Capitulo 14

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No podía seguir con esto, había dejado de buscar respuestas y eso era simplemente un error. Revise el diario o agenda, no podía decidirme como llamarlo hoy, pero eso quedó de lado mientras lo revisaba, revise mis notas, las cosas que hacía usualmente y note que en varias paginas, lo que significaba muchos días, me reuní con el profesor Rhodes.

Profesor Rhodes.

Fui a mi computadora, la cual fue inútil en mi investigación, solo estaba llena de documentos y trabajos de la universidad. Entre al buscador de internet para buscar la institución y poder obtener un listado de profesores, para ello necesite algunas contraseñas, pero esta vez no fue tan fácil descubrirlas. Finalmente, di con el teléfono del señor Rhodes, pero en su oficina no contestó nadie. Tome las llaves del auto y fui directo al lugar, esperaba encontrar más información allí y gracias a Dios nadie preguntó dónde iba o intento acompañarme, porque no lo quería.

Cuando llegue allí no tuve mucha suerte, él no se encontraba, pues obviamente se encontraba de vacaciones, quise golpearme la cabeza por no pensar en ello, pero el lado bueno era que pude conseguir su dirección, aunque al principio se vieron renuentes a ello, pero luego de explicarles que deseaba hacerle algunas preguntas para ayudar a recuperar mi memoria, ellos aceptaron.

El señor Rhodes vivía en un barrio de clase media, estaba lleno de casas, algunos pocos edificios, unos cuantos supermercados y panaderías. Francamente, no me molestaría vivir en un lugar así, daba la impresión de tener todo a la mano, incluso droguerías, mientras que mi barrio parecía alejado de todo, excepto del club de campo.

Me detuve en una casa blanca que me recordó a esas películas familiares, me pregunte si el señor Rhodes tendría hijos, porque daba la impresión. Por alguna razón me encontré nerviosa antes de presionar el timbre y anunciar mi llegada, ¿qué les diría?, ni siquiera sabía de iban las reuniones, ¿tutorías?, y de repente me asuste al pensar que tal vez tambié le había sido infiel a Max. No, eso no era nada probable.

Una mujer abrió la puerta, llevaba un delantal amarillo y debajo un vestido blanco floreado, ella daba la sensación de ama de casa.

–¿Si? – Ella me miraba con curiosidad y sospecha.

–Buenos días, yo... me preguntaba... ¿se encuentre el señor Rhodes? –

–Mi esposo – remarcó sus palabras y me puse un poco nerviosa. – ¿Quién lo busca? – arqueo una ceja.

–Soy su... alumna – respondi.

–Él está de vacaciones... – una mano apareció sobre su hombro. –Cariño... – él nego.

–Isobelle – me miró con sus ojos oscuros, su expresión era neutra. –¿Qué ocurre? – había curiosidad en sus ojos.

–Lamento mucho molestarlos, pero no podía esperar – su esposa se vio escandalizada. –¿Ha escuchado sobre mi accidente? – él asintió y su esposa también lució curiosa.

–Si, lo siento mucho, ¿has mejorado? – Ellos no lo sabían, me dije, así que les conté sobre mi amnesia y que había descubierto entre mis notas las... tutorías y quería saber de ellas.

–Oh, querida... – la señora me miró conmocionada. –Será mejor que pases – finalmente era bienvenida.

Me hizo sentar en un sofá y fue la cocina para conseguir algo de limonada. El señor Rhodes se sentó a mi lado y entonces sonrió.

–Lo siento mucho por eso, mi mujer es algo... no le gustan las visitas inesperadas, pero sigue siendo la persona más bondadosas y hermosa de la tierra para mi. – Asentí a sus palabras.

Después de la limonada empezamos la charla, las reuniones eran realmente tutorías, de vez en cuando me acercaba a él con preguntas, entonces le pregunté sobre la última vez y me sorprendí al saber que fue el día del accidente.

Lo Que No Sabes de BelleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora