Prólogo.

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¿Alguna vez se han imaginado estar en la boda de sus sueños en el país de sus sueños con el vestido de sus sueños en la iglesia de sus sueños y todo como sacado de un cuento de hadas a excepción del novio?, pues, así mismo estoy ahora parada frente al altar con unas zapatillas que no dejan de tintinear al igual que mis manos mientras hay 307 miradas puestas en mí esperando a que diga las palabras que todos desean escuchar de mis labios, hasta yo, pero hay una fuerza mayor que no me permite pronunciarlas al son de la canción.

Miro mis manos temerosa de levantar la mirada y ver los ojos grises de mi prometido, respiro hondo y poco a poco levanto la barbilla al mismo instante que dejo de morder mi mejilla; espero y ahora sí pueda pronunciar las palabras.

-No, I don't. (No, no acepto).

Después de eso miro a mis manos y quito el anillo de entre mis dedos para entregárselo a la persona frente a mí.

-Thanks (Gracias) -dice tartamudeando mientras acepta torpemente la sortija que había pertenecido a generaciones y generaciones de su familia. 

Me inclino para tomar parte del vestido y camino lentamente con la barbilla en alto a la puerta de la iglesia con mis damas de honor detrás de mí. 

Esta fue la vez que visité Manhattan con Las Chicas Blancas, recuerdo haberme traído una pintura preciosa de la casa de mi "ex-prometido" con un valor de 3 mil dolares. 

En fin, me presento, yo soy Anillo Azul y ésta es la historia de Las Chicas Blancas.





Anillo por anillo [PRÓXIMAMENTE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora