Debo enfrentarlo, no puedo permitir que me obligue a hacerlo. Esto ha ido demasiado lejos.
Me acerco indeciso, aunque se muy bien lo que debo decir tengo dudas y verdaderamente miedo, no se con seguridad como reaccionará. Estoy detrás de él con las palabras en la boca que se retienen impacientes a ser expulsadas.
-letto- me nombra al sentir mi impaciente ki, me detengo bruscamente y el temor florece. -¿Qué quieres?- me interroga dirigiéndome la más minima atención mientras prepara su uniforme de combate. La guerra se producirá en cuestión de minutos y los valiosos segundos los desperdicio observando la ignorancia de mi hermano en cuanto a lo que ocurrirá. De pronto levanta la mirada y sus ojos se clavan en mí. De repente las palabras se esfuman y ni siquiera se a que venia.
¡No seas cobarde! Me digo a mi mismo decepcionado de que haya resultado como lo esperaba. Soy débil, mi padre tenia razón y mi hermano no se equivocaba. Pero no puedo dejar que las cosas queden así, debo ponerle un alto a esto. No toda mi vida seré un niño, no siempre me quedaré callado. Las cosas van a cambiar y ya es la hora de que así sea.
-broly- mi voz es altamente dubitativa y las cuerdas vocales se enroscan con fiereza, como si me indicaran que debería aguardar silencio. Ya lo he sentido en mil ocasiones y en todas ellas he callado. Pero hoy no, hoy no me callaré. Hablaré aunque sea pecado para ellos, dictaré mi decisión y no me retractaré. -no lucharé- las palabras fluyen misteriosamente, no las sentí cuando se aproximaron a mis labios. Siento una extraña sensación que parece que va a estallar en cualquier momento y la opresión estancada en mi pecho desaparece. Respiro. Por primera vez en mi vida respiro, es una gratificante liberación. ¿Cómo pude reprimirme durante tantos años tal sensación?
-¿Qué?- pregunta desconcertado concentrando toda su atención en mí. La sensación se acaba y la razón me golpea. Ambos permanecemos intactos en nuestros lugares y persistimos con la incrédula mirada.
-lo que escuchaste, no lucharé- respondo sin apresurarme, cada vez mas seguro de mis palabras, sin temor, con la mirada en alto y verdaderamente sin importarme nada.
-esta bien- acepta para mi sorpresa. Aun así no creo que esto haya concluido aquí y espero a que continúe con sus maquinaciones. -entonces tu traerás a la mujer- como lo esperaba, no se detendrá aunque yo me resista a ayudarlo. Esto me ha consumido por completo, estoy harto de su estúpida venganza y de lo que yo he tenido que vivir por ello.
-no- mi voz nunca antes había sonado tan estable y con una leve entonación de dureza, afirmando lo dicho.
-¿Qué dijiste?- retoma su natural prepotencia y sus ojos recobran el bravío negro de sus pupilas. No fue una pregunta lo que exclamo sino una advertencia.
-no lo haré, no participare de esto- cada vez mas decidido aclaro aun mas mi voz, las cuerdas vocales se mueven con fluida ligereza y la sangre saiayin adormecida fluye poderosamente por mi cuerpo. Se produce un quiebre en su mirada y la certeza de sus ojos se apaga con lentitud. Me observa perplejo ante mi oposición y por un minuto se lamenta. Lo noto y se que así es, ambos somos iguales aunque lo evitemos reconocer y lo conozco como a mi mismo.
-haz lo que quieras, no me importa- vocifera al fin dándome la espalda, está a punto de irse pero se detiene. -lo sabia- exclama con su particular despectivo tono. Ladea un poco la cabeza hacia a mi y me mira de reojo con desprecio. -siempre serás una vergüenza para la familia- sus palabras chocan duramente contra mi persona, es aun más doloroso de lo que me imaginaba. Su mirada de desaprobación perfora mi espíritu y aun así defiendo mi decisión. -¡turles!- llama a su más allegado colega.
-¿Qué sucede?- pregunta ansioso acercándose a unos centímetros de él.
-tú te encargaras de traer a la esclava- dicta rabioso caminando hacia delante atropellando las palabras que le dirige su compañero, apartándose de su hermano, alejándose por siempre de mi.
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Eterno Lazo...bulma &vegeta
De TodoHola les traigo aqui otra historia q me parecio hermosa