🍒「𝐄𝐩𝐢𝐬𝐨𝐝𝐞 𝟒𝟏」🍒

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Agarró mis tobillos para poder abrir mis piernas

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Agarró mis tobillos para poder abrir mis piernas. Por inercia lo ayude dejando libre mi rosada amiga. Pensando en rosado.

—Jonathan...

— ¿Sí? —Él me voltea a ver.

—La última vez que estuvimos juntos, antes de que fueras a Turquía, utilizamos al Señor Rosa. Cuando te fuiste no lo encontré, lo busque y lo busque y nada, es como si se lo hubiera tragado la tierra.

—Quizás lo encontró Elena o Terry— Lo mire con sospecha.

—No, si eso hubiera sucedido créeme que me hubieran sacado de la casa. —Digo y él suelta una carcajada.

—Sin que tú te dieras cuenta me lo lleve, tenía demasiado olor a ti y quise conservarlo, para recordarme todas las noches de ti. —Confiesa y sin querer hago una estúpida cara tierna — ¿Lo quieres de vuelta?

—No, está bien. Consérvalo, compre uno nuevo y mejor, el Señor Sky Blue.

— ¿Le pones a tus cosas el nombre de su color pero en inglés? —Pregunta un tanto sarcástico.

—No, por supuesto que no. El Señor Rosa no es inglés, si no sería Señor Pink. —Él eleva una ceja—Además no es color azul, es verde.

Él junta sus cejas, frunce sus labios y me ve extraño.

—Ok... —Susurra con una cara de pena ajena. Idiota. —Abre tu boca.

Obedecí y él puso una bola en mi boca para poder lubricarla, imagino. Esta fría, dura y muy seca así que la lamí bien para dejarla resbalosa, después la otra y luego las puso en el borde de mi feminidad.

— ¿Lista? —Preguntó y asentí.

Sentí como la iba metiendo poco a poco, era muy lento y se sentía tan bien. Sin querer lance un gemido. Glorioso Good, como lo amo.
Al entrar por completo metió la otra y sentí una extraña sensación, es un poco raro pero placentero. No sé cómo explicarlo, sólo sé que se siente bien y raramente llena por completo y eso que las bolas no son tan grandes.

— ¿Qué tal? —Pregunta.

—Bien... —Dije en un gemido. Joder esto es delicioso.

— ¿Por qué no te levantas y me traes un vaso de agua a la cocina?

— ¿Qué? No... Se sentirá feo si lo hago. —Digo jadeando. Oh carajo, esto es tan excitante, demasiado.

—Por favor, Emma. Muero de sed ¿No quieres que muera deshidratado, o sí?

—No pero no pienso ir por un maldito vaso de agua. —Jadeé.

—Niña ¿Qué hablamos de las groserías?

—Al demonio con eso, Señor Good. Además no soy un perro que sigue órdenes.

—Vamos, levántate o al menos cierra las piernas. —Pide divertido. Al ver su cara me parece que se está divirtiendo al verme sufrir.

Intente cerrar mis piernas pero no podía, literalmente estaba temblando por la excitación. El timbre de la casa sonó y voltee a ver a Jonathan. Él me vio con una cara de triunfo.

—Creo que debes ir a ver quién es. —Sugiere.

—Ve, ve tú...

—No, no, no. No es mi casa y si alguien me ve aquí solo contigo pensarían mal.

— ¡Jonathan! —Gruñí.

—Deja de protestar y ve...

— ¡No! —Grite —Por favor, ve tú.

—No soy un perro que sigue órdenes, Emma.

Oh, maldito Señor Good. El timbre volvió a sonar pero esta vez tres veces seguidas.

—Apresúrate, Emma, quizás buscan a tus padres y debe ser importante para que toquen así. Tal vez es de vida o muerte y tú aquí acostada. —Dice tranquilamente. Ay como odio al maldito que sea que este tocando.

—Está bien pero... Dame una mano... —Pedí y extendí mi mano para que me ayudara.

—No, princesa. Hazlo tú sola. —Susurra y me da un leve beso en los labios.

El timbre volvió a sonar con más desesperación. Trate de levantarme pero al hacerlo, Jesús, esas cosas bajaron y toparon dentro de mí. Solté un gemido. Jonathan me seguía viendo con diversión.
Me logre levantar de la cama y me agache un poco para recoger mi vestido.

— ¿Y la ropa interior? —Pregunta él.

—Al demonio con eso...

Al agacharme sentí como las bolas tocaban cada parte de mi interior y eso era tan jodidamente excitante. Me puse el vestido rápido porque el timbre de la casa sonaba con desesperación.

Trate de correr pero se sentía aún más placentero. Así que trate de no correr demasiado rápido ni caminar muy lento. Al bajar las gradas mi respiración se agitó y sentía que me iba a correr en cualquier momento.

El camino a la puerta nunca había sido tan largo como ahora... Y el timbre me desesperaba más, las bolas me excitaban como los mil infiernos y sentía que en cualquier segundo iba a colapsar.

Al fin llegue, abrí la puerta y vi quien era. ¡Ahh! Maldición, carajo.

𝓉𝑜 𝒷𝑒 𝒸𝑜𝓃𝓉𝒾𝓃𝓊𝑒...

「𝐒𝐄𝐍̃𝐎𝐑 𝐆𝐎𝐎𝐃﹢₁₈」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora