Al día siguiente, al entrar en la habitación del hospital, ya la encontraba mejor. Estaba lista para marcharse con su ropa normal y su cabello recogido en una coleta dejando ver su cara fresca, en comparación al día anterior. Le sonreí y ella hiso lo mismo.
-¿Cómo estás?- pregunté- ¿Te sientes bien? ¿Te ayudo con algo?
-No gracias.- dijo ella sonriendo de una manera hermosa- Solo quiero ir a casa a descansar.
-Angie...- suspiré- Por favor no vuelvas a subir a la moto con ese salvaje.
-¿Por qué no?- preguntó ella cambiando su mirada- Fue un accidente Nicola.
-No quiero que te pase algo. El te puede hacer daño.
-Claro que no Nicola.- ya no era la tierna chica de hace unos minutos- Tu puedes hacer lo que quieras ¿no? Entonces déjame hacer lo que yo quiera. Lo que se me apetezca. Es todo. No te cuesta nada. Y si mal no recuerdo... tu y yo no somos nada .Salió de la habitación y me quedé paralizado. Ella se había ido. Mi amiga de siempre se había convertido en alguien que podía hacerme sufrir con tres simples palabras. Tres palabras que me llegan al corazón y se clavan como estacas. "No somos nada".
Cuenta Angie:
El dolor de mi corazón no se compara en nada al de mi cuerpo. Es mucho peor. Pero el tiempo lo cura todo, y yo estoy muy bien con Alex. Si hubiera esperado a Nicola me hubiera llevado más de un golpe... al día. Así estoy mucho mejor, por mucho que duela ahora.Subo al auto, mi madre me ayuda con el cinturón de seguridad, y siento que me duele la espalda. Hago un "auch" en voz baja y mi madre deja de apretar tanto el cinturón disculpándose. Tomo mi iPod y me pongo los auriculares, escucho música relajante mientras hacemos camino a casa. Estoy a punto de quedarme dormida y mi madre me despierta con ligeros toques en el hombro, que también me duele, despierto y me ayudan a bajar.
Subimos por el elevador, sin ninguna duda, hasta Martin parece triste hoy. No nos da su sonrisa típica, solo desea que me mejore pronto y no articula palabra sino hasta que bajamos y se despide.
Al entrar en mi habitación me recuesto, me cubro con las sábanas hasta la cintura y me quedo sentada en el colchón mirando hacia la ventana. Y de pronto ahí está. Me lo imagino a el entrando con esa sonrisa que tenía cuando algo le salía bien en el día y quería venir a contármelo con entusiasmo. Imagino sus brazos envolviéndome mientras yo suspiro e inhalo su aroma que tanto conozco y quiero. Pero después imagino cuando el cambió de parecer, cuando estaba con Francesca, cuando me ignoró, cuando me besó sin sentir nada por mí. Por solo darme alas sin enterarse del daño que me hacía. Lo odio. Lo odio y lo amo.*+*+*+*+*+*+*
-¿Cómo te sientes?- me pregunta Sheyla cuando llegó al día siguiente con mis libros y cuadernos en la mano.- Aquí está todo lo que tenías en tu casillero.
-Muchas gracias Shey.- dije sonriendo sin ganas.- Sin ti no sé que haría.
-No me has contestado.- dijo seria mientras se sentaba a mi lado- ¿Cómo estás?
-¿Qué te digo?- dije desanimada.- Aún me duele todo. Y eso que no fue tan malo el accidente...
-¿Y que tal tu corazón?- preguntó ella mientras tenía el semblante serio- Por más que finjas, se que tu y Nicola ya no están bien.
-No quiero hablar de eso, en serio- miré hacia la ventana y de nuevo lo vi entre sueños.- Ya ves que las amistades entre chicos y chicas no puede ser.
-¿De qué hablas?- se quedó incrédula- Pero si también somos amigas de Yaco, de Rafael y Patricio.
-Sabes a que me refiero... es decir,... olvídalo, ya dije que no quiero hablar de eso. No es momento, simplemente quiero olvidarlo.
-Está bien. Olvídalo. Te apoyo.- suspiró- No sabe de lo que se pierde.*+*+*+*+*+*
Sábado. Mis padres pronto se irán a trabajar y yo me quedo sola en casa. Ya no me siento tan mal, ignorando que cuando me siento, me levanto o respiro... mis pulmones duelen.
Llevo días sin peinarme bien. Tan solo cepillo mi cabello cuando termino de bañarme. Es todo. Estoy hecha un asco. Pero me gusta estar así, descansar de todo y de todos. Juego mucho tiempo con Adriano y le enseño a contar del uno al diez. No llevamos mucha ventaja.-Hija, me voy. Tu padre hoy tiene junta así que llegará hasta las diez. Jose se va de campamento con sus amigos y Adriano a la guardería. Aquí tengo a un amigo tuyo para que te cuide y te haga compañía.
Cuando ese "amigo" entró a mi habitación tenía ganas de levantarme y escapar por la ventana hacia la calle y terminar de una vez por todas con esto. Era Nicola. Una sonrisa tímida apareció en su rostro mientras intentaba no hacer más incómodo el momento. Intento fallido.
-Nicola te cuidará en estos días que estarás sola.- sonrió mi madre- Espero que la pasen bien.
Me quedé sentada en la cama mirando a Nicola y el trataba de esquivar mi mirada rebuscando en mis pósters de artistas favoritos y alguna que otra foto de él y mías aún pegadas en la pared.
-Recuerdo ese día...- señaló la foto en donde el estaba conmigo haciendo caras raras. Foto tomada hace algunos meses. La más reciente.- Fue en el cumpleaños de Jazmin, donde nos obligaron a comer todo el pastel que sobró.
Y de pronto lo recuerdo. Ese día armamos mucho alboroto por solo intentar colarnos en la fila de menores de cinco años para comer solo un poco de pastel. Fiorella y mi madre nos obligaron a comer el resto por ser tan "egoístas" como dijeron ellas. Uno de los mejores días que he pasado con él. ¿Pero que estoy diciendo? Todos los días eran geniales si estábamos juntos. Los mejores amigos. Por poco olvidaba que también tuvimos millones de buenos momentos.
-Si... lo recuerdo.- dije mirando la foto al pararme a su lado.- Estuvimos enfermos del estómago por casi dos días.
Suspiré y volví a recostarme. No pude evitarlo y solté algunos gemidos de dolor. Aún mis músculos estaban débiles e inútiles.
-Linda, con cuidado.- Nicola me ayudó a subir mi pierna a la cama y me cubrió con la sábana- ¿Ves? Necesitas ayuda.
-Yo podía sola.- dije mirando hacia otro lado... evitando ser hipnotizada por su mirada.- Pero gracias.
-¿Necesitas algo?- preguntó el-
-No gracias.- dije fríamente- Quiero estar sola.
-No, no quieres.- hiso la sábana a un lado y se metió a la cama conmigo. Se tapó y se quedó a mi lado- Nadie quiere estar solo.
-Pues yo sí. Nicola... por favor, vete.- esta vez lo miré a los ojos- No es buen momento.
-¿Por qué?- el también adoptó seriedad.- Angie, linda, yo nunca te lastimaría de nuevo. Quiero volver a ser lo que éramos antes. Los locos amigos que se cuentan todo, se ríen de cualquier estupidez y se ayudan mutuamente. Necesitas mi ayuda ahora.
-¿Crees que es fácil volver a lo que nosotros mismos destruimos?- no quería llorar, pero es demasiado difícil evitarlo- Yo también quiero... pero por más que lo intentemos, no volverá a ser lo mismo.
-Tan solo intentémoslo...- tomó mi cara entre sus manos delicadamente.- No quiero perderte.¿Qué debo de hacer? Antes le diría que si a todo. Pero hoy... ya no confío tanto en él... por más que lo quiera, por más que extrañe todo y en verdad quiera regresar a eso.
Continuará...
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The Story Of Us ♥
Novela Juvenil¿Por qué te enamoras? es decir... siempre es de la persona equivocada. Haces todo por ella y te paga con lo peor del mundo. eso me pasa con Nicola. Es mi mejor amigo desde pequeños y desde que recuerdo he sentido algo especial por el y no se da cuen...