Al entrar me percaté que la casa permanecía más silenciosa que en los tres días que había estado ahí. También estaba muchísimo mas limpia y brillante. Dejé mi mochila roja sobre un sillón en la sala y tomé un libro de ella.
Me dirigía con paso seguro al cuarto de Thomas, cuando escuché unos breves sollozos provenientes del patio trasero. La tentación no me dejaba en paz y decidí ir a averiguar quién provocaba los sonidos.
Dejé el libro sobre el suelo, ya que no había ninguna mesa cerca y abrí con cuidado la puerta. Por poco y me caigo al suelo. Aquello era como entrar al bosque encantado de un cuanto de hadas o algo así. Había una alberca gigante en el centro del patio, pero estaba construido con muchas piedras que le daban aspecto de un río encantado.
Había hileras de arces alrededor de ella y enredaderas sobre pas paredes de la piedra.
Lo único que le daba un aspecto de patio de ricos era el jacuzzi negro y un par de bancas distribuidas por todo el lugar.Dí una mirada a todo el lugar y de pronto me dí cuenta de quién provenían los llantos.
Thomas.
Me acerqué a él con cuidado hacía la banca, en la cuál estaba apoyando únicamente sus brazos cruzados y sus piernas estaban sobre la tierra.
Su cabeza estaba apoyada sobre la banca también, y escondía ésta entre sus manos.Sus sollozos se hacían cada vez mas fuertes y su respiración cada vez estaba más entrecortada.
Se me rompió el corazón.
Me senté en el suelo a un lado de él y lo miré fijamente mientras levantaba su rostro. Su pálida piel estaba enrojecida y tenía los ojos hinchados, junto con sus mejillas húmedas por el llanto. Miró hacia la nada por un segundo y después posó sus ojos sobre mí.
Era la segunda vez que hacía eso.
¿Cómo podía?-¿Mamá?- dijo lentamente mientras se limpiaba la nariz y después los ojos- Pensé que estabas en el club jugando Tennis. Yo...
-No soy tu mamá, Thomas.- Le dije con ternura mientras veía cómo su rostro se tornaba serio y sin rastro de emoción.
Ahún así, el hechizo no se rompió.-¿Tú qué haces aquí? Se supone que hoy no vendrías a trabajar. ¡Lárgate!- Dijo mientras se levantaba del suelo, dispuesto a marcharse. Caminó un poco y después dió un paso en falso, cayó.
-¡Thomas! ¡Demonios! ¿Estás bien?- Le dije acercándome hacia él. Ahún seguía tendido en el suelo. Podía sentir su cálida respiración sobre mi rostro y mis ojos fundiéndose con los suyos. De pronto, comenzó a llorar- ¡Por favor, no llores!
Él se incorporó un poco, comenzó a gritar.
-¿Es que no lo entiendes? ¡Yo no quiero tu ayuda! ¡Déjame en paz!-Dijo alterado mientras intentaba incorporarse completamente. Yo lo sustuve de los brazos- ¡Te he dicho que me dejes en paz!
-¡No, Thomas! ¿Sabes qué? ¿Podrías dejar de ser tan estúpido por un segundo y dejar de gritar? ¡Estoy harta!- le grité mientras lo jalaba de los brazos ayudandolo a pararse- ¿Por qué no lo entiendes? ¡Yo quiero ayudarte!- Bien, tal vez era una pequeña mentira pero ¿qué mas da? Es tan terco que todo lo que le digo le entra por un oído y le sale por el otro.
-Tú no quieres ayudarme. Solo estás aquí por el dinero - Dijo mas calmado mientras giraba lentamente sobre sus talones y se disponía a entrar a la casa.
-¡Detente! ¿Sabes qué? ¡No me importa lo que pienses! ¡Yo te ayudaré quieras o no!- se detuvo por un momento y me enfrentó. Cara a cara. Demonios, con la cercanía de su rostro, sólo venían por mi mente pensamientos extraños sobre nosotros dos besándonos sobre el pasto verde y húmedo...
¡Rayos! ¡Qué difícil es concentrarse!-Dime, ¿Qué rayos quieres de mí?- Susurró en mi oído. Ahora era él quién me sostenía por los brazos.
Una sensación de corriente eléctrica atravesó por mi de pies a cabeza, y mi corazón comenzó a latir a mil por hora. Quería que me besara y que me deseara tanto como yo a él.... Aunque bueno, eso sería imposible, ya que técnicamente yo era una especie de enemiga mortal para él.
Tragué duro.-Quiero que me des una oportunidad- Demonios
<<¿Acaso mi voz no podía escucharse mas quebrada, o qué? Valla tontería, ahora de seguro me había descubierto a mí y mis deseos locos hacía el.
Ahora él sabía quería besarlo, tocarlo, que quería......>>-Solo una, más te vale que la aproveches, porque no tendrás otra- Se alejó de mi con una sonrisa ladeada marcada en sus labios. Ningún rastro de llanto de hace cinco minutos- Te deseo suerte porque la nececitarás.
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Corazón Ciego - Thomas Sangster
Fanfic"Si quieres a alguien por su belleza, no es amor, es deseo. Si quieres a alguien por su inteligencia, no es amor, es admiración. Si quieres a alguien por por su dinero, no es amor, es interés. Si quieres a alguien y no tienes idea porqué, eso es...