento, muchas personas corrían de arriba abajo, limpiando, gritando, pidiendo y todo era un relajo en cámara lenta ante mis. Mi visión comenzó a desenfocarse y sentía como mis ojos comenzaban a cerrarse y no podía evitarlo, no escuche nada más pero si sentí la última vez que la enfermera limpio mi sudor.
Empecé a abrir los ojos poco a poco mire a mi alrededor era una habitación muy acogedora y silenciosa mire a los lado y había globos, canastas con frutas y todo tipo de objetos para bebés. Se escuchaba una voz muy alegre y podía oírla desde medio pasillo antes de llegar a mi habitación, solo esbose una sonrisa poniendo un poco los ojos en blanco. ¡Lía!.
-¡Dios mio te ves horrible¡ -Dijo dejando la felicidad desde la puerta hasta mi cama-
-hace algunas horas dí a luz, ¿Se supone que debo lucir bien? -mi tono fue un tanto pesado-
-¿Dónde están? -interrogó como si nada en el mundo importara e ignorando mi actitud sin problema alguno-
Señale el lugar donde estaban mis hijas y ella se transportó inmediatamente a donde le indique (estaban allí porque debía alimenrarlas, pero sinceramente no tenia ánimos de nada)
-Deberías verlas son lo más hermoso que vi -dijo cargandolas y adorandolas-
Solo sentí como mi cara formó un gesto de desprecio.
-¿Te pasa algo?, Porque tienes dos hermosas niñas justo frente a ti y actúas como si fueran cualquier cosa. -podía sentir su enojo desde donde ella estaba hasta mi cama-
-¡No me pasa nada! Acabo de tener a dos niñas Lía, tener un hijo es doloroso ahora creeme que no quisieras tener dos, no es nada rico.
Sin avisar solo se derramaron dos lágrimas de los ojos de mi hermana.
-Tu sabes que no puedo saber si es rico o no. Es solo que tienes la posibilidad de tener a dos seres que nacieron de ti, del amor y las ignoras, eso es estúpido de entender.
Lía se acercó a mi con las dos niñas y las coloco con mucho cuidado en mis brazos.
Las vi y fue amor y protección a primera vista. En ese momento sabes que podrías dar la vida por ellas sin importar nada y que eres capaz de lo que menos pensaste. Tenian muchas pecas, una era mas pequeña que la otra pero las dos eran mías, no quería compartirlas con nadie y me odiaba por lo que había dicho minutos antes. Podría observarlas todo el día sin cansarme. Recuerdo como las dos me miraron y eramos las tres contra el mundo. Jamás hubiese querido que sufrieran pero hay cosas que simplemente no podemos evitar o detener pero mientras yo tuviera una vida ellas tendrían la de ellas también.

Cicatriz En Una Gota De AguaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora