De pronto el bosque se había quedado en silencio; no un silencio hermoso que te hace soñar despierta, sino uno que te resulta desolador. Aoi creyó que hasta las aves habían callado, y que incluso la brisa había dejado su suave susurrar. Pero a pesar de eso, el silencio no era total. Porque ese sonido persistía y aumentaba, a cada momento más. Aquel sonido desgarraba el corazón de Aoi y un dolor, como nunca antes lo había sentido, llenaba su pecho.
Y no sabia que hacer.
Mimiko, la dulce e inocente chica que le había llamado "Aoi-chan"; la chica que la había llamado su nueva amiga... estaba...
llorando...Y aquel llanto le dolía de verdad.
-¡A-aoi -chan!- sollozó.
Se cubría su cara con ambas manos, pero aun así las lágrimas que resbalaban por sus mejillas no se escapaban de la vista de Aoi.
En su rostro se dibujó una expresión de dolor y sin saber que hacer, se aproximó ofreciendole sus brazos.
-¡Aoi-chan!- se arrojó aferrándose a ella- ¡Aoi-chan! ¡Aoi-chan!¿Qué podía hacer?
Tan solo deseaba oírla reír otra vez, como lo había hecho hasta hace poco...
La estrechó entre sus brazos y con suavidad le acarició el cabello. Su llanto no se detenía, y no se le ocurría que poder hacer para ayudarla.Junto a ellas estaba el cuaderno de tapas azules, aún abierto en aquella pagina.
Era luego de ver eso, que Mimiko parecía profundamente herida. Luego de haber visto esa pagina se había puesto a llorar de esa manera. ¿Por culpa de uno de sus dibujos? ¿Era por eso?
Reclinó su rostro hasta el hombro de Mimiko, con los párpados apretados. ¿Era su culpa?
¿Esos sollozos eran culpa de algo que habían hecho sus manos?
¿Seria posible? Si era así, entonces... jamás podría perdonarselo, aunque no entendiera el por qué de su reacción. Le dolía. Acarició su cabello una vez más, con tanta suavidad como nunca lo había hecho con nadie, y como nunca creyó que llegaría a hacerlo.
¿Qué más podía hacer si no tenerla entre sus brazos?El uniforme de Aoi ya estaba húmedo por las lágrimas. Pero no le importaba, porque abrazarla era lo único que sabia hacer, nunca había sido buena dando consejos o consolando a alguien.
Pero tenia que saberlo..., al menos para ver si podría hacer algo, deshacerse de aquella hoja... al menos...
-Mi...Mimiko...-susurró, su voz no pudo ocultar su preocupación- ¿Fue...? ¿fue por mi culpa?¿Eh? Los verdes ojos de Mimiko se abrieron de golpe, aún llenos de lágrimas.
¿Aoi-chan se culpa por esto?
Se levantó de entre sus brazos con prisa, realmente sonrojada.
-¡P- perdón! ¡Aoi-chan! -dijo realmente apenada, con las mejillas húmedas y las manos temblando- ¡De verdad lo siento....!
Se secó las lágrimas deprisa, pero pese a sus esfuerzos venían más y más detrás.
Aoi la miró conmovida.
- ¡No pasa nada, de verdad!-le sonrió, pero aquella sonrisa no era genuina; no como las que le había obsequiado antes.Sus castaños ojos brillaron con lastima.
Ya no finjas más, Mimiko.
Con ese pensamiento en la mente, la atrajo de nuevo a sus brazos.
Sus ojos verde claro brillaron, aguándose aún más.
La rodeó con suavidad.
Y como nunca pensó que llegaría a atreverse, se acercó hasta su oído.
- Ya no finjas más, Mimiko- susurró- No tienes que hacer eso conmigo...
En respuesta, la casi inexistente sonrisa forzada se esfumó por completo, siendo remplazada por más lágrimas y sollozos.
Puedes llorar conmigo, Mimiko...
Le dijo dentro de sí.
Aunque me duele, y no sepa el por qué de tus lágrimas...
No quiero que finjas conmigo...-¡¡¡Aoi-chan!!! - gimió. El escucharla llamarla de esa forma... hasta parecía que sus ojos se habían aguado también...
Apretó los párpados con fuerza.
ESTÁS LEYENDO
Koangel♡Heart
FantasíaKoangel quiere decir literalmente angelito; en un juego de palabras japones-ingles. Cada cierto tiempo una de ellas es enviada a la Tierra, teniendo como misión ser felices y hacer felices a los demás, solo por su adorable modo de ser. Mimiko Kous...