"Cadenas del destino" [EN EDICIÓN]

"Deseo que seas feliz"

Nota: Bien, como ya había respondido en un comentario del capitulo anterior que habría un segundo final y aquí lo tienen ❤u❤ sólo que algo cortito.

*Narración general*

Entonces callo de rodillas, Zero se aproximó a atraparlo, lo envolvió en un abrazo y hundió el rostro del castaño en su pecho.

—Kaname... — susurro.

—Lo lograste... Me... Trajiste de vuelta... Zero — se separó un poco de él para mirarlo a los ojos.

—Si — apoyo su frente en la de el —Gracias por no dejarme sólo.

—No me agradezcas por algo que no haré...

—¿Que?

Zero miró a Kaname que se encontraba bañado en sangre.

—Zero, Zero... Creó que... — susurro mientras lágrimas brotaban de sus ojos —. Creó que moriré Zero...

Zero negó con la cabeza —No... No morirás... Volveremos y te recuperaras, ya verás...

—No lo creó... Rido esta tratando de escapar de mi en este momento, pero si muero lo llevaré conmigo y lejos de ustedes...

—No dígas cosas así, por favor... — dijo Zero y no pudo evitar derramar lágrimas —. No me dejes sólo...

Kaname lo miró con tristeza.

—Se que me dijiste que no lo hiciera pero... — dijo Zero y lo atrajo hacía si abrazándolo —. Te amo Kaname... Estemos para siempre juntos... ¿Vale?

La primera rosa se tiñó de rojo.

—Si... Juntos... — respondió con voz apenas audible.

Zero lo miró de nuevo a los ojos, esos hermosos ojos castaños. Kaname tomó su rostro con ambas manos y lo beso, Zero sintió la tristeza de Kaname en ese beso, su desesperación, el como estaba aferrándose a la vida con todas sus fuerzas en ese momento, lo atrajo más hacia si profundizando el beso.

La segunda rosa se tiñó de rojo.

—Deseo estar el resto de mi vida a tu lado... — pensó Kaname —. Lástima que sea un deseo inalcanzable...

La tercera rosa se manchó de carmesí, como si fuese salpicada por sangre.

Kaname perdió toda su fuerza y cerro sus ojos pues sentía que ya no podía más.

—¿Kaname...?, ¡KANAME!, ¡POR FAVOR DESPIERTA! — escuchaba lejanos los gritos de Zero, lo llamaba una y otra vez.

Se sintió caer en un gran vacío, se hundía en un espació completamente oscuro, sentía una opresión en el pecho, le faltaba el aire.

—¡Kaname! — escuchaba los gritos de Zero.

—Zero...

Miraba en todas direcciones buscando algo, lo que fuera sólo quería poder distinguir algo.

—No quiero morir...

Una pequeña luz se hizo presente, pudó verlo... Era él, extendió su mano al cielo, quería alcanzarlo, quería vivir.

Se aferraba a su vida con todas sus fuerzas.

—Zero... ¡Zero!

La luz que había producido Zero se desvaneció, ¿era el fin?, ¿no había ya nada que hacer?

Sintió entonces algo dulce que goteaba en sus labios.

...

Abrió sus ojos castaños lentamente, sentía el pecho cálido y una extraña sensación de tranquilidad lo invadía.