Epidemia...

Cap 4

-¡Dios Santo!! –exclamo Tom cuando volteo a ver hacia la ventana.

Sus ojos reflejaban terror absoluto ante las imágenes que estaban frente a él. Al lado suyo Gustav hizo un sonido parecido a arcadas, pero luego volteo la cara para no tener que ver mas y se tapo el rostro con las manos mientras hacia un quejido.

Bill no dijo nada, parecía como si las palabras se escaparan de sus labios, pero su boca estaba ligeramente abierta como si quisiera gritar. También su mirada estaba fija en una imagen del aeropuerto, parecía estar congelado.

Una Masacre.

Eso fue lo que se encontraron al llegar a Hamburgo, una especie de restos de holocausto. Antes de saber que había pasado Tom sintió deseos de vomitar, pero se contuvo...

El avión estaba en un silencio sepulcral, parecía que nadie podía decir nada. Y también estaba silencioso el aeropuerto, tan vacio como el de Moscú.

Era como si toda ideología, expectativa o experiencia se hubiesen esfumado y ya nada sería igual nunca más. Esto era Alemania, ese solía se su hogar y ahora...

-Salgan del avión. –se escucho decir a David. Su voz se escuchaba grave, como si también estuviera a punto de vomitar ante tales imágenes.

-Salgan ya, debemos salir de este lugar!!!" les urgió a todos.

-¿Qué diablos paso aquí?- Fue Andreas el primero en preguntar.

-Tenemos que escondernos en algún lugar, o mejor aún, debemos volar a otro lugar, otro país!!- esta vez fue Bill el que reacciono, sus ojos llenos de terror y su expresión frenética y asustada.

-Bill tiene razón, no podemos quedarnos aquí, volemos a otro lugar, todavía estamos en el avión. Añadió Tom.

-Lo siento, no podemos. No tengo suficiente combustible... debemos bajar aquí.-contesto el piloto que parecía a punto de echarse a llorar.

Todos estaban sin palabras, Bill sintió sus ojos llenarse de lagrimas, se sentía enfermo, mareado, asqueado. Nunca en su vida había visto a una persona muerta ante sus ojos, nunca, y ahora estaban ahí, muchos cadáveres afuera del avión en plena entrada.

Sentía su cuerpo pesado y como paralizado, como si no pudiera reaccionar o pensar racionalmente ante aquella masacre. Estaba aterrorizado, aquello era peor que cualquier pesadilla que hubiera tenido en su vida, y el silencio solo lo hacía peor, solo lo hacía más real.

¿A dónde podían ir?

No había ningún lugar donde ir, estas escenas de carnicería eran su destino.

-Debemos bajar del avión.- insistió David. Esta vez sus músculos funcionaron y pudo ponerse de pie, comenzó a agarrar bolsos y maletas de mano, cualquier cosa que pudiera cargar.

Todos lo quedaron mirando, sus cerebros de reacción lenta, como calculando cual era la mejor manera de estar a salvo. David también parecía atontado, ni siquiera pedía ayuda y ya sus brazos estaban llenos.

Eventualmente Mike se puso de pie y comenzó a tomar cosas también. Incluso el piloto les ayudo, y eso a pesar de que sus manos estaban temblando.

-¿Dónde iremos?- pregunto Gustav con un susurro de voz.

Nadie le respondió, pues ninguno tenía la respuesta, aquello era demasiado. Todos habían esperado tomar un taxi o llamar un transfer y volver a sus casas, a ver a sus familias, a ver a sus respectivas parejas y talvez cenar en alguna de las casa, probablemente en la de Simone que era la que mejor cocinaba.