The Way I Love You | myg.kth

VII

TAEHYUNG

Cuenta hasta tres.

Respira. Por la boca o la nariz.

Vuelve a contar hasta tres.

Relájate. El chiste de la noche es mantenerse con los pies en la realidad.

Me dolía el pecho desde la tarde, de una manera extraña, haciéndome dudar de si era un dolor real o uno provocado por mi cabeza. Sentía frío, la clase de frío que no te deja pensar y te hace creer que todo tu cuerpo deja de estar con vida; era un frío ilógico, incongruente, al posar mi mano en el sitio dolente, solo había calidez. Como si mi propio cerebro se burlara de mi percepción. Por momentos llegué a pensar que algo me faltaba ahí dentro, pero sabía perfectamente que eso no podía ser. Todo en su lugar, como debe ser, funcionando para mantenerme con vida. Llegué a sentir una presión tan intensa que me nublaba la razón, y luego nada. Parecía un juego. El gato y el ratón.

Tomé asiento sobre la barda que separaba este edificio del otro, dejando mis piernas colgar en un vacío corto. A esta hora la temperatura era baja <demasiado como para ser prudente el estar aquí> , y a mi no se me había ocurrido traer un suéter o algo, ni siquiera se me cruzó por la cabeza el terminar en este estupendo lugar. Así que estaba temblando como cachorro, me abrace tratando de conservar algo de calor sin lograrlo ni un poco. No quería regresar al apartamento aún, mi corazón no estaba lo suficientemente preparado para lo que viniera. El haber estado paseando por todo el edificio a las dos de la mañana no me había ayudado en lo más mínimo a despejarme. No había seguridad en mi pensar sobre si Jungkook se encontraría en mejor estado que hace casi una hora que llevaba fuera. Entendía su desconcierto y su enojo contra Jimin, incluso apoyaba su tristeza y autocompasión cuando se comparaba con Hoseok al ser un buen prototipo de novio <de los mejores entre todo Bangtan, si me permito opinar>, aunque había ciertos limites a establecer, y un sufrimiento que detener. No culpo a su dolor, todos hacemos cosas incorrectas o inadecuados cuando vemos amenazada nuestra propia integridad emocional. Honestamente haría lo mismo en esta boba situación, pero no puedo permitirme el caer, no si él se apoya en mi para salir adelante. Suspiré disfrutando el sentir una brisa helada congelar las gotas de un sudor de madrugada sobre la piel de mi espalda. De cierta manera este tipo de aire me tranquilizaba, porque no dejaba que pensara en muchas cosas, reducía mi forma tan natural de divagar en toda situación. Me permitía no pensar en tantos temas inservibles, las estrellas ocupaban entonces todo lugar en mi razón. Y lo mucho que extraño a mi familia tomo lugar al comparar el espacio entre dos luceros del firmamento.

Me sobresalté en mi lugar cuando escuche la puerta abrirse con algo de fuerza torpe, golpeando contra la pared, casi queriendo despertar a media ciudad. Después de esa discreta entrada, vi un cuerpo cubierto por una sudadera gris hacerse presencia en el lugar vacío. Era el malhumorado Min Yoongi, el preguntón. Detuvo la puerta con un ladrillo que estaba por ahí y levantó la vista para buscar algo. La soledad que mi presencia aquí le robaba, tal vez. Pero yo llegué primero, así que este techo me corresponde, aquí estuve yo antes para aclarar mis  ideas. Le di la espalda  y simule no haber escuchado ni visto nada <que seguramente hasta los de la siguiente cuadra escucharon su triunfal entrada>. Me recosté a lo largo de toda la barda y mire el cielo. Estaba comenzando a nublarse. Temblé de nuevo al ver las nubes moverse con prisa sobre mi atmósfera, como no queriendo quedarse quietas por mucho tiempo.

-Te vas a enfermar- lo escuché decir bastante cerca de donde yo me encontraba.

-Vete, no vaya a ser que te contagie.-

- Deja de tratar de decirme que hacer.- su tono denotaba molestia y el sueño arrastraba específicamente ciertas letras, haciéndole sonar divertido.