Me Enamore De Mi Hermano

Sr & Sra Walters

En realidad creo que esto es una locura, luego de seis años, pero él quiere hacerlo y no romperé su ilusión. ademas mentiria si dijera que no quiero hacerlo, toda niña sueña con casarse con un principe, y yo lo estoy logrando, me casare con un principe, no uno que tiene capa, espada y corona; es pelirrojo, flacucho y con un ego gigante, pero me ama que es lo que importa, porque no todos los principes son como nos lo imaginamos de pequeñas, nosotras convertimos sapos en principes y esa es la clave, hacer que un chico ordinario te ame tanto que se convierta en tu principe.

Mire todo a mí alrededor. No puedo negar que ha quedado hermoso y es que Eliot contrato a David Tutera, uno de los mejores en el negocio de las bodas.

- ¡LILY! ¡VAMOS! ¡ES HORA DE TU VESTIDO! – me llamo mi amada amiga Emma, que a pesar de su agenda siempre saca tiempo para vernos y ayudarme – ¡Y QUE HACES AQUÍ! ¡NO DEBERIAS VER NADA!

Aunque solo pude ver el corredor, con eso me basta.

Emma me halo de vuelta al improvisado cuarto de belleza. Mi vestido está en un maniquí en el rincón ocupando más espacio del que debería.

Mi corazón empezó a palpitar demasiado rápido y pronto me llegaron nauseas. Malditos nervios. Me deslice dentro del exagerado vestido con ayuda de Emma. Ajustaron mi velo y me gire. El reflejo del espejo es... hermoso

El vestido en de manga larga bordada a mano, el corsé también está bordado con perlas y la falda es la mata de la extravagancia, ¡DIAMANTES! Tiene diamantes y perlas que rodean la parte final de la falda, no es blanco exactamente, es color hueso.

- Mami – me limpie la lagrima que se me escapo mi mire hacia abajo, mi pequeño Dylan – esto es para ti – me entrego un papel doblado, bese su frente y lo tome.

Mi hermosa futura esposa, desde que nos conocimos supe que serias la reina de mi corazón, te he amado desde que tenía 18, hoy seis años y dos hijos después por fin lo serás oficialmente y bajo la bendición de Dios pero... ¿Qué sería una reina sin una corona?

Siempre tuyo, Eliot

- Tu corona mami – esta vez fue Emma quien llamó mi atención, está sobre una silla sosteniendo una corona antigua y brillante. Me acerque a ella y me la puso.

- Ahora sí, toda una reina - me dijo y me dio un abrazo

- ¡Ya, ya! La harán llorar, ¿Emma estas lista? – pregunto Emma, ella asintió y la bajaron de la silla.

- No crees que – hice un ademan que abarca todo mi cuerpo - demasiado

- Cariño, el vestido fueron 23.350 dólares y la corona 5. 980. No es demasiado. – quiso consolarme, pero no fue consuelo. Saber que llevo casi 30.000 dólares enzima me hace querer sentarme y no moverme – comparado con el costo de todo lo demás – tiene razón, Eliot se volvió loco con esto del matrimonio, gasta dinero sin importarle mucho, estoy por pensar que sus tarjetas de crédito no tienen fondo.

El reloj cucú marco las 7:00, en dos horas estaremos frente al altar para dar el sí definitivo.

Emma me arrastro hasta el balcón de mi habitación para hacer unas fotos, aprovechando que la luna llena está junto a la punta de la torre Eiffel, ¡ah! Por si no lo sabias, sí, estamos en parís

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