𝑺𝒕𝒓𝒂𝒏𝒈𝒆 // Bᴇɴ Cʜɪʟᴡᴇʟʟ

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➴ 𝐌𝐢𝐥𝐭𝐨𝐧 𝐊𝐞𝐲𝐧𝐞𝐬, 𝐈𝐧𝐠𝐥𝐚𝐭𝐞𝐫𝐫𝐚; 𝟎𝟖 𝐝𝐞 𝐧𝐨𝐯𝐢𝐞𝐦𝐛𝐫𝐞 𝐝𝐞𝐥 𝟐𝟎𝟐𝟏.

—Hemos vuelto al origen.

Con nostalgia, Ashley contempló el lugar al que la había conducido Ben; Caldecotte Lake. El origen del primer te quiero y del primer beso. El paisaje testigo de dos amantes fugitivos cuya historia de amor no albergó un final feliz. El rincón de Milton Keynes que, más de un lustro después, volvía a acoger a Diack y Chilwell.

—Hemos vuelto a nuestro lugar —especificó el futbolista—. Cada vez que volvía a Milton Keynes y me ahogaba con mis propios pensamientos, venía aquí.

—Yo no regresé desde que lo dejamos —confesó—. Hay ciertos sitios que...eran nuestros y a los que se me hizo imposible volver sin ti.

—A mí también me resultó tedioso realizar rutinas que hacía contigo.

—¿Hablas de ver películas y comer comida chatarra? —cuestionó con diversión, recordando aquel pasatiempo.

—No volví a ver Shrek ni Ice Age —admitió, sabiendo de antemano cuál iba a ser la reacción de su acompañante.

—¿Cómo qué no has vuelto a ver Shrek ni Ice Age, Benjamin? —alterada y ofendida, se pronunció— ¡Es una necesidad básica de la vida! ¿Cómo...?

Ante la nula capacidad de Ashley de expresar su parecer, Ben estalló a reír. La había echado muchísimo de menos; a ella y a su peculiar forma de ser.

—¿Vamos a nuestro rincón? —interrogó, atrapando del maletero del Peugeot un par de mantas y una mochila.

Ash asintió, aceptando la propuesta. El frío y la amenaza de nieve eran motivos más que suficientes para que el lago se hallase completamente desértico; lo que les permitía tener una segunda primera cita íntima y sin interrupciones.

—¿Pero en serio que no has vuelto a ver Shrek ni Ice Age? —de nuevo, una vez acomodados bajo su roble, volvió a formular la misma duda.

—¿Tú has vuelto a ver un partido de fútbol? —la respuesta era clara: no. Aunque Ash fuese aficionada de aquel deporte, ver un partido era devolver a Benjamin a su memoria—. Me recordaban a ti, Ash. No podía verlas sin pensar en ti.

—Entonces, ¿lo qué escucho es una propuesta de un maratón de Shrek y Ice Age?

—La propuesta la estás haciendo tú —formuló, con diversión—. Pero acepto ese maratón.

—No hagas planes para el sábado.

Inconscientemente, Ben sonrió. En el pasado, los sábados —cuando las circunstancias no lo impedían— eran sus días de maratones y pizzas.

—¿Cómo fue ganar la Champions? —plantando el tema películas, Ashley formuló su principal duda.

Con la mirada clavada en el lago, Chilwell meditó su respuesta. Ganar la Champions había generado cientos de emociones en su interior; y no sabía cómo explicar con exactitud lo que había vivido aquella noche en Oporto.

—Fue...excepcional. Lo que sentí aquel día es indescriptible; fue uno de los mejores momentos de mi vida —inevitablemente, Ashley sonrió. El brillo en los ojos del futbolista al hablar de aquel día le causaba felicidad—. Ojalá la vida no nos hubiera separado y hubieses estado allí aquella noche.

—Tenías a tu familia, a mi hermano, a tu novia... —mencionó—. Estabas bien acompañado.

—Pero me faltaba la persona que me prometió que estaría junto a mí cuando tocase las estrellas —para sorpresa de Ashley, Ben aún recordaba aquel juramento—. La persona que realmente entendía lo que era el fútbol para mí; la que me apoyaba incondicionalmente.