Sexto mandamiento (Verónica Martínez)

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Esa chica ya llevaba veinte minutos en mi habitación, estuvimos hablando largo y tendido sobre Alberto... aunque no salió la conversación en la que esa zorra se estaba tirando a mi novio.

-Debes odiarme ¿Verdad?- Me preguntó Carolina, también conocida como Tres... la amante de Cero, también conocido como Alberto.

-No debería odiarte a ti... debería odiar a Alberto- La respondí desde mi cama

En cambio Carolina llevaba de píe todo este tiempo... se sentiría avergonzada si se sentara sin permiso... lo sabía pero no hice nada... quería que se sintiera lo menos cómoda posible.

-¿Y le odias?- Me pregunto de una forma cada vez mas impertinente.

-Eso no es de tu incumbencia- La respondí secamente

-Tienes razón- Respondió para darme la razón e intentar calmar el ambiente

No podía parar de pensar que vio Alberto en ella...y la idea de que ella tenia mas talla de sujetador pasaba cada doce segundos por mi cabeza... y me cabreaba... aunque justo después pensaba en que Alberto no era así... para acto seguido darme cuenta de que Alberto me había tenido engañada durante años... y volvía a pensar en lo de las tetas...

-Yo bueno...-Empezó a decir Carolina

-¿Por qué has venido?- La interrumpí

-¿Sinceramente?- Me preguntó

-Si- La respondí rápidamente

-Sinceramente... por esto- Dijo mientras me lanzaba a la cama algo que no vi en un primer momento.

Al cogerlo y mirarlo me di cuenta de que era un mp3... un reproductor de música un poco antiguo.

-¿Qué es esto?- La pregunté extrañada

-Tu vivías con Alberto...deberías saberlo- Me dijo Carolina

-Nunca lo había visto, ¿Es suyo?... siempre le vi los cascos... pero nunca me fije en esto... en seis años...- Dije apenada- Quizás no me fijaba bien en él-

-Mi padre es policía... se lo quito cuando lo detuvo en la guarida...no sabe por que se lo quedó pero se lo quedó... me lo dio a mi creyendo que debía tenerlo, pero creo que deberías tenerlo tu- Me dijo sinceramente

-Gracias- Fue lo único que respondí.

-Bueno... será mejor que me vaya...-Dijo mientras se acercaba a la puerta- Gracias por hablar conmigo-

-Hasta otra- La dije secamente

-Oye... ¿te importaría que use el baño antes de irme? me queda un buen camino hasta casa- Me dijo de una forma bastante divertida.

-Claro... tranquila-

Me quedé en la cama aunque cogí los cascos de encima de mi mesilla, los puse en el mp3 y empecé a escuchar música, la música de Alberto... me puse triste al pensar en él...debería odiarlo... pero no podía... le quería... le sigo queriendo.

Seguí buscando canciones quería escucharlas todas pero primero solo leía sus títulos... hasta que encontré una carpeta que ponía Vero... tras pensármelo la abrí... y solo había un archivo llamado ''lo siento''. Sin pensármelo dos veces lo escuché.

''Vero, creo que me gustaría pasar la vida contigo... pero no puedo...''

Durante todo el tiempo que escuche esa nota de voz lloré... mucho nunca había estado tan triste...¿por qué no pudo decírmelo a la cara?...¿por qué no podía odiarlo?

''esos momentos serán inmortales...lo siento.''

Tras dos segundos para asimilar la disculpa... reaccioné por instinto... justo al oír la puerta de mi casa me limpié los ojos de lagrimas y salí corriendo detrás de Carolina.

-¡Espera!- La grité nada mas salir de casa

Ella extrañada se giró... quizás creía que la iba a matar.

-¿Quieres que te lleve?- La pregunté

-¿Tienes coche?- Me preguntó

-Tengo algo mejor- Dije riéndome

Al llegar a mi garaje le mostré mi chopper apoyada cerca de la pared.

-¿Tienes una chopper?- Preguntó incrédula

-Si... y aunque esta sucia es amarilla, cuando me fui a vivir con Alberto la dejé aquí... no me parecía un buen barrio para aparcarla-

-Alberto no me contó nada de esto- Dijo sorprendida

-Seguro que Alberto se olvidó comentarte muchas cosas de mi... o eso espero- Dije en un tono bastante amigable-

-¿Te gusta ser misteriosa Verónica?- Me pregunto de broma

-Me puedes llamar Vero-

-Y tu a mi Carol-

Nos montamos en la moto, ella había quedado con Dos y Uno en un parque para hablar de los próximos pasos... llegamos pronto y hablamos un poco más antes de que llegaran.

-¿Cual es tu plan ahora que estas al mando de Robófilos?- La pregunté

-Primero, reunificar al grupo- Empezó a decir

-¿Como que reunificarlo? ya estais juntos- Dije extrañada

-Bueno... quizás dentro de unas semanas seamos más... incluida tu- Dijo mirándome a los ojos.

-Eso aún tengo que pensármelo- La dije devolviéndola la mirada, dando una situación muy incomoda ya que tuve que ser yo misma quien al final la apartó.

-Segundo, preparar un plan para llegar hasta Alberto y liberarlo-

-Espera... ¿vais a robar a Alberto de las manos del gobierno?... ¿Eso no va en contra de vuestros mandamientos? robar por razón personal-

-Bueno, el también se saltó reglas-

-¿Hay tercer paso?- Pregunté

-Si, cumplir el decimo mandamiento-

-¿Decimo?-

-Si, cambiar el mundo-

Justo llegaron tanto Uno como Dos.

-Espera, no sabía que teníamos decimo mandamiento- Dijo oportunamente Uno

-¿Qué es esto?- Pregunto Dos al vernos a las dos- ¿Esto es en serio?

-¿Que pasa quien es esta?-Preguntó Uno

-La novia de Alberto- Respondió Dos

-Tengo nombre- Dije

-Espera espera espera... ¿y no os estais arrancando los pelos?- Dijo Uno

-Eres gilipollas- Dijimos las dos a la vez.

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